Tlalpan: cuando la demarcación de la CDMX fue capital del Estado de México en el siglo XIX
No muchos saben que la alcaldía Tlalpan, en la CDMX, alguna vez fue capital del Estado de México ¡Descubre esta historia!
Los vaivenes de la historia de México no solo acontecen en su política y su sociedad. También se desarrollan en su distribución y división territorial. Un ejemplo poco conocido de ello es el de la alcaldía Tlalpan, que durante una pequeña parte del siglo XIX fue capital del Estado México.
El remoto pasado de Tlalpan
Lo que hoy conocemos como la demarcación Tlalpan en el sur de la Ciudad de México, empezó a ser poblada desde tiempos inmemorables. Alrededor de los años 1500-1200 a.C., se asentaron diversas aldeas a las faldas del Ajusco. El nombre de la demarcación proviene de la lengua náhuatl, de Tlalli (tierra) e ipan (sobre); esto es, «sobre la tierra» o «en tierra firme».
Durante el periodo Preclásico (2500 a.C.-200 d.C.), el emplazamiento más importante de esta zona fue Cuicuilco. Su existencia se extendió desde el año 800 a.C. hasta los años 250-300 d.C., cuando el volcán Xitle hizo erupción y enterró a la famosa ciudad. Se hipotetiza que Cuicuilco ya presentaba varios rasgos de lo que serían posteriormente las ciudades-estado de Mesoamérica, como la estratificación social y las construcciones en forma piramidal para diversos usos cívico-religiosos. Además, se han encontrado evidencias de su contacto con la cultura olmeca.
Posteriormente el territorio de Tlalpan sería ocupado por los tepanecas y otomís. Aquellas poblaciones se volvieron tributarias de Mexico-Tenochtitlan y sus aliados, Texcoco y Tlacopan (es decir, la Triple Alianza), entre los siglos siglo XV y XVI d.C.
Tlalpan como territorio del Marquesado del Valle de Oaxaca
Después de la conquista española, Tlalpan pasó a ser parte de los territorios concedidos a Hernán Cortés por el emperador Carlos I, en 1529. Dichos dominios otorgados al conquistador de Mexico-Tenochtitlan conformaron el Marquesado del Valle de Oaxaca. Éste se distribuía por diferentes zonas de lo que actualmente son el centro y sur del país, volviéndolo un enorme pero disperso territorio señorial.
Algunas de las ciudades incluidas en dicho marquesado fueron: Toluca, Taxco, Cuernavaca, Oaxaca y Tuxtla; también formó parte de él la alcaldía Coyoacán.
Constitución de 1824, San Agustín de las Cuevas y capital del Estado de México
Después de la consumación de la independencia de México en 1821 y la promulgación de la Constitución de 1824 (que convirtió al Imperio Mexicano en una república federal), la villa de Tlalpan fue nombrada por aquella Carta Magna como San Agustín de las Cuevas. En ese entonces formaba parte del Estado de México.
Con la expedición de la primera Constitución de México, se conformó una nueva distribución territorial del país, dividiéndolo en 19 estados federales. Pero aquí no acabarían los cambios, ya que aún hubo diversos reacomodos. Uno de ellos fue el del Estado de México; en ese entonces ocupada, además de sus actuales municipios, los que hoy son los estados de Hidalgo, Morelos y Guerrero. Dentro de estos territorios se debía establecer la capital mexiquense.
Es así que la propia Ciudad de México sería nombrada capital del Estado de México. Empero, en el propio año de 1824 fue separada de su territorio. Entonces en 1827, se decidió que Texcoco sería la capital del estado. Sin embargo esto no se concretó ya que, el entonces gobernador Lorenzo de Zavala, manifestó que la antigua ciudad de Nezahualcóyotl no reunía las condiciones necesarias para ser la capital del Estado de México.
Es así que después de un largo periplo, también en 1827, el congreso mexiquense dispuso que San Agustín de las Cuevas fuera capital política del estado. Para ello lo elevaron de rango, el cual pasó de ser de villa a ciudad. También ordenaron que recuperara su antiguo nombre en náhuatl, Tlalpan.
Tlalpan como capital del Estado de México. Una ciudad de discordias políticas
En 1828, el congreso del Estado de México inició el establecimiento de la capital del estado en Tlalpan. Sin embargo, para 1829 los avatares políticos del país cambiarían las cosas nuevamente. Y es que con la destitución del presidente Vicente Guerrero (y su artera ejecución), Lorenzo de Zavala que era partidario de éste, tuvo que dejar la gobernatura mexiquense. Fue así que el otrora gobernador del estado, Melchor Múzquiz, fue restituido en el puesto que ya había ocupado.
Pero ahí no acabaron los problemas. El gobernador Múzquiz enfrentó una serie de discordias y disputas políticas con varios rivales, ya que la capital mexiquense estaba demasiado próxima a la Ciudad de México. Fue así que para el 16 de octubre de 1830, se decretó trasladar la capital del Estado de México a Toluca. Esta decisión obedeció sobre todo al hecho de la centralidad que ofrecía aquella ciudad, en el valle homónimo. Además, estaba lo suficientemente lejos de las intrigas de la capital de la entonces joven República Mexicana.
A pesar de su efímera condición como capital del Estado de México (de1827 hasta 1830), Tlalpan fue una ciudad próspera. Es innegable que ofreció innumerables recursos al estado del que formó parte. También durante esos tres años, se lograron fundar en ella instituciones que perdurarían en Toluca, como la Casa de Moneda estatal y el Instituto Literario del Estado de México. En este lapso de tiempo, en Tlalpan también se establecieron una imprenta y una fábrica de puros.
Finalmente el 26 de noviembre de 1855, por decreto presidencial de Ignacio Comonfort, Tlalpan fue incorporada al entonces Distrito Federal como cabecera de la Prefectura del Sur. Aquél territorio incluía Coyoacán, San Ángel, Xochimilco y llegaba hasta el Peñón Viejo (Iztapalapa e Iztacalco).
