El Señor de las Limas, la escultura olmeca que creyeron que era una virgen
El Señor de las Limas es una enigmática escultura olmeca que al ser encontrada fue confundida con una virgen.
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Nos detuvimos por un instante frente al Señor de las Limas durante nuestro recorrido por el Museo de Antropología de Xalapa y nuestro guía nos preguntó: «¿a qué les recuerda?». En un instante la mayoría respondimos: «A la piedad».
Este dios olmeca a simple vista se asemeja a una virgen cargando a Jesús, aunque ya analizándolo no tiene nada que ver.
El descubrimiento del Señor de las Limas
El Señor de las Limas fue hallado en 1965 por dos niños chinantecos del pueblo de las Limas en Veracruz.
Los niños Severiano y Rosa Manuel Pascual encontraron el monolito cuando buscaban una piedra para romper coyoles. Al cavar en la tierra para sacar lo que creían una piedra común se dieron cuenta de que era una escultura.
Los lugareños creyeron que se trataba de una aparición de la Virgen María y el niño Jesús, así que la colocaron en un altar guadalupano y la nombraron la virgen de piedra verde.
Durante varios años permaneció en el altar, hasta que un grupo de arqueólogos supo de su presencia y entonces fue llevado al Museo de Antropología de Xalapa.
Se negoció sacar al Señor de las Limas de su comunidad a cambio de una escuela, caminos y otros beneficios. La población accedió y entregaron la escultura.
El Señor de las Limas fue entonces colocado a la entrada del Museo de Antropología de Xalapa, sin mayor protección más que el pedestal.
Debido a este descuido fue robado del museo el 12 de octubre de 1970 y llevado a los Estados Unidos en donde pretendían venderlo.
Como los ladrones no encontraron comprador, lo abandonaron en San Antonio, Texas. El gobierno de los Estados Unidos lo devolvió tiempo después.
El enigma del Señor de las Limas
Un hombre sentado sostiene en brazos a un niño con rasgos de bebé jaguar, esta es la esencia de este monumento de 60 kilos, tallado en piedra verde.
Es probable que el hombre sea un sacerdote y que las marcas en su cuerpo sean referencias sagradas; en los hombros y las rodillas se distinguen rostros, posiblemente de divinidades. Mientras que el niño tiene las piernas colgando y pudiera representar una ofrenda o un sacrificio.
La expresión del Señor de las Limas es lo que más destaca de la escultura, con sus fosas nasales dilatadas y sus labios entre abiertos, pareciera que esboza una sonrisa, algo que llena de misterio a la escultura.
¿En qué estará pensando el Señor de las Limas? ¿A dónde lleva al niño? ¿Está enojado o sonriendo? Miles de preguntas se hacen sobre este personaje.
Lo que sí es que esta enigmática piedra verde es una importante referencia en el conocimiento de la religión olmeca de la que aún queda mucho por descubrir.
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