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Frida, perrita rescatista del terremoto de 2017 tiene enfermedades avanzadas

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El día de ayer la Secretaría de Marina dio a conocer que Frida, la perrita rescatista de 2017, tiene complicaciones en su estado de salud.

Tras el terremoto de 2017, una de las perritas rescatistas saltó a la fama. Se trata de Frida, uno de los canes entrenados que más ayudó en la recuperación de cuerpos y el rescate de personas vivas, ganándose el corazón de la población mexicana. En 2019 Frida fue jubilada.

Lamentablemente, el pasado jueves 24 de marzo la Secretaría de la Marina informó de su grave estado de salud. Frida cuenta con una edad de más de 10 años, por lo cual se le considera ya en la vejez.

Aunque Frida había sido dada en adopción, por su deteriorado estado de salud, y por tratarse de una heroína, es atendida por el Subgrupo de Control Canino de la Sección Tercera del Estado Mayor General de la Armada de México, quienes actualmente la tienen bajo su resguardo.

De acuerdo con el comunicado de la Secretaría de Marina, pese a sus enfermedades crónicas avanzadas, Frida no está al borde de la muerte. Actualmente, Frida lleva su rutina normal, luego de una vida ajetreada debido a sus entrenamientos y labores de rescate en México y el extranjero.

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Es importante señalar que Frida obtuvo su retiro en 2019 como parte de la conmemoración del Día del Rescatista. En aquel día recibió un juguete como símbolo de su entrega.

¿Cómo Frida se convirtió en una perrita rescatista?

Instituciones como el Ejército y la Marina, Policía Federal, Cuerpo de Rescate y Cruz Roja Mexicana cuentan con binomios caninos –parejas formadas por un perro y un guía–, cuyos expertos pueden ser personas de la Cruz Roja, soldados o rescatistas del grupo de los Topo.

Canes, como antes Frida, forman parte de un grupo selecto de perros que se capacitan desde pequeños para que, en caso de un siniestro, puedan acceder a lugares donde el hombre no puede entrar con facilidad para encontrar cuerpos a mayor velocidad.

Los binomios caninos son pieza fundamental en un trabajo tan complejo. Un ladrido de ellos representan el sonido de la esperanza para todas las personas que han dedicado horas de trabajo. Estos animales pueden entrar a las estructuras derrumbadas y con su nariz olfatean personas atrapadas, vivas o muertas.

De esta manera, los rescatistas enfocan su energía en ese lugar específico, ahorrando mucho tiempo vital y esfuerzo. Los perros también usan equipo de protección: botitas para proteger las gomitas de sus patas, lentes y un arnés colocado en su pecho para poder acceder a los lugares damnificados.

En 1985 no había este tipo de práctica. Fue retomada después de ver que países como Alemania y Francia usaban a estos perros para agilizar la localización de personas.

Sin embargo, no todos los perros pueden ser rescatistas profesionales, pues el buen olfato no es suficiente. Su fisionomía también influye, por esta razón se buscan razas como los Labradores, Pastor Belga o Golden Retriever.

El entrenamiento de estos perros dura de 12 a 14 meses para trabajar en esta labor alrededor de seis o siete años. Existen otros canes que son utilizados para la detección de explosivos o de sustancias narcóticas.

autor Filósofo por formación. Contempla el alma e imaginación de México.
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