Mujeres tarahumaras fabrican cubrebocas artesanales y muy creativos

Luisa Fernanda Martínez interrumpió un trámite estatal para tomar la llamada. Estaba ingresando los papeles para obtener un apoyo económico para su empresa social: Sinibí Jípe, que en rarámuri significa “siempre hoy”.

“Qué pertinente el nombre en estos tiempos de coronavirus”, asegura Luisa con una risa llena de juventud. “No hay nada más valioso que el presente”, enfatiza. Tiene 27 años y un sueño que la ha impulsado desde los 10, cuando su maestro de música admiraba la integridad y creatividad de los rarámuri. Aquí te contamos su historia.

Los cubrebocas tarahumaras

El artículo estrella de Sinibí Jípe son las sudaderas con diseños de picos. Las prendas son frescas y coloridas; además, están confeccionadas totalmente a mano, por lo que no hay una exactamente igual a otra. Estas piezas han llegado a diferentes países y se venden hoy por hoy desde su Facebook.

“Los patrones de picos representan las montañas y para los tarahumaras son mucho más significativos que las flores u otros elementos decorativos”, explica Luisa.

La empresa iba en crecimiento hasta que llegó el coronavirus y vino a cambiar la ecuación. Así fue que comenzó entonces la producción de cubrebocas con diseños tarahumaras y confección artesanal.

Hay para niños y adultos y cada pieza cuesta 100 pesos. A partir de 12 cubrebocas, el envío es gratuito. Aquí te mostramos cómo los confeccionan.

El amor por lo tarahumara

¿Pero cómo nació Sinibí Jípe? Luisa desde los 10 años quedó prendada de la creatividad de los tarahumaras. Algo no le checaba al ver que en las calles la gente se refería a los indígenas de manera despectiva. Esa contradicción entre la admiración y el desprecio guió su curiosidad.

Estudió Administración de Empresas y realizó estancias en Argentina y Brasil: “en el trabajo en las favelas entendí que el círculo de la pobreza no se rompería si las comunidades no generaban sus propios recursos”.

Esta claridad la hizo descartar del modelo asistencialista de una fundación, que era el que ella pensaba que funcionaría, para crear una empresa social, en cuyo centro están las mujeres tarahumaras.

El arranque oficial de Sinbí Jípe ocurrió el 7 de marzo de 2019. Sin embargo, se fue gestando el proyecto desde 2007, desde que Luisa participó en proyectos de desarrollo social.

Pero hace un año, nació Sinbí Jípe en los suburbios de la ciudad de Chihuahua, cuando Marcelina, la primera tarahumara en sumarse, prestó su casa en el asentamiento La Soledad.

Luego llegaron Lupita, Esperanza y Cuquita. Hablan español y el aplomo de su dignidad causa una profunda admiración en Luisa, quien siente que algo de su alma ya es tarahumara. El esquema de trabajo en equipo y cumplir un horario en el taller (que ahora ya rentan en Chihuahua capital) ha sido el más exitoso.

La dinámica es colaborativa y prácticamente cada prenda es única, por lo que va firmada por el nombre de quien la hizo. La idea es visibilizar la creatividad y el trabajo que hace cada una, como persona.

En el taller no solo se confeccionan prendas, sino que se imparten cursos para poder detectar la violencia y se dan herramientas para salir de ella; se dan talleres de superación personal, se remiendan corazones, se ambienta con risas y se diseñan ambiciones.

Una de las mayores ambiciones de Luisa es generar empleos en la sierra, y que se sumen muchísimas más tarahumaras, incluso más jóvenes pues ahora la media son 40 años.

Pero… hoy, la idea es sortear esta crisis sanitaria. Así que acá te dejamos los teléfonos y la liga a su página en Facebook para que hagas tus pedidos cuanto antes y colabores: además de tener un diseño hermoso, harás que este sueño continúe y no se convierta en una pesadilla.

T. 614 126 3493

Angélica Navarro Editora en jefe del sitio México Desconocido. Quiero contagiar mi pasión por México.