Mazatlán: un paseo por sus principales atractivos
Cuanto todo pase, regresará esa tan ansiada sensación de la brisa del mar acariciando nuestras mejillas. Aquí te contamos sobre Mazatlán, un destino a considerar.
Salimos muy temprano de Puerto Vallarta, cruzamos el centro de sur a norte para admirar por última vez la belleza arquitectónica de sus coloniales calles empedradas, y tomamos nuestro rumbo hacia Mazatlán, Sinaloa, por la carretera federal 15D Tepic- Mazatlán.
¿Cómo llegar a Mazatlán?
- 443 km es la distancia entre Puerto Vallarta y Mazatlán
- 6:30 horas es el tiempo aproximado de viaje
- $540 pesos por cuota de peajes
Después de más de seis horas de pata de perro, finalmente llegamos a este destino que nos dejó sorprendidos por sus atractivos naturales y culturales, sus amplias y limpias avenidas, y la belleza arquitectónica de su Centro Histórico, considerado uno de los más elegantes y conservados del país.
Las 7 Maravillas
Ya nos esperaba Tatiana Genoud, quien amablemente nos abrió las puertas de su hotel boutique Las 7 Maravillas, un acogedor hotel que a pesar de no ser Pet Friendly, se distingue por la hospitalidad y atención personalizada de todo su personal que nos trató muy especial y nos hizo sentir como si estuviéramos en casa.
La ubicación de este hotel, tipo Bed & Breakfast, es perfecta ya que se localiza a unos pasos del famoso Malecón de Mazatlán y a sólo unos minutos caminando del Centro Histórico.
Ya instalados en una de las habitaciones con terraza al malecón, y un poco más relajados después del largo viaje, percibí que Heliox, mi perro, necesitaba salir a dar un paseo.
¿Cómo es la ciudad de Mazatlán?
Pasear por el malecón
Por la noche, el Malecón de Mazatlán, famoso por su Carnaval, cobra vida y algarabía. Atado a su correa, Heliox y yo dimos un paseo admirando cómo se extiende esta bella ciudad a lo largo de la costa del Pacífico.
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A lo largo de esta avenida, Heliox pudo conocer otros amigos caninos que acompañaban a otros viajeros al caminar en un paseo que refrescaba la brisa marina.
Durante el día, el malecón se aprecia diferente. Mirando hacia el Océano Pacífico, se yerguen las islas que sin duda ofrecen un paisaje singular a esta costa: la isla de Piedra, isla Lobos, isla Venados e isla Pájaros se elevan por encima del mar para reclamar nuestra atención.
Los clavadistas
Lo que más me impresionó fue mirar el espectáculo que ofrecen los clavadistas al aventarse desde lo alto de un risco, junto al Malecón, de forma similar a como lo hacen los clavadistas de la Quebrada, en Acapulco. Quedé muy impresionada al mirar a estos clavadistas arrojarse al mar mientras sostenían antorchas de fuego en sus extremidades: ¡era de locos!
Centro Histórico
Nuestra caminata continuó hasta llegar al Centro Histórico, donde quedamos maravillados por la conservación de sus edificios de más de 200 años de antigüedad.
Caminamos por el centro admirando las construcciones estilo colonial y sus fachadas de múltiples colores, hasta llegar a la Plaza Machado, donde pude disfrutar de su quiosco y sus jardines.
En este lugar, las personas disfrutan de una noche agradable compartiendo sus alimentos y bebidas en los diversos restaurantes que colocan sus mesas alrededor de la plaza mientras de fondo se escucha la música en vivo de artistas locales.
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Como estaba abarrotado, caminamos unas calles para cenar una deliciosa pizza en el restaurante Vía Condotti. La pizza Margarita estuvo deliciosa.
Súbete a la pulmonía
Cansados de la jornada del día, decidí que era hora de regresar a nuestro hotel. Abordamos una de las famosas pulmonías, que son pequeños carritos similares a los de golf y funcionan como transporte público de Mazatlán.
El paseo por el Malecón a bordo de la pulmonía fue divertidísimo, yo me senté en la parte trasera con mi mamá humana y pude admirar la vida nocturna de Mazatlán mientras olfateaba una variedad de diversos olores cuando el aire soplaba en mi cara, levantando mis largas orejas que pareciera como si fueran a salir volando.
A la mañana siguiente, alistamos nuestro equipaje y continuamos con nuestro siguiente destino, no sin antes disfrutar de un delicioso desayuno mexicano en el restaurante El Portal de San Juan, ubicado a una cuadra de la Plaza Machado, en el Centro Histórico.
Este lugar llamó la atención de mi mamá por su ambientación completamente mexicana, con rústicos muebles y mesas tapizadas con coloridos manteles mexicanos en el interior de una antigua casa colonial, un ambiente perfecto para iniciar el día con un delicioso desayuno.
Elodie Casteilla y César Gónzalez