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La Villa de Guadalupe, horarios y qué visitar

Ciudad de México
La Villa
© Chad Zuber La Villa

La Villa es el segundo lugar más visitado del mundo después del Vaticano. ¡Descubre sus rincones secretos, horarios e historia!

La historia de la Villa de Guadalupe

La Villa es el segundo lugar más visitado del planeta sólo detrás de El Vaticano, aloja uno de los tesoros religiosos más importantes de México: la imagen de la Virgen de Guadalupe. ¡Conócelo!

En tiempos prehispánicos, la árida serranía del Cerro del Tepeyac se cubría de espinas y maleza; ahí se adoraba a la diosa Chalchihuitlicue, Matlalcueye o Tonantzin, tres nombres para una sola deidad. Entre los mexicas, Tonantzin era la madre de todos los dioses y su fiesta reunía a muchísima gente que recorría largas distancias para participar en ella.

Cuando Cortés sitió la ciudad de Tenochtitlan, el capitán Gonzalo de Sandoval acampó con su ejército en este lugar, llamado por los españoles Tepeaquilla. El 9 de diciembre de 1531, según se cuenta, una virgen de tez morena se le apareció al indígena Juan Diego, iniciando así la historia mágica de esta zona.

El pueblo formado a los pies del cerro durante la época colonial se transformó en villa, de acuerdo con las reales cédulas de 1733 y 1748, y dispuso de un gobierno propio. El 12 de febrero de 1828 la villa alcanzó el título de ciudad Guadalupe Hidalgo, y la gente pobre de México iba hasta allá para pasar un día de campo.

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Basílica de Guadalupe
Ignacio Guevara Basílica de Guadalupe

Horarios para visitar La Villa 2021

El horario 2021 para ingresar a la nueva Basílica es de 7:00 a 19:00 horas y las misas en la Capilla Abierta son cada hora de 10:00 a 15:00 horas. No obstante, debes saber que, debido a la pandemia, el acceso está limitado a 500 visitantes simultáneos.

La importancia política de la Villa de Guadalupe

La Villa de Guadalupe tuvo una importante participación en la historia política de México al firmarse en la sacristía de la basílica los tratados de paz entre México y Estados Unidos el 2 de febrero de 1848.

Manuel Rivera Cambas nos describe este lugar en el último tercio del siglo XIX:

“En las orillas salitrosas del lago de Texcoco y a distancia de una legua de la capital, está el Santuario visitado constantemente por multitud de viajeros devotos o curiosos; conducen a la villa dos calzadas.

Una de éstas es de piedra (Misterios) y está construida sobre los potreros cubiertos de agua la mayor parte del año, y otra es de tierra (Guadalupe), sombreada por dos líneas de álamos blancos, cuyo triste aspecto está en armonía con la aridez del Tepeyac y los otros cerros y las tintas oscuras del horizonte. La estación del ferrocarril urbano ha embellecido esa población que cada día prospera y se ensancha…”.

Hoy en día, la Villa de Guadalupe recibe a aproximadamente 20 millones de fieles y peregrinos al año, y es uno de los destinos obligatorios de todo viajero durante su visita a la Ciudad de México.

México desconocido México desconocido

Voces y anécdotas del ayer

Antes de ser fusilado en 1815, José María y Morelos y Pavón pidió como última voluntad orar a la Virgen de Guadalupe en la Capilla del Pocito. Además, el Santuario de Guadalupe ha sido visitado por personajes importantes como John F. Kennedy y Charles de Gaulle. El Papa Juan Pablo II estuvo aquí varias veces a lo largo de su pontificado.

Tómalo en cuenta

La fiesta de la Virgen de Guadalupe tiene reconocimiento internacional y se celebra el 12 de diciembre de cada año en todo el país. Hasta aquí, llegan millones de devotos de todas las clases sociales, de lugares cercanos o de los más apartados rincones del mundo. Grupos de diversos rumbos, ataviados con penachos de plumas, cascabeles y teponaxtles (tambores) danzan con devoción en esta fecha tan significativa.

Los más famosos del país se hacen presentes: los Concheros, los Chinelos y los Quetzales. La Virgen de Guadalupe es uno de los símbolos de la nacionalidad mexicana, y no sólo está presente en cada rincón de México, sino ocupa ya los altares de París, Roma, Los Ángeles y San Francisco, entre otras ciudades.

Sobre el último tramo de la Calzada de Guadalupe se extienden numerosos puestos que ofrecen todo tipo de artículos y souvenirs con la imagen de la Guadalupana y otros santos. ¡No dejes de arquirir uno!

Ignacio Guevara Ignacio Guevara

¿Qué hacer en la Villa?

