Pahuatlán, el pueblo del papel amate - México Desconocido
Buscador
Ver revista digital
Pueblear

Pahuatlán, el pueblo del papel amate

Puebla
Pahuatlan-Puebla
@Elisa Bello/flickr

En estos rumbos poblanos crecen pahuas y cafetales y los lugareños han desarrollado la maestría del papel amate. ¡Conoce Pahuatlán!

Vive una experiencia única:

Finca La Concordia, turismo inclusivo y hospedaje en el bosque




El pueblo de la fruta, donde crecen pahuas y cafetales, también sabe de niebla y bosques mesófilos de montaña. No es ajeno a la magia ni a los brujos conjurando males.

La mágica aldea del papel

Suyo es también el arte del papel amate, así como las tradiciones que otomíes y nahuas han custodiado desde el tiempo en que los totonacas les cedieron territorio. Porque Pahuatlán perteneció a la gran Totonacapan, y fue ese antiguo reino el que habría de regalarle la danza ritual de los hombres que vuelan, la que con Papantla y Cuetzalan comparte.

Lo que guarda la neblina en Pahuatlán

Vuelan bajo las nubes y cuando lo hacen parecen querer adueñarse de los rojos techos que hay en la Plaza Principal, como si desde ahí pudieran asistir mejor al espectáculo que todos los días ocurre en el suelo.

Los niños juegan en el sitio que a veces ocupan los voladores o las huapangueadas, el quiosco al centro los ignora, sus madres pasan entre las palmeras rumbo al Mercado Municipal.

¡Descubre el México Auténtico a través de nuestro podcast!

Y antes de que este sea todo aromas y movimiento para las mujeres una vez que entren, las campanas de la Parroquia del Señor Santiago, a un costado, las obligan a dirigir por un momento la mirada al cielo. Es la iglesia que los agustinos heredaron al pueblo en el siglo XVI, la misma que un siglo después habría de ser convertida en parroquia.

Lo destacado: el café de Pahuatlán

Numerosos son los cafetales que en el suelo de Pahuatlán crecen. Para conocer la forma en que los frutos rojos de esa apreciada planta son transformados hasta terminar en una taza y humo, debe visitarse el Beneficio de Café de Don Conche Téllez.

Archivo MD

Una cata y la posibilidad de comprar café recién tostado forman parte de la experiencia. También se puede degustar el aromático en el Café Pahuatlán, el bohemio local de Juan Hernández que está en el centro.

Entre manos: el papel amate de San Pablito

Conocido es el trabajo que en la cercana comunidad de San Pablito se realiza. Ahí los otomíes siguen produciendo lo mismo que sus antepasados hacían en el México sin españoles: papel amate.

Si bien se trata de una artesanía que ha llegado a conocer la exportación, es elaborada todavía con fines de ceremonia. Sirve a los brujos de ofrenda en sus rituales y en su superficie pueden quedar representados espíritus buenos o malos.

Al visitar, por ejemplo, el taller de la familia Santos Rojas (Juárez 46) se aprende que el papel es obtenido de la corteza del jonote, y se miran hervir con cal y ceniza las tiras que luego de ser machacadas habrán de convertirse en hojas secándose al sol.

Las figuras que cada lámina tiene solo están limitadas por la imaginación de quien las crea. Y se hacen entonces cuadros y lámparas, y piezas que combinan el arte del papel con los bordados que los otomíes bien conocen.

También la gente de San Pablito trabaja con chaquira, y ese diminuto material sirve para crear anillos y collares, broches de pelo, o para decorar blusas con prodigiosas combinaciones de colores. Las mujeres del grupo Tlatzumaque Sohuame Atla, en la comunidad de Atla, bordan rebozos, vestidos y faldas que no deben regalarse al olvido.

Entre árboles

A tres kilómetros del centro se halla el Puente Colgante Miguel Hidalgo y Costilla. Es el camino construido en el aire para comunicar Pahuatlán con la comunidad nahua de Xolotla.

Debajo pasa el río Pahuatitla, ese que viene desde Honey y en cuyas pozas es posible nadar cuando no es fuerte la corriente.

A quienes les gusta andar el arbolado trayecto de los cerros, tienen a su espera el paisaje que en el Cerro del Cirio se dibuja o el Cerro de Atla con las Grutas de Tamborillo escondidas en lo alto.

En la comunidad de Ahíla se practica la floricultura, las aves baten alas para ser observadas, se vuela en parapente y hay siempre ciclistas bajando en caravana sus colinas. Desde aquí se mira Pahuatlán a la distancia.

Quizá te interese leer:

artesaníaartesaniascafépahuatlánpahuatlan pueblapahuatlan pueblo magicopahuatlan pueblos magicos mexicopahuatlan pueblos magicos puebla
autor #ViajeraExpertaMD y periodista cultural.
Comentarios