Nota de prueba (editor simple)

Queda claro que, si algo abunda en Nuevo León, son maravillas naturales: y es que a lo largo y ancho de este estado se asientan sierras, lagos, ríos y bosques que invitan a adentrarse en ellos para olvidarse del caos citadino y disfrutar al máximo la naturaleza.

Un ejemplo de tesoro natural de esta región es la Sierra de Santiago, que forma parte del Parque Nacional Cumbres de Monterrey. En ella, enclavada a 1,650 metros de altura, se encuentra la comunidad de Laguna de Sánchez; para llegar ahí desde Monterrey es preciso recorrer menos de dos horas y media de camino, cruzando cañones, valles y arroyos. ¡El trayecto en sí es toda una experiencia!

Este poblado serrano –cuyo nombre proviene de una bella laguna que se forma en épocas de lluvias– se ha convertido en un sitio popular para hacer recorridos rurales. Cada año es visitado por cientos de turistas nacionales y extranjeros, quienes acuden para disfrutar la amplia oferta de turismo de aventura.

Entre otras actividades, aquí se practican la pesca, los paseos en kayak (en épocas de lluvia, la acampada, el senderismo, la bicicleta de montaña, los paseos en motocicleta y a caballo. Asimismo, existen cabañas para pasar un par de noches con una vista privilegiada hacia la laguna.

Los paisajes: ¡como sacados de una postal!

Como es habitual con los paisajes de la cordillera, el de Laguna de Sánchez quita el aliento por su belleza. El sitio se rodea por montañas, lo que contribuye a que en la laguna caigan lluvias frecuentes.

Pero las condiciones del clima pueden variar de un momento a otro, e incluso modificarse con sólo dar un par de pasos: al comenzar el recorrido quizá te topes con un poco de lluvia o un clima similar al de la ciudad, pero al adentrarte, podrías encontrarte sumergido en un valle lleno de sembradíos con un cielo azul brillante. En un mismo día puede caer lluvia y, en menos de un par de horas, el sol estará de nuevo calentando el valle.

En algunas épocas del año la laguna se cubre por una neblina densa, dotando al entorno de un aire casi místico.

Los habitantes y sus dulces frutos

Esta comunidad agrícola es hogar de menos de 300 habitantes, que se caracterizan por su sencillez, su trato amable y por siempre recibirte con una sonrisa. En época de cosecha salen a las calles a ofrecer a los visitantes los frutos de sus huertos: manzanas, duraznos y ciruelos, principalmente. Asimismo, venden dulces artesanales hechos a base de frutas.

Cuándo visitar

Cualquier época del año es buena para darse una vuelta por este paraíso natural. La temperatura anual media es de 14 grados centígrados, por lo que te recomiendo llevar ropa para cubrirte. Toma en cuenta que es probable que por las mañanas te reciba una neblina densa.

¿Dónde dormir?

Aquí hay varios lugares para acampar: una buena opción es a un costado de los huertos, donde hay mucho pasto para poner la carpa y dormir cómodamente. También hay cabañas; algunas se ubican en un área llamada La Aldea, y otras, en Mesa del Oso, donde se requieren vehículos 4×4 para llegar. Ambos lugares están cerca de la laguna.

Tips de seguridad

La carretera está en buenas condiciones, por lo que cualquier vehículo puede llegar. Sin embargo, para hacerlo se necesita cruzar la sierra, por lo que importante no dejar el volante en manos inexpertas, así como utilizar freno de motor en las bajadas.

¿Qué llevar?

Normalmente, aquí el clima es 10 grados menor que en Monterrey. Por ello te recomiendo llevar algo ligero de manga larga para las noches de verano y en invierno, una buena chamarra. ¡No olvides el repelente de insectos y el bloqueador!

¿Cómo llegar?

Desde Monterrey: toma la Carretera Nacional. Pasando la plaza El Cercado gira a la derecha rumbo a la Cola de Caballo. Sigue por el camino pavimentado que atraviesa La Cola de Caballo, La Nogalera, Puerto Genovevo, Ciénega de González y San Isidro, hasta llegar a la Laguna de Sánchez.

Josafat Busio