1. Visita la Estación La Villa

Antes de adentrarte en el centro de esta población, ve a conocer la antigua Estación La Villa, del ferrocarril México–Veracruz, ubicada sobre la calle Alberto Herrera, dos cuadras al sur. Ésta se construyó hacia 1907 sobre el camino que iba de la capital a la ciudad de Veracruz.

Actualmente, aloja al Museo de los Ferrocarrileros, un espacio destinado a exhibir obras artísticas (como pinturas y fotografías) relacionadas con el tema de los ferrocarriles, así como piezas que formaban parte de la maquinaria, lámparas de señales y aceiteras, entre otras cosas.

2. Conoce la Plaza Mariana

Al igual que numerosas familias, parejas y turistas, cruza el puente especial sobre la Calzada de Guadalupe e ingresa a la gran explanada de La Villa, conocida como la Plaza Mariana. Un poderoso imán te atraerá para admirar a los grupos de danzantes que ejecutan sus pasos con gran fervor, dedicándolos a la “morenita del Tepeyac”.

Después de un rato podrás pararte frente a la antigua Basílica y darte cuenta de que mejor templo no se podía haber construido para alojar y honrar a la figura de Nuestra Señora de Guadalupe. Fue diseñado por el arquitecto Pedro de Arrieta y terminado hacia 1709.

Ignacio Guevara Ignacio Guevara

Aprecia en su fachada la ornamentación de sus frisos (debajo de las cornisas), los arcos quebrados en sus tres accesos, el juego de columnas en pares de sus dos niveles y, al centro, el estupendo relieve que muestra a Juan Diego con la imagen impresa de la virgen en su ayate. Sus cuatro esbeltas torres también llamarán su atención.

Si te gustó el exterior, al entrar quedarás maravillado por varios motivos: su enorme altura, la pintura de la cúpula, el tallado y la decoración de los marcos en las ventanas de los muros; el órgano monumental del coro, los enormes lienzos sobre las paredes laterales y, desde luego, el altar mayor con su notable baldaquino.

El hundimiento evidente del piso es otro de sus elementos interesantes. Al fondo, en el costado derecho, se localiza el Sagrario, donde te recibirá un impresionante nicho–retablo salomónico y estípite, y una sillería señorial tallada en madera.

3. Descubre el Convento y Capilla de las Madres Capuchinas

Volviendo a la explanada, se encuentra a la derecha de la basílica el que fuera Convento y Capilla de las Madres Capuchinas, erigido a fines del siglo XVIII. Detrás de la antigua basílica se localiza el Museo de la Basílica de Guadalupe. Éste ofrece al visitante una serie de pinturas de grandes artistas del virreinato como Cristóbal de Villalpando y Miguel Cabrera; algunos ex votos dedicados a la virgen, medallas alusivas dentro de grandes vitrinas, y una hermosa cruz atrial de arte tequitqui.

Ignacio Guevara Ignacio Guevara

4. Conoce la nueva Basílica de Guadalupe

Para ofrecer un mayor espacio de veneración a la Virgen de Guadalupe, se levantó en 1976 la nueva Basílica de Guadalupe, diseñada por un grupo de profesionistas encabezado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (quien entre otras obras a realizado el Museo Nacional de Antropología, el Estadio Azteca o el Congreso de la Unión).

De planta circular y techumbre inclinada, que semeja el manto de la virgen, este espacio contiene la imagen de la Guadalupana, que puede apreciarse desde todos ángulos; si deseas acercarte más, existe un pasillo mecánico que te conducirá debajo de la misma.

5. Sube el Cerro del Tepeyac

Para subir al Cerro del Tepeyac deberás tomar una sinuosa y empinada escalinata que te llevará hasta la Capilla del Cerrito, construida justo en el lugar donde la virgen le dio las rosas a Juan Diego como prueba de su existencia. Presenta una fachada barroca revestida de tezontle rojo con ausencia de torres; y en su interior, exhibe notables murales de Fernando Leal que narran las apariciones de la virgen.

Desde la terraza de este templo tendrás la oportunidad de mirar la enorme extensión de la ciudad capital. A un costado se encuentra la entrada al célebre Cementerio del Tepeyac, único panteón virreinal en funcionamiento hasta hoy, donde fueron enterrados personajes como Antonio López de Santa Anna, junto con músicos, pintores, poetas, conservadores y liberales, personajes porfirianos, y más.

