La Virgen de Guadalupe ya existía en España antes de su aparición
La Virgen de Guadalupe de España data del siglo XII. Bajo su nombre Cristobal Colón emprendió la conquista de América. Te contamos sobre la historia de esta virgen morena.
Una de las cosas que más distinguen a los mexicanos en el mundo es su devoción por la Virgen de Guadalupe. Cada año, el 12 de diciembre, se reúnen cerca de 10 millones de peregrinos para celebrar la aparición de la Virgen María en México.
Sin embargo, esta advocación considerada netamente mexicana ya existía en España antes de la Colonia. Mucho se ha escrito de forma crítica sobre los orígenes indígenas de la Virgen morena del Tepeyac, pero, ¿qué hay de su raíz europea?
La Virgen de Guadalupe de Extremadura, España
La Virgen de Guadalupe de España es una imagen tallada en cedro que data del siglo XII, es decir, tres siglos antes de la caída de México-Tenochtitlán. Mide 59 centímetros y tiene estilo románico.
En cuanto al origen de la palabra Guadalupe, existen varias hipótesis. La más aceptada es que la palabra proviene del árabe Wādi al-lub, que se traduce como «río de lobos» o «río de oculto». Sin embargo, en su versión mexicana se le atribuye el origen a la palabra náhuatl coatlallope: «la que aplasta a la serpiente». Algunos sugieren que se trata de una coincidencia o de la unificación de dos términos semejantes.
El origen de la Virgen Morena
De acuerdo con la leyenda, la Virgen de Guadalupe fue tallada en el siglo I por Lucas el Evangelista. Tras la muerte de San Lucas, la imagen habría sido enterrada junto a él, para luego ser exhumada en el siglo IV y ser llevada junto al cuerpo como reliquias a Constantinopla.
Durante la edad media, se dice que la imagen cobró una gran popularidad tras cesar una peste en Roma. La veneración por la imagen aumentó a tal grado, que el Papa Gregorio Magno la colocó en su oratorio, para luego ser enviada a San Leandro, arzobispo de Sevilla.
En el año 711 la invasión árabe obligó al clero católico huir de las tierras españolas. Durante el camino, los sacerdotes decidieron esconder la Virgen y otras reliquias junto al río Guadalupe, lugar donde permanecieron por quinientos años.
Gil Cordero, el Juan Diego español
Tras la reconquista cristiana de España en el siglo XIV, la imagen de la Virgen de Guadalupe se convirtió por primera vez en un símbolo de evangelización.
La leyenda cuenta que un humilde pastor conocido como Gil Cordero, habitante de la ciudad de Cáceres había perdido una vaca, así que fue al bosque a buscarla. Cuando por fin la encontró, la vaca estaba muerta, por lo decidió desollarla para aprovechar la piel.
De repente, la vaca resucitó y simultáneamente una mujer se le apareció al pastor y le dijo:
“No temas, que yo soy la Madre de Dios. Ve a tu tierra y di a los clérigos lo que has visto, mi deseo es que vengan aquí y caven justo donde reposaba tu vaca, hallarán una imagen mía y para ella construirán una capilla que llegará a ser una gran iglesia”.
Cuando Don Gil narró lo sucedido a los clérigos, estos no le creyeron. Ese mismo día el hijo de Gil Cordero murió, cuando los sacerdotes procedían a darle sepultura el joven resucitó y narró que una mujer le había ayudado a levantarse. Entonces, los sacerdotes le creyeron a Don Gil, exhumaron la imagen de la Virgen y le construyeron una ermita.
Patrona de la Hispanidad
Según una leyenda, Alfonso XI se encontró con la pequeña ermita dedicada a la Virgen. Después de encomendarse, ganó la batalla del salado en 1340 y se volvió benefactor del monasterio que creció considerablemente.
En 1441 el monasterio pasó a la custodia de los monjes jerónimos, aunque desde 1908 ha sido regentado por los franciscanos.
El monasterio cobró gran popularidad debido a la fuerte devoción que le tenía la reina Isabel I de Castilla. Además, el monasterio apoyó financieramente la reconquista de Granda. Tras el triunfo de los reyes católicos, el monasterio de Guadalupe fue el punto de reunión de la reina Isabel y Cristobal Colón. Luego del encuentro, la reina decretó la entrega de las carabelas a Colón para su expedición a las indias.
Bajo la advocación mariana de la Virgen de Guadalupe se colonizó América. Mientras que la Virgen de Extremadura es considerada patrona de la hispanidad, la mexicana rige en México, América y Filipinas.
Tras su visita a la Virgen de Extremadura, el Papa Juan Pablo II declaró:
«Es indiscutible la estima tan grande que le tengo a la Virgen de Guadalupe de México. Pero me doy cuenta de que aquí están sus orígenes. Antes de haber ido a la Basílica del Tepeyac, debería haber venido aquí para comprender mejor la devoción mexicana.»
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