Los huehuenches de la Martín Carrera y el Carnaval de la Villa, una tradición viva de la CDMX
El Carnaval de la Villa es una fiesta tradicional de la alcaldía Gustavo A. Madero con personajes únicos: los huehuenches de la Martín Carrera. ¡Conócelos!
A menudo se suele pensar que la Ciudad de México, al estar altamente urbanizada y atravesada por diferentes dinámicas, ha dejado de tener tradiciones. Sin embargo, sus colonias y barrios las resguardan con esmero. El Carnaval de La Villa es muestra de ello, y gracias a los vecinos de la colonia Martín Carrera, también se han preservado a los protagonistas indiscutibles de aquella fiesta: los huehuenches.
Los orígenes de los huehuenches y el carnaval en México
La celebración del carnaval llegó a México con los conquistadores españoles, en el siglo XVI. Hay que recordar que el carnaval es una celebración que se lleva a cabo en vísperas de la cuaresma cristiana. Ni su origen ni su etimología están del todo claros, pero es indudable que en el tránsito de la Edad Media a la Modernidad, dicha fiesta combinó diferentes elementos culturales de Europa, África y América Latina.
Adaptándose a la liturgia católica, los pueblos originarios de México empezaron a celebrar esta fiesta, a pesar de que los españoles y criollos los excluyeran de sus respectivas celebraciones. Se cuenta que los hispanos, al ver los atavíos que usaban los indígenas, los llamaron despectivamente huehuenches, una palabra derivada del náhuatl huehuetzin (viejito). Estos personajes y danzantes son típicos de Tlaxcala, Puebla, Morelos, la capital del país y otros estados.
El origen del Carnaval de La Villa, un poco de su historia
Respecto al Carnaval de La Villa, su origen más remoto está en los pueblos nahuas asentados en el Tepeyac. Entre ellos estaba un barrio tlaxcalteca que se avecindó en dicho sitio tras la caída de Mexico-Tenochtitlan. Hay una anécdota que cuenta que cuando Agustín de Iturbide y su comitiva imperial visitaron la Basílica de Guadalupe para fundar la orden homónima, los vecinos de La Villa, al ver a la aristocracia de la ciudad reunida y vestida de forma extravagante, empezó a llamarlos burlonamente «huehuenches». Estaban aludiendo a que se veían igual de ridículos que los danzantes del carnaval.
Con el pasar del tiempo, las tierras de la localidad Salinas de Tlatelolco (uno de los pueblos nahuas de La Villa), le fueron arrebatadas por el español Blas López de Aragón. Éste mandó contruir ahí la Hacienda de Aragón. Después de largas disputas legales entre los herederos de la hacienda con las poblaciones circunvecinas, el presidente Ignacio Comonfort decretó el reconocimiento oficial del pueblo de San Juan de Aragón, el 13 de septiembre de 1857.
El nacimiento de las colonias Aragón y Martín Carrera. El carnaval moderno
Dentro del pueblo nacerían las colonias Aragón y Martín Carrera, esta última fundada por el general homónimo en 1895. De acuerdo a los más antiguos vecinos, en la calle Ramón López Rayón (la cual fue la última en incorporarse a la colonia Martín Carrera) nació el carnaval moderno de La Villa. Allí la familia Medina (con el apoyo de los Rojas, Buendía, Carbajal y González) sería la encargada de organizar los festejos durante décadas. En 1972 se retiraron de su responsabilidad, cediéndola y entregándole los respectivos permisos a los vecinos del número 12 de la calle Joaquín Herrera.
Sin embargo, a finales de los años ochenta la organización del Carnaval de La Villa vivió un cisma. Los vecinos del número 12 de la calle Ramón López Rayón disputaron la autoridad y reconocimiento legal que poseían los del 12 de Joaquín Herrera. Al final, la todavía delegación Gustavo A. Madero, terminó por reconocer a la organización de la calle Joaquín Herrera.
Las celebraciones del Carnaval de La Villa
A lo largo de incontable tiempo, el Carnaval de La Villa ha unido a los barrios de las colonias Aragón y Martín Carrera. Actualmente son seis las organizaciones las que llevan a cabo el festejo, durante semanas consecutivas antes de Semana Santa.
Los festejos del carnaval incluyen comparsas, música en vivo (sobre todo presentaciones de sonideros) y enormes comidas preparadas por los vecinos. También se corona a una de las jovencitas que viven en el barrio, a manera de distinción.
Como parte de la fiesta, se interpreta La muñequita, un conjunto de cantos, música y baile. Este número es originario de los pueblos de Nexquipayac y San Juan de Aragón. La estrofas de la canción hablan de una peregrinación festiva y religiosa. La composición es una sátira de los españoles, su Virgen y de los tlaxcaltecas, aliados de los conquistadores.
Los huehuenches de la Martín Carrera
Los desfiles de los huehuenches son lo más característico de los festejos del carnaval. Estos personajes satirizan a «los catrines», es decir, a los hombres de la alta sociedad. Llevan trajes a la usanza porfiriana y sombreros de copa. Lo más llamativo de su atuendo son las máscaras barbadas, las cuales eran hechas por maestros mascareros de Santa María Aztahuacán, en Iztapalapa.
Junto a los huehuenches van sus parejas, «las morras». Estos personajes satirizan a las damas «fifís». Suelen ser interpretadas por hombres, ya que en el pasado era «inapropiado» que las mujeres representaran este rol. También en el borlote va «el oso», una reminiscencia del gitano que recorría las calles de la Ciudad de México haciendo bailar a un oso encadenado, en los años sesenta. La persona que lo representa lleva una máscara artesanal de este animal.
Cierran este repertorio carnavalesco otros dos enmascarados con atuendos andrajosos: «el ahorcado» y «la viuda», ambos interpretados por hombres. Representan a un ladrón y a su esposa. Durante la noche del Martes del Carnaval, se escenifica con ellos de forma cómica la Ceremonia del ahorcado, donde se ejecuta a este personaje, con su pareja lamentando el suceso.
Sin duda alguna, las tradiciones y la cultura comunitaria de la Ciudad de México siguen muy vivas. Un ejemplo del esfuerzo para conservarlas fue el Grupo Niña Doncella (Juan Carlos Balmaceda González, Paola Estefanía Pola Hernández y Yair Daniel Martínez Salinas), que en 2017 publicó el libro ¡Hucha Caramba! Yo soy huehuenche de la Martín Carrera (Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias, México).
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