Tenancingo, la ciudad de los rebozos (Estado de México)
Tenancingo es un rincón del Estado de México reconocido por el trabajo artesanal de sus rebozos. Conoce más sobre esta vestimenta mexicana.
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Tenancingo es una ciudad bien conocida por la belleza de sus rebozos, hechos por artesanos como don Evaristo Borboa, quien le tiene un gran amor a su trabajo. En Tenancingo, se pueden encontrar rebozos de todos los precios, desde 400 hasta 4 000 pesos, dependiendo de la calidad del hilo, de la dificultad del dibujo y de la finura y el tamaño de sus puntas.
Cuando vemos a una mujer envuelta en su rebozo nunca nos imaginamos la cantidad de trabajo y de tiempo que le toma al artesano confeccionarlo. Son quince pasos los que hay que seguir antes de tener un rebozo listo. El devanado, el urdido (lo que le da el ancho y el largo), el pepenado (se amarra el hilo, se pasa por atole de maíz y se deja secar), el dibujo (se raya, o se dibuja, el hilo amarrado), el remojado (se remoja en agua para que se le caiga el atole), el teñido, el desatado, el apuntalado (se apuntala cada 40 cm para que se fije el dibujo y no se mueva), el almidonado (se almidona para que no se rompa el hilo al entreverarlo), el entreverado (cada rebozo consta de dos partes: el fondo y el dibujo, en el entreverado se juntan las dos partes), el jicotado, el tejido y, por último, el empuntado (esto generalmente no lo hace la misma persona que teje el rebozo, sino un artesano que sólo se dedica a empuntar lo que le pide el tejedor. Hay empuntados que se tardan hasta cuatro meses en hacerse).
Fuente: Tips de Aeroméxico No. 19 Estado de México / primavera 2001
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