Ayapango. Estado de México
Ayapango es un antiguo pueblo enclavado en la vertiente occidental del Iztaccíhuatl, cuna del célebre poeta aquiauhtzin.
Olvídate de la rutina y escápate:
Paseo en globo aerostático por las pirámides de Teotihuacan
Ayapango se localiza muy cerca de Amecameca; es una típica población de calles empedradas y casas con techos a dos aguas, de oscuras tejas planas de barro, características de esta región.
Actualmente en el municipio viven alrededor de 5 200 personas, que en su mayoría son jornaleros ocupados en la agricultura de cultivos básicos y en la ganadería de producción lechera, ya que la elaboración de quesos es otra actividad importante en el municipio. De hecho, hay varias granjas productoras de diversos derivados de la leche, entre las cuales destaca la de “El Lucero”.
Llegamos a este pueblo atraídos por la fama de sus quesos y por el hecho de que algunas de sus ex haciendas y ranchos, como la ex hacienda de Retana y el rancho Santa María, sirvieron de locaciones cinematográficas para varias películas mexicanas.
Ya en el pueblo descubrimos construcciones, hechos y personajes históricos que rebasaron nuestras primeras expectativas, dejando en segundo plano la búsqueda de las famosas locaciones de cine.
Ayapango de Gabriel Ramos Millán
Ubicado en el Estado de México, el municipio lleva el nombre completo de Ayapango de Gabriel Ramos Millán, debido a que en este pueblo nació en 1903 el licenciado Ramos Millán, quien fue electo diputado en 1943 y senador en 1946; en 1947, por encargo del presidente Miguel Alemán, fundó la Comisión Nacional del Maíz, la cual introdujo en México el uso de semillas híbridas y mejoradas; además promovió el fraccionamiento de extensos terrenos al oeste de la ciudad de México y previó la expansión urbana hacia el sur; asimismo, fue mecenas de varios artistas. Ramos Millán murió en 1949 en un accidente aéreo cuando viajaba de Oaxaca al D.F. en compañía de la actriz Blanca Estela Pavón (1926-1949), quien también falleció en el accidente. El avión se estrelló en el Pico del Fraile, una elevación adyacente al Popocatépetl. Gabriel Ramos Millán murió prácticamente frente a su pueblo.
Además del nombre del municipio hoy recuerdan a este prócer local su busto, aledaño al quiosco del pueblo, y su nombre en una escuela primaria gubernamental y en una calle principal de la población; asimismo, en el interior del palacio municipal puede verse su retrato al óleo. Subsiste asimismo la casa de la familia del personaje, en el predio que lleva el nombre prehispánico de Tehualixpa.
También prehispánico es otro personaje, menos conocido pero no por eso menos importante: Aquiauhtzin Cuauhquiyahuacatzintli, noble indígena nacido en 1430, autor del “Canto de las Mujeres de Chalco”, llamado también “La Enemiga”, o “Canto Guerrero de las Soldaderas Chalcas”. Su nombre lo lleva ahora la Casa de la Cultura del municipio.
El cronista de Ayapango, el profesor Julián Rivera López, nos platicó que el historiador Miguel León-Portilla acostumbraba llevar a sus alumnos a esta población para que declamaran en coro el célebre canto de Aquiauhtzin, una de cuyas estrofas es la siguiente:
“¿Acaso caerá en vanotu corazón,noble Axayácatl?He aquí tus nobles manos,ya con tus manostómame a mí.Tengamos placer.En tu estera de floresen donde tú existes,noble compañero,poco a poco entrégate,al sueño,queda tranquilo, niñito mío,tú, Señor Axayácatl…”
Origen del nombre de Ayapango
Ayapango proviene de Eyapanco, que se compone de ey (o yei), tres; apantli (apancle), caño o acequia, y co, en, y significa: “En los tres caños o acequias”, esto es, “en el lugar donde se juntan tres acequias”.
Probablemente en este sitio se originaban o confluían tres apancles y quizás aquí se les desviaba a discreción, según los requerimientos de las milpas, pues es bien sabido que los antiguos mexicanos poseían complejos sistemas de riego.
