¿Dinosaurios en México?
Hace 70 millones de años, el actual territorio del estado de Coahuila lucía una imagen completamente distinta: grandes árboles y sendos manantiales eran el hábitat de enormes reptiles. ¡Descúbrelo!
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Cuando escuchamos la palabra dinosaurios, por lo general vienen a nuestra mente las imágenes de las películas extranjeras en donde se recrean a estos gigantes causando terror en algunos parques de diversiones, o bien aquellas filmadas en los museos de historia natural de EEUU. Sin embargo, no pensamos en que tenemos a estas magníficas criaturas del Mesozoico tan cerca de nosotros que hasta podríamos tocar sus huesos. Este es el caso del estado de Coahuila.
Hace setenta millones de años, durante el Cretácico tardío, la entidad coahuilense se ubicaba en la porción sur de una península formada por el oeste de Norteamérica y el este de Asia, con un clima y un paisaje muy diferentes a los actuales. De hecho, en ese entonces imperaba en la región un clima tropical a subtropical que permitía la presencia de una vegetación muy similar a la de lugares como Hawai o Indonesia.
Los animales de ese entonces también eran muy diferentes, había una diversidad muy importante de tortugas tropicales y marinas, serpientes, lagartos parecidos a los dragones de Komodo, al menos dos especies distintas de cocodrilos, reptiles voladores o pterosaurios y dinosaurios.
En 1926 el paleontólogo alemán Werner Janensch describió restos de dinosaurios de un lugar conocido como La Soledad, un paraje apartado dentro del municipio de Sierra Mojada, al oeste de Coahuila. Este sería el primer reporte de dinosaurios en el estado, y no solo eso, ¡también en México!
Desde entonces la presencia de restos de dinosaurios es bien conocida en el estado. Entre los ejemplares descubiertos se encontraban los hadrosaurios comúnmente conocidos como “dinosaurios pico de pato”; sus restos son muy abundantes y de hecho las dos subfamilias están representadas: los lambeosaurinos (hadrosaurios con cresta) y los hadrosaurinos (hadrosaurios sin cresta). Después de éstos, los que siguen en cantidad son ceratópsidos o dinosaurios con cuernos, y los anquilosaurios, o dinosaurios armados.
Entre los dinosaurios carnívoros están los ornitomímidos o dinosaurios avestruz, los restos de tiranosáuridos le siguen en cantidad. También se cuenta con troodontes, que eran dinosaurios carnívoros de talla muy pequeña, y se han identificado al menos dos tipos de raptores, uno de ellos conocido como saurornitholestes, el cual es relativamente común en otras localidades de Norteamérica.
En Coahuila es posible encontrar también evidencias indirectas de dinosaurios, como lo demuestran impresiones de piel, de dinosaurios herbívoros, coprolitos o excrementos fósiles que nos permiten conocer la dieta parcial de los organismos extintos. No obstante, las evidencias más interesantes resultan ser las huellas fosilizadas, de las cuales Coahuila posee muestras muy particulares y tal vez la diversidad más impresionante. Las huellas encontradas en este territorio representan a dinosaurios carnívoros pequeños y grandes, también hay huellas de tortugas, de cocodrilos, de pterosaurios y de aves gigantes.
Así que la próxima vez que alguien nos pregunte acerca de la riqueza paleontológica de México, o que si tenemos restos de dinosaurios en nuestro país, podemos contestar que sí los tenemos, y que éstos son un legado para toda la humanidad, sobre todo para las generaciones venideras, y que el estudio de los dinosaurios en Coahuila ha puesto a esta entidad norteña como uno de los diez sitios paleontológicos más importantes del mundo.
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