Nuestra señora de las iguanas, el retrato que inmortalizó a las mujeres juchitecas

El destino quiso que en 1979, la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, se topara en Juchitán con una mujer que, justo ese día, caminaba por el mercado con varias iguanas vivas en la cabeza para venderlas. La fotógrafa aprovecharía el momento y con el consentimiento de la oaxaqueña, captaría la esencia de lo femenino a través de su mirada serena. Más tarde, titulada Nuestra señora de las iguanas, la fotografía daría la vuelta al mundo convirtiéndose en una imagen icónica de México.

¿Quién fue Nuestra señora de las iguanas?

Su nombre fue Zobeida Díaz y de acuerdo con sus familiares, desde niña tuvo que trabajar, vendiendo prácticamente de todo, gallinas, collares de flores, tortillas, cerveza, huevos de tortugas frescos (en esa época no era ilegal) y hasta iguanas.

Respecto a su carácter, era conocida por fiestera, alegre y como buena juchiteca, disfrutaba echarse unas cervezas. En cuanto a su vida personal, su esposo se llamó Francisco y con él procreó seis hijos, cuatro mujeres y dos varones.

Así surgió la icónica imagen

En diversas entrevistas, la fotógrafa ha contado que al ver a Zobeida con las iguanas en la cabeza, quedó impactada; y en consecuencia, le pidió que posara para ella, lo cual fue muy difícil pues las iguanas se movían y se caían de su cabeza. Asimismo, a Iturbide solo le quedaban doce fotografías disponibles.

Sólo una foto, de las doce que tomé de ella, me agradó, porque era la única donde las iguanas levantaron las cabezas como si estuvieran posando ante mi cámara”.

Graciela Iturbide, fotógrafa

Cabe señalar que en esos tiempos, en Juchitán, la iguana era un ingrediente común en guisados o como relleno de tamales, por lo que se comercializaba con frecuencia en los mercados.

Nuestra señora de las iguanas, famosa en todo el mundo

Mucho se ha discutido acerca de los elementos que hicieron famosa esa fotografía; algunos dicen que es el rostro de Zobeida, que transmite la fortaleza de las mujeres juchitecas; otros hablan de la conjugación de lo humano y lo animal para crear un ser mítico; lo cierto es que su popularidad ha atravesado fronteras.

De hecho, la imagen ha sido reinterpretada en otras disciplinas artísticas: gráfica, mural y collage, por mencionar algunas. De igual forma, el maestro Francisco Toledo hizo tarjetas con el retrato; alguien la renombró como la medusa juchiteca y hasta fue erigida una estatua de ella en la ciudad.

Tres años sin Francisco Toledo, ícono cultural de Oaxaca

Finalmente, recordemos que la fotografía da cuenta de otros tiempos pues en la actualidad, la iguana verde es una especie amenazada; por lo tanto se encuentra protegida por las leyes mexicanas y ya no se consume.

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