Recorriendo Ayapango
Hacia el lado norte del palacio municipal está el templo principal de Ayapango, que es la parroquia y ex convento de Santiago Apóstol, cuyo atrio arbolado está circundado por la clásica muralla almenada, tan característica de los templos cristianos de los siglos XVI y XVII en México. La fiesta patronal es el 25 de junio.
Posteriormente fuimos a El Calvario, un convento franciscano en ruinas que está a unos dos kilómetros hacia el sur. Es una vetusta construcción que se levanta sobre un páramo de piedra volcánica. Desgraciadamente se está derrumbando y a ello ayudan manos delincuentes que roban las canteras hermosamente labradas. Un centenario jazmín rememora lo que alguna vez fue el huerto. Realmente se merecía mejor suerte este añoso edificio, ojalá que pueda ser restaurado antes de que se derrumbe por completo, olvidado por quienes debieran ser sus más celosos guardianes.
Luego visitamos los escasos restos de las ruinas de la ex hacienda de Santa Cruz Tamariz. El secretario municipal nos había informado que estas ruinas fueron invadidas por varias familias que ahora la habitan.
Esta ex hacienda se halla a un lado del pueblo de San Francisco Zentlalpan, que tiene otro primoroso templo con toda la fachada –incluidas las columnas– hecha con tezontle. Por cierto que para tener acceso al atrio amurallado y almenado de este templo hay que atravesar un puente construido por los vecinos el 21 de mayo de 1891.
Visitamos también los templos de los que fueron pueblos y ahora son delegaciones de este municipio: San Martín Pahuacán, San Bartolo Mihuacán, San Juan Tlamapa, San Dieguito Chalcatepehuacan y San Cristóbal Poxtla. A la entrada de esta última población, a un lado de la carretera, se halla la granja “El Lucero”, que es la principal productora de quesos en la región. La señora María del Pilar García Luna, propietaria y fundadora de esta exitosa empresa, y su hija, la licenciada Elsa Aceves García, nos permitieron ver cómo se elaboraba el queso tipo Oaxaca: de una enorme tina de acero inoxidable con agua caliente, tres hombres empezaron a jalar una masa de 60 kg de queso, y la estiraron hasta formar una lonja de 40 cm de diámetro por 3 m de largo, y luego la siguieron jalando cada vez en tiras más delgadas que cortaban e introducían a otra tina de agua fría, para posteriormente hacer “enredos” de queso de aproximadamente un kilogramo. Esta granja produce diversos tipos de queso que se venden al mayoreo para el D.F. y los estados de Puebla, Morelos y Guerrero.
Definitivamente, la granja “El Lucero” es el lugar idóneo para pasar un rato agradable y degustar todos los derivados de la leche.
Detalles de Ayapango
Caminando por el centro de esta población pueden verse magníficas casonas, la mayoría de finales del siglo XIX y principios del XX.
Perduran desde tiempos prehispánicos los nombres de los solares y predios cuyas casas, antiguas o modernas, siguen siendo conocidas y nombradas por los lugareños con primorosos topónimos nahuas, como Pelaxtitla, Tepetlipa, Xaltepa, Huitzila, Huitzilyac, Teopanquiahuac, Huitzilhuacan, Teopantitla, Caliecac, Tecoac, etcétera.
Es delicioso deambular por las calles céntricas de Ayapango de Gabriel Ramos Millán, pues uno va de sorpresa en sorpresa, encontrando en las vetustas casas detalles arquitectónicos dignos de ser admirados, como la “Casa Grande” y la “Casa Afrancesada”, con portales, balcones, dinteles, óculos, alféizares y recovecos tan maravillosos que bien vale la pena darse una vuelta a este pueblo para conocerlos y contemplarlos con toda nuestra capacidad de gozo estético.
Cómo llegar a Ayapango
Saliendo del D.F. tome la carretera federal a Chalco, y luego de pasar este poblado continúe hacia Cuautla, y un kilómetro antes de llegar a Amecameca desvíese por el libramiento; a escasos tres kilómetros aproximadamente está Ayapango de Gabriel Ramos Millán.
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