Hasekura, el primer samurái y diplomático japonés que llegó a México - México Desconocido
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Historia

Hasekura, el primer samurái y diplomático japonés que llegó a México

Guerrero
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© Wikipedia

Bautizado como Felipe, el samurái Hasekura se vio obligado a viajar a México durante el siglo XVII. Con él llegaron otros japoneses que, desde el primer contacto, se enamoraron de la región y decidieron quedarse.

Durante octubre de 1613, el samurái Hasekura Tsunenaga abandonó Japón para emprender un largo viaje que le salvaría la vida y terminaría llevándolo a uno de los principales puertos de la Nueva España, el de Acapulco.

El inicio de la relación diplomática entre México y Japón

Desde hace mucho tiempo, México ha logrado establecer y consolidar relaciones de mutuo interés con otras naciones. Entre ellas podemos destacar, más allá de las que se han mantenido con Europa, las que se forjaron con los pueblos asiáticos, entre ellos, el japonés.

El primer encuentro que se tuvo con Japón fue durante el siglo XVII. Pero, ¿cómo fue posible si la Corona Española era tan restrictiva con sus dominios? Pues bien, esto sucedió gracias a la que fue conocida como Misión Hasekura. ¡Aquí te contamos la historia!

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Hasekura Tsunenaga, el samurái que llegó a México

Como ya vimos, el inicio de la relación entre Japón y México se encuentra a principios del siglo XVII, cuando nuestro país aún era parte de la Nueva España y estaba bajo el dominio de la Monarquía Española.

La visión mercantil de España era sumamente restrictiva. Por ello, a diferencia de las Trece Colonias, ninguna nación podía establecer relaciones comerciales con la Nueva España de manera directa. Así, la Corona se esforzaba por fungir como mediadora y mantener vigilados los puertos de embarque.

Mientras tanto, en Japón había nacido y crecido un samurái de origen noble llamado Hasekura Rokuemon Tsunenaga. Este, además de ser de ascendencia imperial, había servido al gran y famoso Date Masamune –también conocido como Dragón de un ojo de Ōshu–, el estratega y señor de Sendai por lo que Hasekura gozaba de buena reputación y respeto.

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Sin embargo, en 1612, el padre de Hasekura recibió una acusación por traición y al año siguiente fue ejecutado. Debido a esto, y de acuerdo con las leyes japonesas, su hijo también debía morir. No obstante, Date Masamune decidió perdonarle la vida a cambio de que cumpliera una misión.

Esta consistía en emprender un viaje para que llegaran más misioneros cristianos a Japón y para entablar relaciones comerciales con la Nueva España sin intermediarios. Así, de acuerdo con el Embajador Suichiro Megata:

Los japoneses de aquel entonces entendieron plenamente la importancia geoeconómica de México y desearon convertir a Japón en una puerta de entrada al comercio transpacífico.

La Misión Hasekura, UNAM

Por ello, durante el mes de octubre de 1613, Hasekura zarpó desde el puerto de Tsukinoura en el barco San Juan Bautista. Esto lo hizo acompañado de comerciantes, otros samuráis, entre otros. Así, se daba por iniciada la Misión Hasekura.

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La llegada a la Nueva España del samurái Hasekura y su tripulación

En enero de 1614, después de tres meses de viaje, los tripulantes lograron llegar a la Nueva España, convirtiéndose así en los primeros nipones en pisar suelo mexicano y en comenzar una misión diplomática con nuestro país.

El desembarque lo hicieron en el puerto de Acapulco –que pertenece al actual estado de Guerrero–. El encargado de recibirlos fue el representante del virrey (debido a la falta de documentos, no se tiene certeza de que existiera una petición previa de visita realizada a la Corona aunque, el hecho de que los haya recibido el representante del virrey nos da una pista afirmativa).

Hasekura recorrió varias ciudades junto con algunos de sus acompañantes –entre ellas Cuernavaca–. Así consiguió entablar relaciones comerciales con los locales e intercambiar pimienta y laca de Kyoto por plata, la cual, con autorización del virrey, gastó en productos mexicanos.

Después, en junio, el samurái Hasekura zarpó desde el puerto de Veracruz rumbo a España. Ya en Europa, Tsunegaga fue recibido por el rey Felipe III y el Sumo Pontífice Paulo V y les compartió los deseos del señor Masamune.

Posteriormente, Hasekura fue bautizado en presencia del rey y recibió el nombre de Felipe Francisco Hasekura. Tiempo después, él, junto con su gente, regresó a Acapulco y en abril de 1618 se embarcó a Manila para recibir la respuesta del rey español. No obstante, aquella nunca llegó.

El final de una «misión fallida»

Al no recibir respuesta, y después de viajar durante siete largos años, Hasekura regresó a su tierra con algunos de sus hombres, pues los demás se habían enamorado tanto del suelo mexicano que habían decidido quedarse.

Empero, a su llegada a Sendai, Felipe descubrió un panorama completamente diferente al que conocía. Y es que, con la llegada de la era Tokugawa, se había ordenado el cierre de las fronteras, el cese del intercambio comercial y la encarnizada persecución de los creyentes del cristianismo.

Así, las pocas relaciones diplomáticas que se habían conseguido durante la Misión Hasekura, gracias a Date y a Felipe Hasekura, se echaron a un lado y la relación diplomática no volvió a restablecerse sino hasta el siglo XIX. No obstante, gracias a su destreza y empeño, Hasekura Tsunenaga es reconocido hasta ahora como el primer samurái y embajador japonés en México.

Dato viajero:

En Acapulco, Guerrero, existe un lugar que rinde homenaje a esta hazaña. Se llama Plaza Japón y está sobre Av. Costera Miguel Alemán 179. Además, aquí encontrarás una estatua del samurái Hasekura Tsunenaga. Así que, una vez que termine la contingencia por el COVID-19, no dudes visitarla.

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Flickr/Eduardo Francisco

Fuente de información principal: La Misión Hasekura: 400 años de su legado en las relaciones entre México y Japón de la UNAM.

Hasekura TsunenagaMéxico y Japónprimer diplomático japonés en Méxicosamurái
autor Amante de la literatura, de la fotografía y de descubrir los tesoros de México.
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