Carta a un amigo, mi perro Jasson
Te queremos compartir una emotiva carta que escribió Maressa, nuestra viajera más joven del equipo, para despedirse de su mejor amigo.
«Gracias a ti, somos lo que somos en nuestra familia»
Jasson:
Hoy miro al cielo y me acuerdo de ti. Me acuerdo de la bonita sonrisa que tenías, y de la hermosa «perronalidad» que todos amábamos.
Dicen que a lo largo de la vida se tienen varios amigos. Algunos pasajeros, otros más duraderos. Algunos verdaderos, otros que te traicionan a la primera de cambio. También dicen que los verdaderos se pueden contar con los dedos de la mano. Y qué cierto es.
Hoy, mirando con perspectiva mi vida, me doy cuenta de que mi mejor amigo siempre fuiste tú.
Las personas que nunca han tenido mascota no pueden entenderlo, pero tú, sin siquiera poder hablar y poner palabras a tus sentimientos, nos demostraste cada día lo mucho que nos querías.
Y no era un amor cualquiera. Se trataba de un amor puro, de los que no duelen, de los que solo entregan sin esperar ni recibir nada a cambio.
Sé que ahora ya no estás sufriendo, que ahora estás más feliz que nunca, en un lugar lleno de perros como tú, un lugar donde no existe el dolor, ni el sufrimiento: un lugar lleno de amor y felicidad. ¡Un lugar donde mereces estar!
Me siento tan afortunada por haber disfrutado de tantos momentos a tu lado. Y feliz porque te dimos la vida que merecías. Sé que la disfrutaste y que nos volveremos a encontrar ya sea en el cielo, o que nos alcances en otra vida.
Todos nacemos, vivimos y morimos. Y todos pasamos por estas fases con un propósito.
Tú, nuestro querido Jasson, naciste y viviste para dar felicidad a todo el que te rodeó. Estuviste con cada uno de nosotros: primero, con Franco de chiquito; luego, con mi papá en las estancias; después, con Emiliano, y por último, con mi mamá, a quien hiciste la más feliz de la vida.
A la vez, también estuviste conmigo y con Anniela en los momentos más difíciles y más bonitos de nuestras vidas.
Y ahora, has fallecido con el propósito de llevar tu alegría hasta el infinito, hasta el cielo.
Tus últimos días han sido un poco tristes, dolorosos, tenías muchas molestias y ya no encontrabas por ninguna parte esa alegría y energía que tanto te caracterizaba. Pero aún así, hasta el último suspiro estuviste entregando cariño. Cuánta bondad había adentro de tu corazón.
Jasson, te echaremos de menos, y aunque no estés físicamente permanecerás vivo en nuestra esencia. Porque tú has formado parte de nuestras vidas durante mucho tiempo y hoy en día somos como somos en gran parte gracias a ti.
Gracias por iluminar nuestros caminos.
Gracias por entregarnos todo sin esperar nada a cambio.
Gracias por tu fidelidad.
Gracias por tu amor y cariño incondicional.
Gracias por regalarnos instantes grandiosos.
Gracias por estar ahí cuando más lo necesitábamos.
Gracias por siempre tener esa hermosa sonrisa en tu cara.
GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS.