Descubren vestigios de 900 años de antigüedad en la Plazuela de la Danza de Atlixco
Nuevos descubrimientos arqueológicos permiten datar la historia de la Plazuela de la Danza en Atlixco, Puebla, hasta hace 900 años. Te contamos al respecto.
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La Gran Fiesta de Atlixco en Puebla se celebra cada año el último domingo de septiembre, donde se congregan las comunidades indígenas del estado ―nahuas, otomíes, popolocas, mazahuas y mixtecas, entre otras―. La intención de la fiesta es celebrar el inicio de la cosecha y agradecer a San Miguel Arcángel por la protección de las milpas. Debido a la pandemia este 2020 las festividades se cancelaron. Sin embargo, el gobierno de Puebla aprovechó los cierres para comenzar la remodelación de la Plazuela de la Danza, escenario principal de la Gran Fiesta de Atlixco o Huei Atlixcayotl.
Las labores en la estructura, ubicada en el cerro de San Miguel, sorprendió a los encargados, ya que permitió el hallazgo de nuevos vestigios arqueológicos.
El nuevo descubrimiento ayuda a sustentar la hipótesis de que en el lugar existió una plazuela prehispánica semejante donde se adoraban deidades indígenas vinculadas al cultivo. Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes desde hace dos meses acompañan las obras de remodelación, comentan que el elemento más notorio hasta ahora ubicado es un piso de cal que preserva un escalón, cuya temporalidad podría remontarse a 900 o 700 años antes del presente.
El fechamiento de la estructura corresponde al periodo Posclásico Temprano al Medio, época en que se calcula que llegaron los pueblos migrantes toltecas-chichimecas y teochichimecas al valle de Atlixco. De acuerdo con el investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, Miguel Medina Jaen, el piso prehispánico se encuentra muy dañado, ya que durante la construcción de la Plazuela de la Danza en los años sesentas sufrió deterioro.
La Plazuela de la Danza, ¿un centro ceremonial de origen prehispánico?
La extensión del piso hasta el momento encontrado es de 20 metros cuadrados, aunque se especula que puede ser más grande y estar dividido en fragmentos. Además del piso, otro de los elementos que ayuda a calcular la antigüedad de los vestigios es un plato trípode con decoración negra sobre una base naranja.
«Sus motivos fitomorfos y líneas ondulantes asociadas al agua coinciden con la tradición cerámica chichimeca, reportada previamente en el sitio arqueológico de Atlixco»
INAH
Otro de los proyectos de investigación dentro del mismo sitio es un muro localizado en cercanía con el palo de los voladores. La estructura podría pertenecer a una estructura ovalada de 10 metros de diámetro, lo cual sería indicios de que el lugar fue un altar o templo.
“Imagina el simbolismo de saber que un espacio que hoy se usa para la danza ceremonial se ubica sobre una construcción antigua que también se dedicó al baile y la ritualidad”.
Miguel Medina Jean
Cabe destacar, según señala el arqueólogo del Centro INAH Puebla, Carlos Cedillo Ortega, que tanto el cerro de San Miguel ―anteriormente consagrado a Macuilxóchitl, deidad nahua de la música y la danza― como todo el terreno que subyace en la actual ciudad de Atlixco, han estado ocupados desde el periodo Preclásico (2500 a.C. – 200 d.C.) hasta el día de hoy. Sin embargo, la continua ocupación humana del espacio ha incidido negativamente en la preservación de los vestigios.
Un factor importante para la complejidad de las investigaciones es la construcción de la Plazuela de la Danza, misma que sucedió sin autorización del INAH. Debido a ello, actualmente sólo el plato y las figuras de cerámica son los únicos vestigios rescatados en su totalidad.
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