Baile de la cabeza de cochino, el jocoso final de las vaquerías yucatecas
Mezcla de la cultura maya con el catolicismo, el baile de la cabeza de cochino es una de las representaciones más celebradas en el estado
La oferta cultural de Yucatán es infinita, podemos hablar de su gastronomía, que ofrece platillos únicos como la cochinita pibil; de sus zonas arqueológicas, empezando por Chichén Itzá; y también de sus danzas típicas, entre las que destaca el baile de la cabeza de cochino, gran final de las vaquerías yucatecas.
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El origen sagrado del baile de la cabeza de cochino
De acuerdo con Luis Pérez Sabido, autor del libro Costumbres de Yucatán, no existe una fecha identificable del origen del bailable. Sin embargo, sus raíces son prehispánicas, pues se le conoce en lengua maya como Pol kekén (pool, cabeza de animal) y kekén (cerdo).
Asimismo, la danza originalmente se llevaba a cabo con una cabeza de venado; y según el investigador Bernardo Caamal Itzá, pertenecía a las antiguas tradiciones prehispánicas de rendir culto a las deidades mayas.
Más tarde, con la llegada de los españoles, el venado fue sustituido por el cerdo y el baile se incorporó a las peregrinaciones que se organizaban con motivo de las fiestas patronales de la península. Hoy tiene un tono burlesco y forma parte de los desfiles callejeros que se llevan a cabo en todo el estado.
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Significado del bailable
Dicha danza cuenta la historia de una familia que lleva un cerdo al mercado para venderlo y el recorrido del animal con su nuevo dueño. Representando esa simple anécdota, los bailarines recorren las calles acompañados de música en vivo, a ritmo de jarana y charanga.
Cabe señalar que el cerdo que “participa” en el baile es elegido con un año de anticipación y recibe una alimentación especial. Después de ser sacrificado, su cabeza se coloca en una charola con cintas o banderines de papel de colores, que en el baile serán tomados por las jaraneras, para simbolizar la unión de la comunidad.
El tono divertido del baile de la cabeza de cochino
A pesar de su origen religioso, hoy la danza tiene un carácter chusco, pues quien lleva la charola representa al animal vivo, que tratará de escapar y provocará tropiezos, caídas, risas y chascarrillos. En cuanto al dueño, este lleva un leek (calabazo) relleno de granos de maíz con el fin de agitarlo para recuperar al animal.
Finalmente, la Orquesta Jaranera del Ayuntamiento de Mérida y su ballet folclórico han representado este baile por décadas y es sin duda, uno de los más ovacionados por locales y visitantes.
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