Receta de pan de muerto tradicional y con mantequilla
Sorprende a tus seres queridos con un delicioso pan de muerto casero. Para ello, aquí te compartimos la receta original y con mantequilla. ¡Disfrútala!
Te compartimos la receta de pan de muerto tradicional para que consientas el paladar de tus seres queridos –aún de los que ya no están–. ¡Disfrútala y compártenos tu experiencia!
Receta de pan de de muerto tradicional para hacer en casa
Ingredientes:
- 1 kilo de harina
- 30 gramos de levadura instantánea.
- 10 gramos de Maximix 40 (acelerador que se encuentra en cualquier tienda donde se venden ingredientes para panaderías). Opcional.
- 300 gramos de azúcar.
- 5 gramos de sal.
- 8 huevos.
- 100 gramos de mantequilla.
- 80 gramos de manteca vegetal.
- 200 mililitros de agua (1 taza).
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Preparación:
- Primero mezcla la harina con la levadura en el Maximix 40.
- Luego forma una fuente y en el centro añade la sal, el azúcar y la mantequilla.
- Posteriormente, agrega poco a poco los huevos, mezclando a la perfección.
- Agrega agua y amasa de 30 a 40 minutos o 15 minutos en la batidora con el gancho especial.
- Deja reposar la masa hasta que doble su tamaño.
- Después, dale forma a los panes, decorándolos con huesitos hechos de la misma masa o con unas figurillas que parezcan muertitos (cabe mencionar que unos se embarran con una mezcla de huevo y agua y se espolvorean con ajonjolí, los otros se espolvorean con azúcar).
- Mete la pieza en el horno precalentado a 180º C, y mantenla durante 25 minutos o hasta que estén cocidos. Esto se sabe cuando al pegarles por la parte de abajo, suene hueco.
Ahora sí, ¡a disfrutar!
¿Cuál es el origen del pan de muerto?
El pan de muerto es una deliciosa herencia de la época colonial. Este surgió como una respuesta a las prácticas rituales prehispánicas en las que se incluían sacrificios humanos. No obstante, existen varias versiones que explican su origen.
Una de ellas sostiene que una mujer de noble linaje era ofrecida a los dioses. Después, el corazón le era extraído y, mientras aún latía, se metía a una olla con amaranto. Por último, el corazón era mordido por quien encabezaba el rito.
A pesar de todo, los conquistadores no solo rechazaron aquella práctica sino que también hicieron un esfuerzo por suplirla simbólicamente. Debido a ello, en su lugar hornearon panes de trigo en forma de corazón. Luego, para simular la sangre, los bañaban con azúcar pintada de rojo.
Otra explicación nos cuenta que los primeros pobladores de Mesoamérica preparaban una especie de pan hecho a base de semillas de amaranto y la sangre de los sacrificios. Posteriormente, lo entregaban como ofrenda a Huehuetéotl, Cuetzaltzin o Izcoxauhqui.
Sin embargo, aunque no hay una versión oficial sobre su origen, el pan de muerto se transformó hasta convertirse en el delicioso alimento que ahora degustamos cada año y en fechas cercanas a Día de Muertos.
Aunque, cabe señalar que, actualmente, la bolita superior del pan alude a un cráneo y las cuatro extremidades a los huesos del cuerpo.
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