Salva a la tortuga marina en las playas de Oaxaca
Cada año, de junio a diciembre, miles de hembras de tortuga marina arriban a las playas de Oaxaca para depositar sus huevos en la arena tibia.
Durante mi viaje por la costa oaxaqueña descubrí playas de singular belleza; Zipolite, Mazunte, Puerto Escondido, Playa del Amor y Punta Cometa, entre otras. En esta última, contemplé el amanecer y atardecer de un mismo día, nadé en las pozas de roca que se forman en los acantilados marinos, y por la noche visité la Laguna de Manialtepec: su espectacular bioluminiscencia me dejó obnubilado.
Con el alba tibia, llegué al Pueblo Mágico de Mazunte e inmediatamente sentí la hospitalidad de su gente y el ambiente místico y relajado que lo caracteriza. Todo está en armonía con la naturaleza; no hay grandes hoteles ni pavimento. El nombre de Mazunte proviene del náhuatl mizontle, homónimo de un cangrejo que allí habita. Sin embargo, su historia también está ligada a las tortugas. Aquí se encuentra el Centro Mexicano de la Tortuga, abierto en 1994, que funge como acuario y centro de investigación.
Me enteré de que en México anidan seis de las siete especies de tortugas marinas que hay en el mundo. Tanta fue mi fascinación que no quise irme sin verlas en su verdadero hábitat. Así que me dirigí a La Escobilla, un auténtico santuario de la tortuga golfina. Cada año, de junio a diciembre, uno de los espectáculos más bellos e impresionantes de la naturaleza tiene lugar en esta playa: la arribazón de tortugas a las costas del Pacífico Mexicano.
Las arribazones duran dos o tres días y se rigen por las fases de la luna. Alrededor del cuarto menguante, al anochecer, miles de tortugas comienzan a salir del mar para depositar sus huevos en la playa. Llegan agotadas, pero con un firme propósito: dar vida. Estaba arrobado con semejante desfile de estas criaturas. Veía lo exhaustas que llegaban y pensaba en que aún les esperaba la ardua tarea de hacer el nido y desovar. Me imaginaba los peligros que habrían pasado para cumplir su misión y me alegraba con ellas por su victoria. Concluida su loable encomienda se volvían al agua. Una felicidad inexplicable me invadía de verlas regresar al mar.
Imprescindibles de Puerto Escondido, Oaxaca
- Probar las delicias que prepara el chef Roberto Vásquez de Vivo Resorts.
- Tirarse en la fina arena de Playa Bachoco hasta que se consiga el bronceado perfecto.
- Apoyar el comercio sustentable y comprar aceite de palma y de coco, bálsamos con cera de abeja y demás productos orgánicos que ofrecen los vendedores locales.
- Nadar sin temor en las tranquilas aguas de Playa Manzanillo y pasear a caballo por Playa Marinero.
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Bucear y maravillarse con el singular arrecife de Puerto Angelito.
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