Un día en el Pueblo Mágico de Chiapa de Corzo
Sigue las tradiciones de Chiapa de Corzo, un Pueblo Mágico de Chiapas que te maravillará con sus encantadores atractivos.
Decidí olvidarme del frío de la ciudad, los abrigos y la ropa pesada. Necesitaba el cobijo del sol y oler la tierra húmeda. Hice mi maleta y tomé un autobús; dormí el camino entero y desperté en Chiapa de Corzo.
PASEO MATUTINO
El calor que tanto anhelaba no se hizo esperar. La Plaza de Armas me recibió con sus arcos y aquellos ladrillos rojos de La Pila, con el murmullo de una mañana que recién despertaba, con el canto de sus pájaros.
A unos pocos metros me topé con la Torre de Reloj y la estatua de Zeferino Nandayapa, músico célebre que regaló alegría a Chiapa de Corzo con las notas de su marimba, y alrededor de la plaza descubrí Los Portales, donde encontré una gran variedad de dulces, artesanías, huipiles, sombreros, blusas bordadas y huaraches de piel.
ENCANTOS CULTURALES
Chiapa de Corzo yace a la orilla del río Grijalva, en el camino que lleva a las montañas de Los Altos. Elegí este destino porque reúne todo lo que me gusta; las montañas, el agua, las ruinas, las iglesias antiguas, la gastronomía. Desde el siglo XVI, entre la Plaza de Armas y el río Grijalva, se yergue la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán. Después de visitarla y enamorarme de su fachada blanca y su campana inmensa de cinco toneladas, llegó uno de mis momentos favoritos del día: la hora de la comida.
Me gusta arriesgarme. Me decidí por el chipilín con bolitas de masa y su suavidad me sorprendió. De plato fuerte quise pepita con tasajo, carne seca acompañada de salsa de peita y achiote, y de bebida un pozol con cacao, fresco y en su punto, ni muy espeso ni muy aguado; al final, no pude contenerme: llegaron los suspiros (dulce de yuca molida).
DE NATURALEZA Y TRADICIÓN
Parace que las actividades aquí no tienen fin, siempre hay algo qué hacer: un museo por conocer, una iglesia más, otro dulce que probar. Sin embargo, hay un atractivo obligado, una experiencia que quiero vivir: el Cañón del Sumidero.
El cañón resulta fascinante: en sus aguas nadan cocodrilos y sus paredes de más de mil metros de altura son el hogar de hocofaisanes, monos araña, osos hormigueros, ocelotes, venados de cola blanca, orquídeas, bromelias, helechos, begonias y hasta cactáceas. No hay mejor forma de celebrar la vida que rodearte de ella.
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Algo dentro de mí despertó y una alegría infinita me invadió cuando escuché la música de fiesta y vi las calles atestadas de danzantes con trajes de colores, máscaras, pelucas y una sonajas muy peculiares. Estos son los afamados Parachicos, personajes principales de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, declarados por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2010. Estos danzantes recorren las calles al son del tambor y el pito. A ellos se unen los Chuntáes, hombres vestidos de mujer, y el Abrecampo, un hombre con el cuerpo pintado de negro, que despeja el camino con una escoba. Me despedí plena y feliz de esta celebración que tiene 305 años de historia.
Imprescindibles cuando viajes a Chiapa de Corzo
- Tomar un tascalate, bebida hecha con maíz tostado, achiote, canela y azúcar.
- Visitar la zona arqueológica de Chiapa de Corzo.
- Visitar la Casa Museo de la Marimba.
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