Querétaro, tierra de contrastes
Gracias a su accidentada geografía, el estado de Querétaro nos ofrece hermosos escenarios en los que se pueden descubrir pintorescas poblaciones ideales para visitar en compañía de los amigos o de la familia.
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Cuando vamos o planeamos ir a Querétaro, por lo general nuestro destino es la capital o alguna de las ciudades principales, como la pintoresca Bernal, la palaciega Tequisquiapan o la artesanal San Juan del Río; pero pocas veces pensamos en las otras opciones que el estado nos ofrece, como pueden ser la arqueología, el folclore, el ecoturismo, la aventura y la exploración o las bellezas naturales.
Gracias a su accidentada topografía, que va desde los 400 hasta los 3 260 msnm, la riqueza paisajística de la entidad es enorme. En ella se pueden descubrir lugares prístinos e ignotos que además de ser históricos, invitan a la convivencia con la naturaleza.
El estado de Querétaro está dividido en tres áreas climáticas: la Norte, semicálida, que abarca los municipios de la Sierra Madre Oriental (compuesta por dos sistemas: la Sierra Gorda y la Sierra del Doctor); la Central, formada por el Altiplano, una zona semiseca; y la Sur, templada y subhúmeda, que se localiza en el Eje Neovolcánico y que es conocida también como Sierra Queretana. Dichos contrastes, yendo desde lo semidesértico hasta lo alpino, pasando por lo tropical, o desde lo barroco y neoclásico de su arquitectura hasta lo moderno de su actividad industrial, resultan claras alternativas turísticas para quien gusta de viajar por nuestro México.
Por ejemplo, la zona centro cuenta con Santiago de Querétaro como su joya primordial y todo lo que ofrece para un memorable fin de semana, incluyendo las instalaciones recreativas de Jurica y Juriquilla; la Cañada del Marqués, que alberga sitios como el parque zoológico Wamerú, los balnearios El Piojito y La Alberca; o la Presa del Diablo con un invernadero de plantas semidesérticas. Además están Ezequiel Montes, cuyo máximo atractivo es la Peña de Bernal, o la hermosa cascada Cola de Caballo, entre paisajes frondosos y sitios para acampar; las inexploradas riquezas de Colón y Tolimán, áridos cerros y cañadas que esconden milenarias pinturas rupestres; o los balnearios de aguas termales o los SPA en la pintoresca Tequisquiapan.
Por su parte, la zona sur tiene sus fértiles valles agrícolas y haciendas centenarias; los magníficos parajes y áreas arboladas en Huimilpan; las fallas geológicas de la Barranca de los Zúñiga; las alternativas de ecoturismo y campismo que ofrece Amealco, con el cerro de Los Gallos y el cerrito del Calvario, donde se organizan excursiones de uno o más días; o la laguna de Servín, sitio idóneo para los paseos en lancha y la pesca recreativa.
Luego encontramos la zona norte, con sus vastos territorios donde se ocultan tesoros milenarios en espera del avezado explorador. Por ejemplo, Cadereyta de Montes posee manantiales y viveros con una de las más ricas variedades de cactáceas en el mundo. De ahí se accede a las abruptas serranías de San Joaquín, generoso municipio con paisajes boscosos, grutas misteriosas como las de Los Herrera, refrescantes cascadas y el Parque Nacional Campo Alegre. Finalmente, el territorio minero de Peñamiller presenta manantiales, balnearios, cuevas con pinturas rupestres y un asombroso sitio conocido como “Piedras Grandes”, donde los peñascos, al ser golpeados, suenan como campanas.
En el extremo noreste de esta zona se encuentra la Ruta de las Misiones, que aparte de las bellezas arquitectónicas incluye la majestuosa Sierra Gorda, declarada recientemente por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, la cual ofrece diferentes opciones para la aventura, la exploración y el ecoturismo.
En los alrededores de Pinal de Amoles se halla la “Puerta del Cielo”, el punto más alto de la sierra, entre un paraje alpino con hermosas panorámicas; en Jalpan la presa del mismo nombre, un bucólico sitio; cerca de Concá está el Sótano del Barro, una de las depresiones naturales más grandes del mundo y refugio de infinidad de especies de aves; y por último, en el municipio de Landa de Matamoros se encuentra una zona de fósiles marinos, el río Moctezuma y el manantial Las Pilas, donde podrá efectuar varios recorridos entre paisajes inolvidables.
En fin, visitar Querétaro es penetrar y recorrer un territorio con un sinfín de alternativas: balnearios artificiales y naturales al igual que SPAS; qué decir del espeleísmo y montañismo; el turismo rural y cabalgatas, para lo cual se convive con la gente de campo; el turismo mágico, como la celebración del equinoccio de primavera en Bernal, sin olvidarnos de la gastronomía, cuyos platillos son obra y gracia de la inventivaimaginación de su gente, que ha sabido aprovechar la gran diversidad en flora y fauna del estado. Sea usted bienvenido.
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