Tarde de museos y tesoros barrocos en Zacatecas
Zacatecas es cultura y tradición, es arte y diversión. Pasear por sus calles es una actividad obligada.
La ciudad de la plata es uno de los grandes tesoros barrocos de nuestro país, pero al visitar sus museos me encontré con su rostro artístico no barroco, que resultó igualmente impresionante. La fama de Zacatecas como destino de viaje está cimentada en sus tesoros barrocos. Desde luego en su catedral, una de las más hermosas del continente; y también en otras iglesias como la de Santo Domingo o el extemplo de San Agustín. En sus mansiones y palacios virreinales, en sus fuentes y en sus barrios viejos; en sus calles empinadas y en sus plazas.Claro, yo visité todo esto. ¿Cómo perdérmelo? Pero cuando entré a los museos, Zacatecas me mostró sus otras caras, que no son barrocas. En el Museo Rafael Coronel me topé con dibujos de Diego Rivera, marionetas de Rosete Aranda, muñequitas virreinales de terracota para conjuros y miles de rostros mexicanos, indonesios, africanos, europeos… sí, una de las colecciones de máscaras más extensas del orbe.
También fue electrizante mi visita, al día siguiente, al Museo Pedro Coronel, donde quedé prendado de una cabeza de Buda de hace diez y seis siglos y de las litografías de Salvador Dalí, entre centenares de obras de arte de otros muchos tiempos, autores y latitudes. Sin embargo, mi mejor experiencia tuvo lugar al tercer día, precisamente en un fabuloso santuario barroco: el templo y exconvento de Guadalupe. Todo me encantó: la arquitectura del conjunto, los relieves de la fachada, los gigantescos lienzos del claustro, las obras maestras de Miguel Cabrera, José de Ovalle y Juan Correa… Pero una sola cosa me robó el aliento. Fue dentro del templo y no fue barroca, sino neoclásica (al menos de nombre): la deslumbrante capilla de Nápoles.
Imprescindibles de Zacatecas
- – Disfrutar el recorrido desde la mina El Edén a la cumbre del Cerro de la Bufa por el teleférico.
- – Explorar las asombrosas ruinas de La Quemada (a una hora de la ciudad).
- – Conocer la mayor fábrica de cerveza del mundo en Calera (a media hora de la ciudad).
- – Gozar en una callejoneada al mismo tiempo de la ciudad y del mezcal zacatecano.
- – Escaparse a la colorida serenidad del Pueblo Mágico de Jerez.
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