Mazatlán, ¿cómo ser un viajero y no un turista?
Recorre Mazatlán como todo un experto, enamórate de sus calles y llévate lo mejor de sus secretos. Sé un viajero y no solo un turista.
Apenas llegas, la alegría se respira en Mazatlán a lo largo de sus 21 kilómetros de malecón. Allí donde el corredor marítimo se arma, zigzagueante, la vida comienza; lo sé porque yo crecí en uno de ellos. Lo primero en tu lista debe ser visitarlo: mazatlecos y visitantes caminan, ruedan bicicletas, los niños corren, las parejas se enamoran contra el crepúsculo, mientras por la dilatada avenida se amontonan las pulmonías, esos carritos-taxis, endémicos de la región, que son toda una novedad para el viajero.
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En la punta izquierda de este formidable rompeolas se halla la isla del Crestón, con su cerro del mismo nombre y el Faro de Mazatlán, que enciende sus luces al anochecer para que los navegantes del Pacífico sepan que han llegado a tierra firme. Aquí podrás hacer las mejores fotos. El extremo sur es La Puntilla; al norte, Cerritos y playa Bruja, espacios exóticos que marcan el fin del recorrido. En medio se encuentra uno de los malecones más extensos del mundo, compuesto por nueve secciones, y plagado de paseos, glorietas, monumentos, historia, playas, acantilados y un derroche de antiguas añoranzas.
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Las tres islas de enfrente son visita obligada: la de Los Pájaros, Los Venados y Los Chivos. Nadie sabe si estos animales en realidad vivieron allí, pero Mazatlán, que proviene del náhuatl, significa “Tierra junto a los venados”. Hay quienes aseguran haber visto estos mamíferos en sus serranías. En las islas suceden algunas de las actividades turísticas más atractivas: esnórquel, kayak y camping. Desde el cerro del Crestón se ve el centro histórico y el teatro Ángela Peralta, orgullo de la urbe. En las inmediaciones, se yergue el cerro del Vigía y toda esa aventura que representa el Mazatlán tradicional. A lo lejos, se avista el Nuevo Mazatlán.
Cuando llegues a la Costa Marinera pide carpacho, chicharrones y antojitos de mariscos, una bandeja de mariscada típica y el famosísimo pescado (dorado) sarandeado. Si eres amante de la aventura, el surf es imperdonable. Aunque la temporada de olas es de abril a octubre, el deporte es cada vez más solicitado por locales y extranjeros. Los residentes tienen una de las riquezas más grandes, la de poder, una tarde cualquiera, hacerse con una tabla al mar a desafiar la naturaleza. La sensación es indescriptible y se convierte en adicción para quienes lo prueban al menos una vez.
Sin embargo, la atracción más visitada es el canopy de Huana Coa: nueve líneas de tirolesa sobre la Sierra Madre Occidental, con unos paisajes agrestes hermosos y una aventura que expande adrenalina y al mismo tiempo paz. En la Zona Dorada, además de pasear y comer sabroso, es posible rentar rinhos, cuatrimotos y jeeps todo terreno para descubrir la magia definitiva de esta moderna aldea. Desde el cerro Nevería, podrás admirar dos asombrosos paisajes que también deberás fotografiar: la bahía plana, azulísima, por donde entran y salen camaroneros y cruceros dejando una estela blanca de espuma; y del otro lado, la pavorosa hondura del océano.
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Recorre las calles de Mazatlán a pie, a paso lento, en ellas se respira antigüedad. Enormes casonas albergan museos, restaurantes, teatros, ¡entra a todos los que puedas! En una de esas viejas casonas del centro, con 160 años sobre la piedra, encontrarás El Presidio, el restaurante más romántico, donde dicen que más de una historia de amor ha germinado. Pero da igual si vas solo o acompañado, no te puedes ir sin probar el tuétano, la pesca al risotto o sus tiraditos de pulpo.
- ABC local
Tiradito: tipo de ceviche con pescados o mariscos. Lleva cebolla, jenjibre, alguna variedad de chile, salsa de soya, sal y limón.
Robalo risolado: risotto negro de robalo.
Chimichanga: especie de burrito frito en aceite o manteca, típico del norte del país.
Rinho: un modelo de cuatrimotos. En Mazatlán lo usan como nombre genérico sin importar la marca.
- Cómo llegar
A Mazatlán es posible llegar en casi cualquier medio de transporte por la carretera número 15 México-Nogales, que permite la conexión con tramos de todos los puntos cardinales. También por la carretera Panamericana o el ferrocarril Chihuahua-Pacífico. A su aeropuerto se arriba de casi cualquier destino nacional y extranjero, mientras el océano ofrece acceso desde la península de Baja California, o llegadas de cruceros.
- Mejor temporada
Si vas a surfear, la mejor temporada de olas es de abril a octubre. Si vas en busca de lo autóctono, no puedes perderte el Carnaval de Mazatlán que, con más de un siglo de antigüedad, es una joya de la tradición mexicana. Comienza cinco días antes del Miércoles de Ceniza.
- Qué comprar
Dan ganas de comprarse una tabla de surf y quedarse a vivir en sus playas. Pero si solo vas de paso, es obligado pasar por el mercado de Pino Suárez y llevarte unas suavicremas.
- Dónde dormir
The Inn at Mazatlan. Av. Camarón Sábalo 6291, Zona Dorada, Mazatlán. Hermosas vistas en el crepúsculo. Se pueden ver las islas con solo asomarse al balcón. T. 01 669 913 5500
- Qué empacar
Un par de tenis para correr por su malecón o hacer bici; es uno de los más largos del mundo, con 21 km., y ofrece los paisajes más alucinantes, sobre todo al atardecer.
- Dónde comer
Costa Marinera. Privada del Camaróns/n, Fracc. Sábalo Country Club,
T. 01 669 916 1599.
Casa 46. Constitución 79, Centro.
T. 01 669 136 0545.
Fiera. Av. Camarón Sábalo 1306, Sábalo Country.
T. 01 669 913 1685.
El Presidio. Niños Héroes 1511, Centro.
T. 01 669 910 2615.
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