Concorde en México, cuando la llegada de un avión se transformaba en fiesta

El primer despegue del Concorde tuvo lugar en 1969, en Toulouse, Francia; e incluso antes de volar, el avión ya había capturado los corazones de muchas personas, pues el evento fue presenciado por más de mil asistentes.

Concorde: un sueño tecnológico hecho realidad

Y es que el deslumbramiento no era para menos: además de su elegante diseño, el Concorde podía presumir que gracias a su tecnología supersónica volaba a 2 mil 200 kilómetros por hora; transportando hasta 144 pasajeros en etapas de 6 mil 500 kilómetros; reduciendo a la mitad del tiempo, los viajes de la mayoría de las rutas aéreas internacionales.

Cabe mencionar que este portento fue el resultado de la colaboración entre los gobiernos británico y francés; quienes lo financiaron por una década. Más tarde, entre 1975 y 1976, los primeros aviones estuvieron listos para volar y fueron entregados a las empresas British Airways y Air France para iniciar operaciones comerciales.

Viajando a todo lujo

Si bien el aeroplano aterrizó por primera vez en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en 1974, sería hasta 1978 que se programarían los primeros vuelos comerciales a nuestro país en la ruta París – Washington – México; luego ésta cambiaría por París – Nueva York – México. Además, el tiempo estimado del trayecto era de solo siete horas con 22 minutos.

Obviamente, viajar en esta aeronave era un lujo, pues el boleto por persona costaba entre entre 6,500 y 8,000 euros. De igual forma, se cruzaba el Atlántico disfrutando un menú que incluía champaña, caviar, foie gras, langosta o filete. Por último, la ruta París – Washington se completaba en solo tres horas con 33 minutos.

Asimismo, el avión llegaba los domingos y miércoles alrededor de las 19:00 horas y despegaba los lunes y jueves a las 8:30 horas. Esos días eran de fiesta para automovilistas y peatones alrededor del AICM, quienes disfrutaban el sonido de sus motores anunciando de forma espectacular su llegada y partida.

Domingos de fiesta para admirar al Concorde

Aquellos años de la década de los ochenta, muchas familias se trasladaban a las alambradas, muros y puentes peatonales del aeropuerto para esperar, con binoculares en mano, la llegada del aeroplano.

Igualmente, ese ritual siguió hasta su último vuelo en noviembre de 1982, cuando Air France decidió que la ruta no era costeable en nuestro país. De ese día memorable se sabe que cientos de personas se congregaron a las afueras del AICM y como lo narró el periodista Juan Rodríguez del periódico El Universal:

Sin ninguna ceremonia y frente a la mirada de cientos de personas que fueron a despedirlo, el supersónico Concorde se elevó en los aires para no volver.»

El fin del avión supersónico

Los vuelos comerciales del avión cesaron para siempre en 2003, en parte por los estratosféricos costos de mantenimiento; en parte por el trágico accidente en territorio francés en el 2000, cuando uno de los aeroplanos se estrelló minutos después de haber despegado causando la muerte de más de 100 personas.

Finalmente, algunos de los aviones Concorde se exhiben en varios museos del mundo. En el último vuelo de la aeronave en 2003 de Nueva York a París, el entonces presidente de Air France, Jean Cyril Spinetta declaró: “el Concorde no se detendrá nunca porque jamás se irá de la imaginación de las personas”.

Nada más cierto, a 41 años de su último vuelo saliendo de la capital del país, muchos seguimos recordando ese hermoso “pájaro” blanco, prueba de la capacidad creadora del ser humano.

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