¿El agua puede transmitir el COVID-19? Especialistas hablan sobre agua potable, albercas y playas
Pronto volveremos a viajar. Te decimos todo sobre los contagios de Covid-19 a través del agua de ríos, piscinas y mar. Cada opción tiene diferentes probabilidades.
Pronto volveremos a los espacios públicos. La gente volverá a sus centros de trabajo, a los espacios públicos y realizará nuevamente viajes. Derivado de ello, lo más seguro es que surjan dudas sobre las medidas que habrá de tomar por un tiempo, entre ellas las referentes al agua de albercas, ríos y mar. Por ello, hoy responderemos sobre la seguridad de nadar en estos espacios y los riesgos que existen de contraer COVID-19 en ellos.
Inicialmente, es necesario contemplar el tema de los aerosoles. De acuerdo con las investigaciones, el virus del SARS-CoV-2 puede permanecer en el ambiente hasta doce horas en aerosoles. Los seres humanos exhalamos aerosoles cada que respiramos, hablamos, etcétera. Estos bioaerosoles pueden permanecer flotando principalmente en los espacios cerrados, generando una fuente de contagio.
Estas sustancias transmiten el virus de persona a persona a través de pequeñas gotas, viajando en partículas de polvo o en diminutas gotas de agua. La permanencia del virus en el ambiente responde a distintos factores como ventilación y condiciones atmosféricas. Otra de las variables es la fuerza del estornudo y la distancia social entre los sujetos. Por ello, el principal aspecto a evaluar en las zonas de nado es la separación física entre una persona y otra.
Para tener un cuadro infeccioso es necesario tener contacto con cierta cantidad de partículas. Si sólo mantenemos contacto con una partícula viral difícilmente habrá contagio. Por ello, entre más personas existan en un espacio, la probabilidad de contagio aumenta.
Otro de los aspectos a analizar es la resistencia del virus en ciertas superficies. De acuerdo con The Lancet, el virus puede permanecer activo 4 horas en cobre, 24 en plástico y 3 horas en papel impreso o pañuelos. A diferencia de otros virus, el COVID-19 es mucho más infeccioso, quizá porque se requieren menos partículas para producir un cuadro clínico.
El COVID-19 y el agua
En cuanto a su permanencia en agua se ha detectado material genético del virus en aguas residuales tratadas. Sin embargo, la acumulación es baja, por lo cual la llegada del virus a mantos acuíferos es casi imposible. La presencia del material genético no quiere decir que sea infeccioso.
Por otra parte, de acuerdo con el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, las aguas no tratadas han presentado la presencia del COVID-19. Los investigadores aún no saben con seguridad si el contacto con aguas residuales puede causar infección en una persona. Aunque sería demasiado extraño que alguien se exponga a ellas.
El centro Water and Energy Sustainable Technology (WEST) de la Universidad de Arizona considera que aún cuando el virus pudiera mantenerse activo, al llegar a las grandes masas de agua quedaría tan diluido que básicamente la posibilidad de contagio es nula. Sumado a lo anterior, hay que tomar en cuenta que las aguas residuales suelen contener detergentes y otras sustancias a los que el SARS-CoV-2 es altamente sensible. Gracias a ello, la capa de proteínas que recubre el ARN se disolvería y quedaría inactivo.
Aguas potable y entubada
El CDC también ha confirmado que no se ha encontrado el virus en agua potable. La principal razón es que los métodos de purificación de agua deberían acabar por completo con la presencia del virus. El agua corriente de los hogares, cuya concentración de cloro es del 5% sería suficiente para inactivar el virus. Asimismo, se ha comprobado en laboratorio que la inactivación el virus ocurre más rápido en agua salada que en agua dulce.
En cuanto al agua de las piscinas, está comprobado que la concentración de cloro que suelen tener (1-3 mg/L) son efectivas para la inactivación del virus. Por ello, el agua de las albercas, spas y balnearios no pueden ser la fuente directa de contagio del coronavirus.
El CDC recomienda sencillamente mantener una buena limpieza de las aguas y la constante desinfección. Entre los protocolos, se considera un lavado de manos y cara de las personas que usaran el estanque. Aunque aún queda abierto el tema de los aerosoles, es muy probable que los desinfectantes del agua limiten la viabilidad de las partículas.
El mar y el coronavirus
En cuanto a las aguas de las playas, como ya mencionamos, en laboratorio se comprobó que la salinidad favorece a la inactividad del virus. Sumado a lo anterior, las altas temperaturas de las arenas y la radiación UV favorecen la sanitización natural. Es importante tomar en cuenta que los rayos UV actúan según condiciones atmosféricas y regionales, por ello no es una garantía que las regiones que presentan mayores temperaturas promedio sean las óptimas para inactivar el virus. Sin embargo, la temperatura sí es un factor importante, ya que el virus no resiste a más de 56º C.
En cuanto a masas de agua dulce, los estudios revelan que es probable que el virus siga siendo infeccioso hasta por 10 días a una temperatura de 23º C. La sobrevivencia depende de factores como agentes biológicos, materia orgánica y bacterias antagonistas. Entre más baja sea la temperatura de la masa de agua, más alta es la posibilidad de supervivencia y, por tanto, de contagio.
Por ello, los bañistas deben cuidar la higiene al ingresar a las masas de agua dulce como ríos, cenotes, fosas o piscinas no desinfectadas. Así como calcular la cantidad de individuos que ingresarán según la movilidad del agua. Entre más pequeña sea la poza de agua y mayor sea la densidad de personas, el riesgo de contraer coronavirus aumenta.
Durante el regreso a la vida cotidiana y los viajes, estamos llamados a no bajar la guardia y asumir nuestras actividades recreativas con responsabilidad.
Al planificar tus próximas vacaciones, puedes contemplar a qué playas o pueblos mágicos a los que podrías viajar según los recursos hídricos que ahí existen. También debes evaluar la densidad de turistas que recurren al destino de tu elección. Recuerda que al cuidarte nos cuidamos todos.