La serpiente lunar, el inicio del otoño en Chichén Itzá
Conoce el origen de la serpiente lunar, sus descubridores y los posibles significados que tiene este efecto de luz y sombra.
En 1993, el arqueólogo Víctor Segovia Pinto y el matemático Eddie Salazar Gamboa; descubrieron un fenómeno de luz y sombras al que llamaron La Serpiente lunar, la manifestación de la Diosa Ixchel, la señora de la luna, en el castillo de Chichén Itzá.
Ixchel regresa a la tierra y trae el otoño
La Diosa maya Ixchel, es reconocida por ser ama y señora de la luna, la noche, el agua, la fertilidad, la maternidad, los textiles, algunas artes, el trabajo y la medicina. Si así lo desea, puede traer orden y equilibrio mediante catástrofes provocadas por agua, enfermedades y hasta la muerte.
Se dice que Uh, la luna, era el reflejo de la Diosa Ixchel, siempre en contacto con su esposo; el más sabio y poderoso de todos los dioses mayas, Itzamná.
Las representaciones de la Diosa Ixchel, al igual que los ciclos de la luna, van desde una bellísima e imponente joven, madre de toda creación; representada también por el arcoíris. También se le conocía como una sabia anciana, de juicio tajante y nunca errado, paciente y amorosa, dadora y señora del líquido vital.
Como mencionamos antes, el arcoíris es uno de los símbolos que representan a la Diosa Ixchel, a quien se le ve en repetidas ocasiones con un conejo en brazos, lo que le da veracidad a la leyenda del conejo de la luna. Su versión como una poderosa anciana lleva en las manos un cántaro, que se asocia con su poder para domar las aguas; en la falda huesos y en la cabeza una serpiente; que se asocian con el equilibrio natural que trae la destrucción y la muerte.
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La serpiente lunar, un fenómeno de luz en Chichén Itzá
La Diosa madre baja de noche por la escalinata de Chichén Itzá, anunciando con su majestuosa figura de serpiente la llegada del otoño.
Ixchel, polifacética como es, bajó a la tierra como la serpiente lunar este 2022 el pasado domingo 9 de octubre. Exactamente igual que aquella noche de 1993 en la que sus descubridores, el arqueólogo Víctor Segovia Pinto y el matemático Eddie Salazar Gamboa, (ambos yucatecos con un gran amor por las estrellas), pudieron ver con sus propios ojos el espectáculo de luz y sombra que habían previsto, con ayuda de complejos cálculos de la mecánica celeste.
La llegada del otoño no solo fue anunciada por la serpiente lunar, también fue coronada por la fuerte presencia de Júpiter, uno de los planetas más resplandecientes en el cielo nocturno, desde la perspectiva que tenemos en el planeta tierra.
La llegada de la serpiente lunar representa la muerte natural de lo que renacerá en primavera.
