Santo Domingo: conoce los secretos de una de las plazas más bellas de la Ciudad de México
La Plaza de Santo Domingo está llena de historias y tradición. Te contamos sobre la antigua sede de la Santa Inquisición en la Nueva España.
La Plaza de Santo Domingo del Centro Histórico de la Ciudad de México es una de las más bellas de nuestro país. Está delimitada por la calle República de Perú, al norte; la calle República de Brasil, al oriente, y la calle Belisario Domínguez, al sur. Al centro yace una estatua de la corregidora Josefa Ortíz de Domínguez.
De acuerdo con la leyenda, la Plaza de Santo Domingo se construyó sobre lo que alguna vez fuera el palacio del tlatoani Cuauhtémoc. Con la llegada de la congregación de los predicadores, se erigieron la plaza y el templo dedicados a Santo Domingo de Guzmán.
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La mayoría de los edificios actuales no datan del siglo XVI, ya que fueron reconstruidos en el siglo XVIII debido a los hundimientos e inundaciones. Gracias a ello, la plaza conserva uniformidad estética con estilo barroco novohispano. La plaza está rodeada de los siguientes edificios:
- Templo de Santo Domingo
- Palacio de la Santa Inquisición
- Antiguo edificio de Aduanas
- Edificio de los portales
- Las casadonas de Diego Pedraza y Juan Jaramillo
El Templo de Santo Domingo
La iglesia de Santo Domingo es un edificio con estilo barroco construido en el siglo XVIII. Es todo lo que sobra del antiguo convento de la Orden de los Dominicos de la Ciudad de México. En su interior, se encuentra enterrado Tlacahuepantzin Yohualicahuacatzin, mejor conocido como Pedro Moctezuma, hijo del tlatoani, fallecido en 1570. Asimismo, yace el cuerpo del colonizador Francisco Vázquez de Coronado.
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El primer proyecto de construcción de un templo pequeño en la zona fue en 1527, siendo concluido en 1530. Se reconstruyó por primera vez en 1542, para iniciar un complejo conventual. Tras una inundación, se reconstruyó por segunda vez en el siglo XVIII, bajo el liderazgo del arquitecto barroco Pedro Arrieta, con lo que tomó su actual aspecto.
Al finalizar la Guerra de Reforma, el complejo quedó dañado, ya que se eliminaron el monasterio y las capillas adyacentes para dar paso a la calle de Leandro Valle.
Actualidad del templo
El templo de Santo Domingo está construido en cantera gris con remates de tezontle. Cuenta con dos campanarios y su concreción lo hace ver como un edificio esbelto. En su exterior posee esculturas de San Pablo, San Francisco y Santo Domingo, entre otros.
Los arcos que se aprecian de lado izquierdo del templo no son originales, fueron construidos para mejorar la apariencia del edificio en 1968. Actualmente, en los arcos se alberga un salón de usos múltiples.
La iglesia está construida en cruz latina. Su interior alberga dos enormes retablos laterales del siglo XVIII. El enorme retablo mayor es una destacada obra neoclásica de Manuel Tolsá. La imagen más antigua del templo es un Cristo del altar mayor, cuya data es del siglo XVI; está hecho de pasta de caña de maíz y es conocido popularmente como El Cristo del Noviciado; según la leyenda, fue donada por un par de ángeles.
Existen once capillas laterales dedicadas a diversos santos, entre las que destaca el Señor del Rebozo, una advocación de Cristo a la que los fieles le ofrendan rebozos a cambio de milagros o favores.
Palacio de la Santa Inquisición
El Antiguo Palacio de la Santa Inquisición se encuentra ubicado en en la esquina de las calles República de Brasil y República de Venezuela. Hasta el fin de la Guerra de Independencia, el edificio fue la sede de la Santa Inquisición en el Virreinato de la Nueva España bajo la tutela de la Orden de los Dominicos.
El establecimiento de la Inquisición en México fue una consecuencia del proyecto de Independencia de la Nueva España bajo el liderazgo de Martín Cortés, hijo de Hernán Cortés, en 1566. Aunque la institución no operó plenamente hasta 1571, de la insurrección de Cortés datan las primeras víctimas de tortura por parte del Santo Oficio. Otras personas juzgadas en dicha plaza y edificio fueron la familia Carvajal por practicar el judaísmo, Martín Garatuza, Fray Servando Teresa de Mier y Miguel Hidalgo.
Tras consumarse la Independencia, el Santo Oficio se disolvió y el edificio fue puesto en venta. Sin embargo, nadie deseaba comprar dicho edificio ni al mínimo precio. Posteriormente, el palacio fungió como escuela y cuartel militar, hasta que en 1854, se vendió a la Escuela de Medicina. El edificio se adaptó para hacer un internado de estudiantes de medicina, entre los que destacó el poeta Manuel Acuña, quien se suicidó dentro del inmueble.
Cuando las facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México fueron trasladadas a Ciudad Universitaria, el Antiguo Palacio fue restaurado para albergar alberga a la Biblioteca Dr. Nicolás León, al Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, al archivo histórico de la Facultad de Medicina y al Museo de Medicina Mexicana.
Santo Domingo, una tradición de imprenta
Durante el siglo XIX, bajo el edificio conocido como Los Portales, se establecieron los escribanos (o «evangelistas», como les llama el pueblo), quienes ayudaban a los analfabetos a redactar cartas o documentos oficiales. Los escribanos poseían un escritorio y trabajaban con pluma, tintero y papel. Posteriormente se modernizaron y usaron la máquina de escribir, fungiendo como escritorios públicos.
El aumento de población alfabetizada hizo que el negocio se adaptara, convirtiéndose en una zona dedicada a la imprenta. La falta de trabajo y la competencia también degeneraron en aspectos negativos, ya que actualmente la zona también es popularmente conocida por la oferta de documentación.
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