La diosa que daba salud a las mamás aztecas
Cuidaba a la madre y a la partera durante la labora de alumbramiento. Las mujeres que nacieran en su día se les auguraba una vida de placer carnal
La muerte y el dolor eran algo que las mujeres mexicas temían enfrentar durante el parto. Sosegaban sus miedos invocando a Tlazoltéotl una diosa que protegía a las embarazadas y a las parteras durante el difícil proceso de alumbramiento.
Esta deidad aparece en códice borbónico con la cabeza de un niño saliendo de su cuerpo pero también sosteniendo una “raíz de diablo”, planta usada en el México antiguo para aliviar el dolor de las contracciones.
Por todas estas representaciones se le consideraba además una deidad a la cual recurrir para pedir fertilidad femenina, no obstante, no era siempre bien vista por todos, puesto que también incitaba a hombres y mujeres al adulterio.
Esto porque promovía el deseo sexual. De hecho se creía que todas las mujeres que nacían en su día estaban destinadas a vivir toda una vida de placer.
Si bien ella provocaba las infidelidades también podía perdonarlas, para ello estaban los sacerdotes Tlazoltéotl, quienes recibían la suciedad de las infidelidades y los pecados carnales para hacérselos tragar a la diosa y desaparecerlos.
El temor que Tlazoltéotl infundía en hombres y mujeres era porque también podía retirarles los deseos carnales que alguna vez les había dotado, y nadie quería algo así.
La pieza más conocida de Tlazoltéotl es una representación en barro de la diosa pariendo mientras muestra un rostro de dolor, la cual se encuentra en el museo Moma de Nueva York, incluso una réplica de esta figura aparece al inicio de la cinta «The raiders of the lost ark» de Indiana Jones.