Detrás de cada pieza existe un peligroso trabajo, donde esmeriles, con filo de diamante, giran a gran velocidad para lograr los cortes que dan forma a la piedra. Todo este proceso de labrado, emparejado, pulido y brillo se realiza con piedra en mano y auxiliado con la fuerza de motores que resuenan todo el día en los talleres. ¿Cómo lo habrán hecho hace siglos? cuando se lograban piezas de gran belleza que aun hoy son difíciles de igualar.

Hay varios tipos de esta roca ígnea; la dorada es la que más se trabaja en los talleres de Teotihuacán. Esta proviene de las minas del Cerro de las Navajas en Nopalillo, Hidalgo. La variedad negra, roja, plateada y arcoíris son obtenidas de distintas minas de Jalisco.

Francisco Palma

Taller Meztli

Este taller es de don Felipe Martínez Monroy, en el su gusto por lo que la muerte encierra y sus diversas manifestaciones lo llevaron, desde hace más de 15 años, a elaborar cráneos negros, es una de sus mejores virtudes. Dependiendo el tamaño, un cráneo pequeño le toma un día, primero la corta, luego la labra, después la empareja y la pule, finalmente le da brillo. También se aprecian otras piezas como una serpiente bicéfala con un pulido mate y brillante, un mariachi tallado en obsidiana, una coatlicue del mismo material, un guerrero águila con incrustaciones de jade y una vasija de mono en obisidiana usada para beber pulque.

Francisco Palma

Grupo Artesanal Eclipse

Comandado por Adolfo Martínez Montes, él y su familia han conseguido dar más brillo a la obsidiana vistiendo con plata sus figuras. Esto es, a un guerrero prehispánico le pueden agregar una lanza, escudo, o su vestimenta. Con esta presentación, Eclipse ha querido innovar y mostrar una manera diferente de apreciar la obsidiana. Estas piezas tienen un trabajo muy detallado por lo que las hace muy especiales.

Francisco Palma

Taller Itzcóatl

En Santa María Coatlán encontramos el taller Itzcóatl con Marco Antonio Sánchez Pablo al frente del proyecto, destaca por la calidad en sus máscaras con incrustaciones de piedra; al igual que los otros talleres, aquí hay máscaras teotihuacanas, soles, guerreros águila. Todas muy apreciadas por el turista extranjero. Dependiendo de la pieza, a veces la trabaja una sola persona y en otras es labor compartida, generalmente cada integrante del taller se dedica a una parte del proceso.

Francisco Palma

Artesanías Coatlán

Es uno de los talleres donde mejor se puede apreciar el proceso completo de la obsidiana. Pablo Disciplina Trejo es el representante de este lugar familiar al que acuden otros artesanos para dejar en sus manos el brillo final de sus piezas, labor que han perfeccionado, después de 20 años. El brillo de una pieza consiste en pasar un cepillo giratorio impregnado con polvo de la misma obsidiana.

El rincón de los dioses de obsidiana

No puedes irte de Coatlán sin visitar el espacio de Juan Miguel Roldán Santamaría quien, como pocos, sabe encontrar el mejor brillo a la obsidiana dorada que labra para hacer pequeñas esculturas de gran confección; las más pequeñas son de unos 4 o 5 centímetros. En su taller también verás máscaras, apaches, cráneos, búhos, tortugas, gatos.

Francisco Palma

Art Quetzalcóatl

Ya en San Juan Teotihuacan, a pocas calles del centro, es importante que no pierdas de vista Art Quetzalcóatl donde Yolanda Ramírez Martínez y su equipo labran verdaderas piezas de concurso, su calidad de detalle es minuciosa, así como la exactitud en su decoración con incrustado.

Taller Fernández

Hacia el sur, en la colonia San Lorenzo Tlalmimilolpan, existe un lugar donde toman forma las figuras de Huehuetéotl, “Dios viejo”. Es el taller Fernández , de don Fernando quien desde hace 15 años lleva labrando la divinidad mesoamericana del fuego. Aquí verás también máscaras teotihuacanas; vasijas cilíndricas, grabadas, de tres patas. Pero es en esta deidad que ha volcado su trabajo. El taller Fernández como todos los que visitamos dan trabajo mínimo a siete personas quienes se apasionan por el labrado de obsidiana.

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