Investigadores descubren gigantescos arrecifes en Veracruz

Ninguna carta náutica advierte de su presencia; solo algunos pescadores locales intuían que debajo de las aguas que navegaban había arrecifes sin nombre, sin registro, sin resguardo.  

Recientemente, la Universidad Veracruzana y el Instituto Tecnológico de Boca del Río echaron mano de una cuadrilla de sus mejores investigadores para dar con lo que suponían eran algunas estructuras arrecifales aisladas y pequeñas, pero se equivocaban en las dimensiones. 

Dieron con siete arrecifes tan grandes como 2 mil 200 campos de fútbol, sumergidos en el litoral costero veracruzano entre Tamiahua y el río Tecolutla, y entre Antón Lizardo y la desembocadura del río Papaloapan. 

Pero el solo hallazgo no era importante por sí solo. El descubrimiento significa la certeza sobre la existencia de un ecosistema apto para el resguardo de fauna marina.

“Aquí tenemos más de 100 estructuras arrecifales que tienen una menor cantidad de especies de coral, aproximadamente 20 o 30 especies menos de coral que en el Caribe, pero que son totalmente maduros y son ecosistemas que proveen gran cantidad de alimentos”, indica Leonardo Ortiz Lozano, del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la Universidad Veracruzana. 

Fue así como empezaron a preocuparse porque este sistema arrecifal, sin registro alguno, estuviera fuera de las zonas consideradas como Área Natural Protegida (ANP). Por tanto ahora esperan que los reconozcan de manera oficial. 

Los arrecifes recién descubiertos fueron nombrados como Corazones, Oro Verde, Pantepec Norte, Pantepec Sur, Blake, Piedras Altas y dos arrecifes no coralinos denominados Camaronera y Los Gallos.

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​Josué Huerta