Peregrinar con la fe a cuestas: los fieles de la Virgen de Guadalupe
Un reporte fotográfico desde Campeche, donde también se congregan los fieles de la Virgen de Guadalupe.
A 488 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac, el culto y devoción a la “Morenita” continúa arraigado en los peregrinos provenientes de diferentes partes de la República Mexicana.
No existe el frío, sueño, hambre ni fatiga para estos fervientes hombres y mujeres que recorren kilometro tras kilometro para llegar al santuario y agradecer el milagro concedido o bien, hacer un voto de fe a la virgen de Guadalupe.
Es la luz de fe que mueve a los antorchistas en cada paso que dan, es el peso de una carga que hay que soportar para “aligerar el pecado” y sentirse con el derecho de hacer una petición.
Así es como los peregrinos y la comunidad guadalupana se congregan cada 12 de diciembre para celebrar la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe en México.
El Santuario de Guadalupe en Campeche no es el excepción y recibe cada año a sus fieles.
Es común ver a los peregrinos que arriban tras su recorrido. Cerca del templo hay constante movimiento de la comunidad guadalupana que entra y sale ya sea para dejar una flor, encender una vela, saludar a la virgen y celebrar una misa en su honor.
Este año se espera el arribo de más de 10 mil peregrinos que, movidos por su fe y por su promesa, pernoctarán o tomarán un respiro para continuar su trayecto hacia la Basílica de Guadalupe o a las iglesias donde exista una imagen de la Virgen de Guadalupe, en los distintos poblados y ciudades del sureste mexicano.
Campeche es distinguida por albergar uno de los santuarios más importantes después de la Basílica del Tepeyac, que venera la imagen de la Santísima de Guadalupe desde el año 1567.
Según el Pbro. Fabricio Seleno Calderón Canabal de la Diócesis de Campeche, el 12 de Diciembre de 2010 la Iglesia de Guadalupe fue elevada al rango de Santuario Mariano Diocesano.
Los fieles provenientes de los estados vecinos de Quintana Roo, Mérida, Campeche, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Puebla y de la Ciudad de México, se ven circular por la carretera, calles y el malecón de Campeche en los primeros días de diciembre.
La antorcha que cargan los peregrinos, simboliza para ellos la luz de la fe por lo que la cuidan celosamente durante su carrera hasta llegar a su destino final.
Los peregrinos que ruedan en sus bicicletas hacen lo propio llevando a cuestas imágenes de la virgen y el Cristo, con un peso que varía entre los 25 y 30 kilos.
Además, generalmente recorren una distancia mayor por la manda solicitada y como muestra de agradecimiento a la virgen del Tepeyac. Para estos fervientes señalan que “no importa el peso sino el tamaño de nuestra fe”.
Los peregrinos provenientes de Calkiní se sienten satisfechos y felices de haber llegado al santuario. Agradecen con el lema elegido para conmemorar su devoción a la Virgen: “Todos somos una sola alma y un solo corazón”.
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