El Palacio de Moctezuma que ahora es Palacio Nacional
El Palacio de Moctezuma era un lugar imponente lleno de maravillas y lujos, así es como este lugar sorprendió a los españoles.
Dos años antes de la llegada de los españoles, Moctezuma II había mandado a edificar las casas reales, un magnífico palacio que se encontraban en donde hoy está el Palacio Nacional.
Las casas reales cubrían una inmensa área de la antigua Tenochtitlan, el área del Palacio Nacional, la cuadra donde después se construyó la Universidad de México y hasta la Suprema Corte de Justicia.
Se dice que las dimensiones de las casas eran tales que el lugar contaba con 20 puertas de acceso, la gran mayoría daban a la plaza, además tenía tres patios y en uno de ellos había una fuente con agua traída desde Chapultepec. También el lugar tenía muchas salas, y cien cámaras o aposentos y cien baños.
Sorprender a los españoles
El cronista Francisco López de Gomara señala que las paredes de lugar eran hermosas: «las paredes de canto, mármol, jaspe, piedra negra, con unas vetas coloradas como rubí, piedra blanca y otra que se trasluce; los techos de madera bien labrada y entallada de cedros, palma, cipreses, pinos y otros árboles; las cámaras puntadas, esteradas y muchas con paramentos de algodón, de pelo de conejo, de pluma…».
Los lujos con los que vivía Moctezuma II también fueron descritos por Hernán Cortés en una de las cartas que dirigió al rey Carlos V, en la cual señaló que el tlatoani «tenía dentro de la ciudad sus casas de aposamientos tales y tan maravillosas que me parecía casi imposible contar la bondad y grandeza de ellas, y por tanto solo me puedo expresar cosa de ellas diciendo que en España no hay nada semejante».
Se cuenta que poca gente era la que pasaba la noche en el interior de las casas reales, pero uno de los datos que sorprendía a los españoles era que había más de mil mujeres al servicio de Moctezuma II, entre esclavas, criadas y señoras.
Además, cerca de 600 señores y personas llegaban cada mañana para encontrarse con Mozctezuma II, quienes recorrían los pasillos mientras esperaban la autorización para ver al tlatoani.
Los mejores rincones del palacio de Moctezuma II
Uno de los lugares más hermosos dentro de las casas reales era el oratorio que estaba cubierto de planchas de oro y plata «casi tan gruesas como el dedo» y adornadas con esmeraldas, rubíes y topacios.
La entrada principal del palacio tenía un águila abatida por un tigre con las manos y uñas puestas como para hacer presa.
La comida era un verdadero ritual: de trescientos a cuatrocientos jóvenes llegaban con carnes, pescados, frutas y vegetales. Los platillos eran colocados en braseros. Moctezuma II lavaba sus manos con agua limpia antes de comer.
Así se convirtió en Palacio Nacional
Con la fastuosidad antes descrita, transcurrían los días en el Palacio de Moctezuma hasta la Conquista, cuando fue entregado como recompensa por sus hazañas a Hernán Cortés.
El palacio fue vendido en 1562 por la descendencia de Cortés a la Corona y poco tiempo después fue destinado como mansión para los virreyes y desde entonces el edificio ha sido la residencia de presidentes y el recinto del Poder Ejecutivo.
En 2008 parte de las también conocidas Casas Nuevas de Moctezuma II fueron descubiertas en los cimientos del Museo Nacional de las Culturas. Bajo este sitio se localizó la Casa Denegrida, que era de color negro y presentaba ausencia de luz, un sitio donde el emperador se retiraba a meditar y reflexionar.
Las Casas nuevas de Moctezuma II eran dignas de los dioses; ahora el Palacio Nacional sigue mostrando cierto encanto y riqueza y se mantiene como un centro que resguarda el gobierno de México.
Todos estos hallazgos fueron descubiertos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. La arqueóloga responsable es Elsa Hernández Pons.
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