«El último vagón» existe y es una escuela primaria en Naucalpan

El último vagón es una película que está dando mucho de qué hablar, pues invita a la reflexión sobre la vocación docente y las dificultades que la población más pobre tiene para lograr la alfabetización.

De acuerdo con la sinopsis de Netflix, que está lejana de los spoilers, la historia es la siguiente:

«En una zona rural de México, la maestra Georgina está decidida a marcar una diferencia en la vida de sus jóvenes e ingeniosos estudiantes, a los que educa en una escuela vagón.»

La película es una ficción basada en la novela de Ángeles Doñate y está ambientada en la época en que la Secretaría de Educación Pública enviaba a maestros en auténticas escuelas móviles que viajaban a través de las líneas de tren, entonces pertenecientes al Estado mexicano. La intención de esta escuela no era otra que atender a los hijos de los obreros ferroviarios, quienes viajaban constantemente con sus familias para dar mantenimiento el complejo sistema de trenes.

El programa educativo de maestros en las líneas ferroviarias duró de la década de 1940 a 1990, cuando el gobierno mexicano optó por la privatización de los trenes.

Escuela Primaria Artículo 123 “Lic. Adolfo López Mateos» en Naucalpan, única en su tipo

Y por más sorprendente que parezca, la historia de El último vagón no está lejos de estar inspirada en la realidad actual, ya que aún existe un vagón que funge como escuela en México. Se trata de la Escuela Primaria Artículo 123 “Lic. Adolfo López Mateos», que está ubicada en el municipio de Naucalpan, Estado de México.

El vagón, que ahora cumple las funciones de aula, recorrió el norte de México hasta la década de 1990, cuando fue abandonado tras la privatización de las redes ferroviarias. Sin embargo, no pasó desapercibido por la comunidad de San Bartolo, entonces a las afueras de la ciudad y de bajo ingreso económico, quienes hicieron del vagón una escuela para los niños de la comunidad.

Cabe destacar que parte de la población de San Bartolo también habita de formar irregular en vagones o casas a las orillas de las vías, por donde aún circulan algunos trenes que transitan la zona industrial de Naucalpan.

El último vagón de la vida real, un ejemplo de excelencia académica

Con respecto a la escuela primaria, ésta atiende a más de 60 estudiantes y es dirigida por Jaime Mayolo Contreras, quien colabora con dos profesoras. Aunque parezca sorprendente, se dan los seis grados de educación primaria divididos en tres ciclos, y el vagón cuenta con sala multimedia y biblioteca. Asimismo, en 2015 fue clasificada como la segunda escuela con mayor aprovechamiento académico en el Estado de México, pese a que se encuentra en una de las zonas más marginadas y problemáticas de Naucalpan.

Con respecto al origen de El último vagón de la vida real, Contreras señaló a Notimex en 2016:

«Es estas escuelas se les llama ambulantes, principalmente se fundaron para hijos de trabajadores. Estas escuelas las tenían Petróleos de México, cementeras y ferrocarriles, y la Secretaría de Educación Pública prestaba a los maestros a estas empresas para que los niños tuvieran su educación».

Con respecto a las dificultades que enfrenta la escuela, el director señala que en la administración pasada hubo presiones del gobierno para desaparecer el plantel, pese a su éxito rotundo en las pruebas de aprovechamiento académico.

Asimismo, afecciones atmosféricas por la cercanía del plantel con un río de aguas negras, así como los desbordes e inundaciones potenciales de éste en cada temporada de lluvia, han sido algunas dificultades que El último vagón ha tenido que superar.

«El río se puede salir de su margen, ya ha pasado en dos ocasiones, en los 23 años que llevo aquí. Tenemos poca luz y carencia de drenaje; principalmente es lo que nos perjudica»,

concluye el dorectivo.

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Rodrigo Osegueda Filósofo por formación. Contempla el alma e imaginación de México.