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Alumbrado público en la Ciudad de México, esta es su historia

Ciudad de México
Farola 1900
© © Fotografía: Odín Historic. Facebook © Fotografía: Odín Historic. Facebook

La instalación del primer alumbrado público en la Ciudad de México que funcionaba con electricidad, a finales del siglo XIX, marcó un antes y un después en la vida cotidiana de los capitalinos. La principal urbe del país cambió para siempre.

La capital del país ha transitado una serie de eventos que en el día a día parecen irrelevantes, pero que en realidad han marcado un antes y un después. Uno de ellos sucedió el 11 de diciembre de 1881, cuando se instaló un nuevo alumbrado público en la Ciudad de México. Totalmente eléctrico, dicha innovación luminaria no solo representó una modernización de la infraestructura pública de la gran urbe, sino un cambio en sus costumbres y su vida social. De repente, la noche estuvo igual de viva que el día.

Lámpara modelo 1900 en el Centro Histórico, ícono del alumbrado público en la Ciudad de México. © Fotografía: Odín Historic. Facebook.

De las tinieblas a las farolas de aceite. El origen del alumbrado público en la Ciudad de México

La vida nocturna de la Ciudad de México era bastante diferente antes de que llegara cualquier tipo de luminaria en la vía pública. La capital de la Nueva España se quedaba en completa oscuridad cuando anochecía. Con un toque de queda ordenado a partir de las ocho de la noche, solo las lámparas de velas, las antorchas o la luna llena podían iluminar el camino. Diversos peligros, como robos y asesinatos, asechaban al abrigo de las tinieblas.

En 1763, el rey Carlos III reglamentó que la Ciudad de México y Cádiz fueran las primeras urbes de la corona que contaran con alumbrado público. En consecuencia ese mismo año, el virrey novohispano, el marqués de Cruillas, ordenó que todas las casas colocaran luz dentro de un farol. Para ello, se usaron velas de cebo, las cuales duraban más tiempo que una vela normal.

Con el nombramiento del conde de Revillagigedo como nuevo virrey, la situación cambió. Él mandó colocar farolas en diversas calles de la capital y creó al cuerpo de serenos, aquellos personajes que alumbraban y cuidaban la vía pública en la oscuridad. El 4 de abril de 1790, inauguró 1,128 faroles de vidrio que tenían lámparas de hoja de lata, con la mecha alimentada por el aceite de nabo, sostenidas por unos postes llamados «pies de gallo».

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Litografía de Claudio Linati de un sereno, hacia 1830. © Museo del Estanquillo.

La evolución del alumbrado público en la Ciudad de México

Con esta luminaria pública, la vida social de la capital del país empezó a transformarse. Si bien era luz tenue, ya había algunas personas que se aventuraban a salir a altas horas de la noche. Algunos pocos establecimientos empezaron a tener actividad nocturna. Ya independizado México, el alumbrado de la ciudad siguió cambiando. En 1849 se colocaron 450 lámparas de trementina, las cuales dieron luz limpia, más blanca y más intensa, por lo que fueron aumentadas a mil en 1855.

Sin embargo, el primer gran cambio tecnológico en el alumbrado público en la Ciudad de México llegó en 1857. El presidente Ignacio Comonfort hizo que se instalaran 1,500 faroles con mecheros de gas en las calles de Plateros (actualmente Madero) y San Francisco. Tras la Guerra de Reforma y la Intervención Francesa, en 1869 se dispuso del gas como fuente de alimentación de todas las luminarias de capital. El presidente Sebastián Lerdo de Tejada inauguró, en 1872, la iluminación de la Alameda, con 200 lámparas de gas hidrógeno.

A pesar del incipiente alumbrado público en la Ciudad de México, aún los momentos idóneos para pasear en las primeras horas de la noche eran cuando había de luna llena, como muestra esta litografía de Casimiro Castro fechada entre 1855 y 1856.

El alumbrado eléctrico

El gran salto vino con la llegada de Porfirio Díaz al poder en 1876. Como nuevo presidente, con una situación económica y social estable, el veterano general promovió la modernización tecnológica del país. Para ello, inauguró diversas plantas de una novedosa fuente de energía: la electricidad. Después, su gobierno otorgó al sector eléctrico el carácter de servicio público.

Es así que gracias a todo esto, el 11 de diciembre de 1881, la Compañía Knight puso al servicio de la Ciudad de México, cuarenta lámparas eléctricas del sistema Brush en el Zócalo y otras cien en la Alameda Central. Posteriormente, el Ayuntamiento de la capital, a través del regidor del alumbrado, el ingeniero Alberto Best, convocó a un concurso para instalar luminarias eléctricas en el resto de la ciudad. Dicha licitación la ganaría la empresa Siemens en 1894.

Es así que finalmente, la electricidad iluminó las calles de la Ciudad de México. Gracias a ello, no solo las personas podían transitar de forma segura durante la noche, sino también se transformaron sus hábitos sociales. Ahora con luminaria potente y continua, surgió la vida nocturna de la capital del país. Centros de entretenimiento y espectáculos se inauguraron; bares y otros establecimientos ofrecieron sus servicios bien entrada la madrugada. De repente, las tinieblas de la antigua urbe se habían llenado de vida.

Fotografías de la iluminación de la Catedral Metropolitana y el Palacio Nacional por el Centenario de la Independencia, el 15 de septiembre de 1910. © Iluminet. Revista de iluminación.

Actualidad del alumbrado público en la Ciudad de México

Actualmente, la iluminación de la Ciudad de México es dirigida por la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX, a través de la Dirección de Alumbrado Público. La luz en la vialidad pública ha protagonizado grandes eventos de la vida de la capital del país. Desde los festejos por el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución en 2010, pasando por fiestas como lo son el Día de Muertos y la Navidad, hasta llegar a conmemoraciones como la misma fundación de la ciudad, el alumbrado urbano ha jugado un papel fundamental. En el 2023, se tenían registradas 123 mil 516 luminarias LED, de las cuales muchas ya usan paneles solares para alimentar su funcionamiento.

Las decoraciones para las fiestas patrias son uno de esos eventos especiales del alumbrado público en la Ciudad de México. © Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX. Gobierno de la Ciudad de México.
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autor Poeta y ensayista. Historiador de formación. México es sus misterios.
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