Otilio Montaño, ¿qué hizo y cuál es su biografía?
Aunque es poco recordado, Otilio Montaño luchó hasta el final de sus días para que los campesinos mexicanos recibieran verdadera justicia y no sólo promesas.
Biografía de Otilio Montaño
Otilio Edmundo Montaño Sánchez, mejor conocido como Otilio Montaño, además de ser un gran aliado de Emiliano Zapata, estaba tan comprometido por conseguir una justicia verdadera para el sector campesino que fue asesinado por ese motivo (y sin que su sueño se hiciera realidad). Te compartimos su biografía.
Montaño nació el 13 de diciembre de 1877 en Villa de Ayala, Morelos, y murió el 18 de mayo de 1917 en Buenavista de Cuéllar, Guerrero. Desde joven, una de sus mayores pasiones era la educación por lo que se esforzó por obtener grados académicos sobresalientes para la época.
Asimismo, mientras se formaba se convirtió en profesor de la escuela de Telpancingo. No obstante, su anhelo educativo quedó interrumpido por el estallido de la Revolución Mexicana. Y es que, junto con el célebre líder Emiliano Zapata, Montaño se unió a la lucha armada dirigida por Francisco I. Madero.
Sin embargo, cuando Madero llegó al poder, el contexto era difícil y la presión social y política llegaba por todos lados. Ante esto, el nuevo gobernante se mostró blando y no cumplió con las promesas radicales que los zapatistas y otros revolucionaros esperaban.
Así, Montaño se dio cuenta de que la nueva ley ni siquiera los protegería. Como consecuencia hubo una ruptura irremediable; los revolucionarios ya no confiaban en el nuevo gobierno, lo desconocieron y promulgaron el Plan de Ayala. Éste fue redactado por el profesor Otilio Montaño, después lo revisó Zapata y el 28 de noviembre de 1911 lo expidieron.
La lucha de Otilio Montaño por los campesinos mexicanos
De acuerdo con un artículo del Gobierno de México, Montaño comentó durante la Junta Revolucionaria del Centro y Sur de la República que para solucionar el problema agrario era necesaria una reforma constitucional y mencionó lo siguiente:
Reunidos así, con el carácter de «CONVENCIÓN NACIONAL REVOLUCIONARIA» debemos preocuparnos, no sólo del cambio de gobierno sino también de todo aquello que, en la legislación establecida, se liga o relaciona de algún modo directamente con la «idea» de beneficiar realmente al pueblo. Asegurados estos «factores», la razón indica que queda asegurada plena y definitivamente la paz.
No hay que hacerse ilusiones de que sólo la indicación o voluntad de alguno o algunos de los grupos revolucionarios, sea bastante para contratar la paz, de tal o cual manera; ¡no señor!, es necesario, es más que preciso, la reunión de todos los elementos revolucionarios del país para que todos contribuyan al acuerdo pleno para decidir sobre los intereses de la patria.
Gobierno de México/Otilio E. Montaño, El zapatismo, ante la filosofía y ante la historia, 21 de julio de 1913.
Un nuevo conflicto contra el gobierno revolucionario
Después de la Decena Trágica y de que el gobierno maderista fuera derrocado, Victoriano Huerta consolidó su Golpe de Estado y ocupó la silla presidencial. Ante este nuevo conflicto, los revolucionarios se unieron para combatir al gobierno ilegítimo.
Empero, a pesar de que en un inicio zapatistas y carrancistas lucharon por ideales similares, cuando se derrocó a Huerta todo cambió. Pronto las diferencias se volvieron irreconciliables. Como consecuencia, se desató una lucha entre revolucionarios. Por un lado estaban los zapatistas y villistas y por el otro carrancistas y obregonistas.
Las batallas eran feroces y, a partir de 1915, cuando Venustiano Carranza llegó al poder, la hostilidad incrementó y también a nivel interno. Y es que, a pesar de que Otilio Montaño se había mantenido fiel a Zapata, en 1917 comenzaron a tener grandes diferencias.
De esta forma, Montaño se trasladó a una colonia en Buenavista de Cuéllar que era famosa por albergar a zapatistas fugitivos. Además, éstos buscaban acercarse a Carranza; sin embargo, el movimiento fue sofocado por Zapata y Montaño fue capturado.
¿Cómo murió Montaño?
Finalmente, Otilio Montaño recibió un juicio (que se presume estuvo lleno de irregularidades debido a que lo llevaron a cabo enemigos de Montaño como Manuel Palafox, entre otros) en el que se le declaró culpable y se le condenó a ser fusilado. Empero, antes de su muerte, Montaño consiguió escribir un Testamento político.
En dicho documento, Montaño se declaraba inocente de las acusaciones y señalaba que el general Zapata estaba rodeado de gente que tejía un complot en su contra. Según Montaño, la causa de la traición derivaba de intereses mezquinos y miserables.
A pesar de ser asesinado, Montaño tuvo una participación política muy importante dentro del movimiento revolucionario. Sus aportaciones fueron más allá de la lucha armada y lograron trascender a través de sus demandas y escritos; los cuales exigían un trato justo para aquellos que siempre luchan y casi nunca obtienen nada.