Toma de posesión presidencial en México: el ritual ceremonial de la República Mexicana
La toma de posesión presidencial en México, es probablemente la más importante ceremonia de la República. Su simbolismo refleja la rica historia del país y los valores del modelo político en el que vivimos.
Se piensa que solo las monarquías gozan de rituales ceremoniales. Nada más erróneo. Las repúblicas también los tienen. A partir de la Revolución Francesa en el siglo XVIII, en diferentes latitudes se ha construido una ritualística que enfatiza una forma de gobierno distinta, plural y democrática. Nuestro país no es exento de ello. La toma de posesión presidencial en México tiene una serie de características que reflejan los valores y la historia del modelo político que rige a la República Mexicana.
Origen
La ceremonia de toma de posesión en México tiene como antecedente el ritual establecido por la Constitución de Cádiz, en la efímera España liberal. Su principal característica fue la juramentación ante la respectiva carta constitutiva y la cámara legislativa. Este antecedente fue el modelo para para establecer el juramento solemne por el que tomaría posesión el presidente de la República Mexicana, una vez promulgada la Constitución de 1824.
Guadalupe Victoria, el primer presidente del país, fue por ello el primero en tomar posesión formalmente juramentando ante la Carta Magna y el Poder Legislativo, en el Salón de recepciones de Palacio Nacional. La ceremonia y su ritual prevaleció en todas las constituciones y leyes orgánicas del estado, incluyendo el Segundo Imperio, los múltiples cambios de poder del siglo XIX además de los gobiernos de la Revolución Mexicana.
La Constitución
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo 87, indica que el presidente electo del país deberá tomar posesión de su cargo, ante el Congreso de la Unión o en su defecto, ante las mesas directivas de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores, ante la Comisión Permanente, o ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una vez instalada la sesión de Congreso, el nuevo presidente deberá de prestar la siguiente protesta:
Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande.
Características de la toma de posesión presidencial en México
La ceremonia de la toma de posesión sigue el protocolo previsto en la ley. Se le estipula como un acto solemne en el que el presidente entrante recibe la banda presidencial. Dicho elemento es el símbolo que lo acredita como presidente constitucional y solo él lo puede portar. Tal cual no existen otras normas legales sobre la manera en que debe realizarse la toma de protesta presidencial. La formalización del mismo ha sido tradicionalmente realizada mediante protocolos ceremoniales que ha establecido el Congreso de la Unión. Históricamente, también han sido los presidentes los que han establecido diversas ceremonias adicionales que no tienen valor normativo.
El rito inicia con la apertura de la sesión general del pleno del Congreso. Como segundo acto llega el presidente saliente; minutos más tarde hace su entrada el mandatario recién electo, ambos acompañados de sus respectivas comitivas de cortesía. A la llegada del último, todos los concurrentes se ponen de pie, excepto el presidente de la Cámara de Diputados (que ejerce como presidente de la sesión de Congreso general), quien se queda sentado como señal del respeto mutuo e igualdad entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. Después se abre la sesión del Congreso de la Unión y se plantea la razón legal del evento. En el estrado principal del recinto legislativo se sientan el presidente del Senado y el presidente de la Suprema Corte de Justicia.
Posteriormente el nuevo titular del poder ejecutivo juramenta de pie con el brazo derecho en alto, ante un ejemplar de la Constitución y el presidente del Congreso. Este es el clímax de la ceremonia.
Por último, el Primer Magistrado recibe la banda presidencial de manos del presidente del Congreso y lee un mensaje a la Nación, dirigiéndose respetuosamente en primera instancia al Poder Legislativo y al Poder Judicial. Terminada la ceremonia se le conduce a Palacio Nacional para dar paso al desfile de las fuerzas militares o a un evento adicional.
Sede de la toma de posesión presidencial en México
Aunque la posesión del nuevo mandatario mexicano, se estipula sea ante el pleno del Congreso de la Unión, no es obligatorio celebrarla en un recinto específico. Lo usal ha sido que la ceremonia se celebre en el Palacio Legislativo (anteriormente en Donceles y actualmente en San Lázaro). Así por ejemplo, Lázaro Cárdenas tomó posesión en una ceremonia y popular en el Estadio Nacional. Miguel Alemán lo hizo en el Palacio de Bellas Artes, y Luis Echeverría en el Auditorio Nacional.