Orejeras prehispánicas, las expansiones de orejas de Mesoamérica
Las orejeras prehispánicas constituyen uno de los elementos ornamentales de mayor trascendencia y universalidad entre los antiguos pueblos mesoamericanos. Más allá del valor cosmético, su importancia radicaba en lo simbólico y religioso.
Los antiguos pueblos mesoamericanos tenían una compleja y sofisticada organización social. El tiempo nos ha separado de ellos. Recién hemos descubierto el valor de muchos de los elementos de su vida cotidiana. Gracias a la arqueología, las crónicas y la historia, ahora comprendemos mucho de aquél mundo. Sin embargo, si algo siempre ha llamado nuestra atención es su peculiar ornamentación corporal, principalmente las perforaciones. De ellas, las orejeras prehispánicas son omnipresentes en vestigios arqueológicos y representaciones como la escultura. ¿Por qué?
La orejeras en la antigua Mesoamérica
El portar orejeras era uno de los rasgos distintivos de las elites de los pueblos mesoamericanos. Su práctica se remonta desde el periodo Preclásico Temprano (2500 a.C.-1200 a.C.) hasta el momento la conquista europea en el siglo XVI. Las innumerables representaciones en figuras, esculturas, lápidas y códices dan constancia de su empleo estamentario. Gobernantes, nobles y sacerdotes parecen ser los que portaban las más complejas y grandes, mientras que la gente común no solía usarlas, y si lo hacía, eran sencillas y pequeñas.
Para poder llevar orejeras era necesario perforar el lóbulo de la oreja, tal como sucede actualmente con la preparación para portar aretes. Debido a las grandes dimensiones que alcanzaban esos ornamentos, en la época prehispánica el ensanchamiento del orificio debía ser progresivo. Para ello, se usaban espinas de maguey, que ayudaban a expandir las oquedades.
La ritualidad de las orejeras prehispánicas
El uso de orejeras en Mesoamérica era tan generalizado, que no es aventurado suponer que incluso este tenía un propósito ritual. El significado último de portarlas parece haber sido similar en distintas épocas y regiones. Se trataba de una transformación del sujeto y su entrada a un nuevo contexto social o plano del mundo. El material con el que estaban hechas son otro elemento de simbolismo cosmogónico: iban desde la turquesa, jade, cristal volcánico hasta el oro, elementos relacionados con diversas deidades.
Entre los mexicas, la horadación de las orejas se hacía durante la infancia y conllevaba un explícito trasfondo ritual. De acuerdo a los testimonios recogidos por fray Bernardino de Sahagún, esto ocurría durante un par de fiestas que se realizaban cada cuatro y ocho años.
Es así que estos sofisticados ornamentos corporales, además de remarcar una transición de edad y señalar un estatus social, también emparentaba a gobernantes y sacerdotes con diversas deidades. La más señalada es Tláloc, pero también está Xipe-Totec, por citar un par de ejemplos frecuentes del mundo nahua.
Tipos de orejeras
A grandes rasgos pueden señalarse dos tipos básicos de orejeras prehispánicas: las primeras eran las que sencillamente se insertaban en el lóbulo; de ellas podían pender adornos. El segundo tipo eran las que estaban formadas por la orejera propiamente dicha, y estaban atravesadas por un tubo del que con frecuencia colgaban elaborados remates. Las del gobernante maya Pakal son un excelente ejemplo de estas últimas. Normalmente, la parte de la orejera que se insertaba presenta una especie de canal en el que encaja el lóbulo, aunque existen algunas con forma de gancho.