¿Qué hace especial a la zona arqueológica de Yaxchilán?
Desde la forma en la que se puede llegar a ella, Yaxchilán se distingue de cualquier zona arqueológica a la que hayas ido.
La zona arqueológica de Yaxchilán tiene algo especial que la distingue de otras. Gracias a la importancia que sus monarcas le dieron al arte, la construcción y la historia, en la ciudad han sido encontradas decenas de estelas y dinteles en perfecto estado.
Además de relatar las batallas y victorias de la ciudad, estos grabados son una muestra del nivel de belleza y pericia que alcanzaron los artistas mayas de la época.
Descubre todo lo que hace especial a la zona arqueológica de Yaxchilán, una majestuosa ciudad maya ubicada a orillas del río Usumacinta, en la jungla de Chiapas.
Breve historia de Yaxchilán
Yaxchilán tuvo su máximo auge entre los años 600 y 800 d. C., en lo que es conocido como el Período Clásico Tardío. Durante esta época, la ciudad-estado controló la ruta comercial del Usumacinta, dominó a ciudades más pequeñas como Bonampak y se enfrentó a rivales como Piedras Negras y Palenque.
El gobernante más destacado fue Escudo Jaguar II, quien reinó durante 60 años. Durante su mandato, se construyeron una gran cantidad de edificios que transformaron el centro de la ciudad. Estos edificios estaban adornados con dinteles y estelas talladas, así como escaleras jeroglíficas.
Su hijo, Pájaro Jaguar IV, continuó su legado con una expansión arquitectónica enfocada en la promoción de su legitimidad y su figura como guerrero.
Poco después del año 800, la ciudad fue abruptamente abandonada, al igual que muchas otras durante los eventos que marcaron el final del Período Clásico.
¿Cómo llegar?
Desde el principio, Yaxchilán se distingue de cualquier zona arqueológica a la que hayas ido. Y es que hay dos maneras de llegar, pero ninguna es por tierra.
La primera es en lancha por el río Usumacinta. Estas lanchas se abordan desde Frontera Corozal, un poblado al cual se llega mediante una desviación desde la carretera federal 307 (Palenque-La Trinitaria). El viaje en lancha dura entre 45 y 60 minutos, dependiendo de la corriente.
La segunda es por aire, ya que desde Palenque, Tuxtla Gutiérrez, Ocosingo, Comitán o Tenosique, se pueden contratar avionetas que aterrizan en una pista aledaña a Yaxchilán.
Lo mejor de la zona arqueológica de Yaxchilán
Hay tres conjuntos arquitectónicos principales en la zona que está abierta al público: la Gran Acrópolis, la Acrópolis Sur y la Acrópolis Oeste.
El Edificio 33, que forma parte de la Gran Acrópolis, es el más icónico de Yaxchilán, gracias a su amplio friso repleto de nichos. Un escalón esculpido y una figura humana sin cabeza en el centro dan pistas de la grandeza que alguna vez ostentó este recinto. El estilo de los nichos en este edificio no se encuentra con frecuencia en otras ciudades mayas, pero en Yaxchilán está presente en una gran cantidad de construcciones.
El Edificio 19, conocido como el Laberinto, es un templo con habitaciones repartidas en tres niveles, conectados por escaleras interiores. También tiene una serie de pasillos subterráneos que llevan a pequeños cuartos. Uno de estos pasillos aún está sellado y no se sabe a dónde conduce.
Entre los más de 70 edificios encontrados en la zona, verás también lo que alguna vez fue un temazcal y un juego de pelota.
Lo más extraordinario de Yaxchilán son sus numerosas estelas, altares y dinteles tallados, que cuentan las historias de grandeza y conquista de los monarcas y sus antepasados. En total, hay 124 textos distribuidos en 30 estelas, 21 altares, 59 dinteles y siete inscripciones diversas. Los textos narran el establecimiento de alianzas o conflictos bélicos y contienen textos jeroglíficos y representaciones de los protagonistas de los diversos eventos, principalmente de los gobernantes.
La belleza de las piezas y la calidad del trabajo dejan claro que Yaxchilán fue una de las ciudades más prósperas y avanzadas de la civilización maya.
La escultura en el Edificio 33 que representa a un Pájaro Jaguar IV sentado, fue decapitada en el siglo XIX, cuando las ruinas de Yaxchilán fueron descubiertas. Hay una leyenda lacandona que dice que, cuando la cabeza del gobernante regrese a su sitio, los jaguares celestes se tragarán a todos los seres vivos y será el fin del mundo.
En lo que eso sucede, aprovecha para descubrir Yaxchilán, una zona arqueológica como ninguna otra.
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