El restaurante que sirvió el primer bistec en México
Un pequeño lugar del Centro Histórico de la CDMX trajo a México por primera vez el bistec, la historia de este alimento tan común y de cómo llegó a México es asombrosa y debes conocerla completa.
Cuando no se tiene mucho talento para la cocina o se carece de tiempo para hacer una gran comida lo primero que se aproxima a nuestra cabeza es la práctica idea de freírnos un bistec, y si se acompaña con papas o ensalada el asunto queda más que resuelto. Pero en el México previo a 1842 la cosa no era tan sencilla.
En aquel año un joven cronista llamado Manuel Payno, a quien le debemos gran parte del conocimiento sobre cómo era nuestro país en el siglo XIX, entró al elegante Café Paoli de la calle de Plateros del centro de la capital, en donde un refinado mesero le ofreció un platillo desconocido en México: el beef-steak.
El costo de tan fino y suculento manjar asado era de tres y medio a cuatro reales. Se lo entregaron blando y probablemente lo acompañó con pan, según la crónica de aquel accidental encuentro culinario
.
Pero no se crea que México llegó extremadamente tarde a la degustación del beef-steak, todo indica que las primeras referencias de este producto vacuno en el mundo datan de 1815 y esto se sabe por un relato no ficticio de Alejandro Dumas, escritor de Los Tres Mosqueteros:
“Recuerdo haber visto, tras la campaña de 1815, cuando los ingleses se quedaron dos o tres años en París, haber visto nacer al bistec en Francia; hasta entonces, nuestras cocinas habían estado tan separadas como nuestras opiniones. No fue sin cierto temor como vimos al bistec tratar de introducirse disimuladamente en nuestras cocinas; pero como somos un pueblo ecléctico y sin prejuicios, dimos al bistec su certificado de ciudadanía”.
De regreso al México de 1842 nos encontramos con que el Café Paoli es en la actualidad un Centro Joyero marcado con el número exterior 59 y la antigua Plateros es hoy en día Madero, la calle más transitada del país.
Así que si no eres vegetarianao, cuando realices una caminata por Madero, te recomendamos detenerte un momento en el número 59 de esta calle peatonal y rendir en tu mente un pequeño homenaje a este lugar.
Referencias:
Novedades del bistec /Héctor de Mauleón
La ciudad que nos inventa /Héctor de Mauleón
La verdadera historia del bistec / Animal Gourmet
El cronista que escribió como pintando / El Economista