Panteón del Tepeyac en la Villa
Ignacio Guevara Panteón del Tepeyac en la Villa

6. Descubre la Capilla del Pocito

Bajando por la escalinata oriente llegarás al lugar donde se edificó una auténtica joya arquitectónica de la época colonial: la Capilla del Pocito. Destacan en su exterior su forma circular, la enorme cúpula revestida de azulejos blancos y azules, y las extraordinarias ventanas barrocas mixtilíneas con grandes picos a manera de estrellas. Se dice que ocupa el lugar donde se dio la primera aparición de la virgen ante Juan Diego.

Fue diseñada por otro notable arquitecto del virreinato, Francisco de Guerrero y Torres, y terminada hacia 1791. Su interior es deslumbrante, distinguiéndose las 16 columnas que sostienen la gran cúpula pintada con numerosos ángeles; así como los frisos, las cornisas y el púlpito. En el vestíbulo se encuentra un pequeño pozo que da nombre a este maravilloso inmueble.

7. Visita el Jardín de las Rosas

En el costado poniente de la Capilla del Pocito, tendrás la oportunidad de descansar o pasear en el llamado Jardín de las Rosas, un espacio natural con bellas áreas verdes, rosas, árboles y fuentes cuyos chorros de agua salen de grandes cabezas de serpientes, réplicas de las que se muestran en la Pirámide de Quetzalcóatl en Teotihuacan.

Al final del recorrido encontrarás la Capilla de Indios, donde se afirma que estuvo la imagen de la Guadalupana por varios años, hasta 1709 cuando fue trasladada a la basílica; su fachada data de 1694 y es muy sencilla.

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1. Antes de adentrarte en el centro de esta población, ve a conocer la antigua Estación La Villa, del ferrocarril México–Veracruz, ubicada sobre la calle Alberto Herrera, dos cuadras al sur. Ésta se construyó hacia 1907 sobre el camino que iba de la capital a la ciudad de Veracruz. Actualmente, aloja al Museo de los Ferrocarrileros, un espacio destinado a exhibir obras artísticas (como pinturas y fotografías) relacionadas con el tema de los ferrocarriles, así como piezas que formaban parte de la maquinaria, lámparas de señales y aceiteras, entre otras cosas.

2, 3 y 4. Al igual que numerosas familias, parejas y turistas, cruza el puente especial sobre la Calzada de Guadalupe e ingresa a la gran explanada de La Villa, conocida como la Plaza Mariana (2) . Un poderoso imán te atraerá para admirar a los grupos de danzantes que ejecutan sus pasos con gran fervor, dedicándolos a la “morenita del Tepeyac”. Después de un rato podrás pararte frente a la antigua Basílica (3) y darte cuenta de que mejor templo no se podía haber construido para alojar y honrar a la figura de Nuestra Señora de Guadalupe. Fue diseñado por el arquitecto Pedro de Arrieta y terminado hacia 1709. Aprecia en su fachada la ornamentación de sus frisos (debajo de las cornisas), los arcos quebrados en sus tres accesos, el juego de columnas en pares de sus dos niveles y, al centro, el estupendo relieve que muestra a Juan Diego con la imagen impresa de la virgen en su ayate. Sus cuatro esbeltas torres también llamarán su atención. Si te gustó el exterior, al entrar quedarás maravillado por varios motivos: su enorme altura, la pintura de la cúpula, el tallado y la decoración de los marcos en las ventanas de los muros; el órgano monumental del coro, los enormes lienzos sobre las paredes laterales y, desde luego, el altar mayor con su notable baldaquino. El hundimiento evidente del piso es otro de sus elementos interesantes. Al fondo, en el costado derecho, se localiza el Sagrario (4), donde te recibirá un impresionante nicho–retablo salomónico y estípite, y una sillería señorial tallada en madera.

5 y 6. Volviendo a la explanada, se encuentra a la derecha de la basílica el que fuera Convento y Capilla de las Madres Capuchinas (5), erigido a fines del siglo XVIII. Detrás de la antigua basílica se localiza el Museo de la Basílica de Guadalupe (6), que ofrece al visitante una serie de pinturas de grandes artistas del virreinato como Cristóbal de Villalpando y Miguel Cabrera, algunos ex votos dedicados a la virgen, medallas alusivas dentro de grandes vitrinas, y una hermosa cruz atrial de arte tequitqui.

7. Para ofrecer un mayor espacio de veneración a la Virgen de Guadalupe, se levantó en 1976 la nueva Basílica de Guadalupe, diseñada por un grupo de profesionistas encabezado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (quien entre otras obras a realizado el Museo Nacional de Antropología, el Estadio Azteca o el Congreso de la Unión). De planta circular y techumbre inclinada, que semeja el manto de la virgen, este espacio contiene la imagen de la Guadalupana, que puede apreciarse desde todos ángulos; si deseas acercarte más, existe un pasillo mecánico que te conducirá debajo de la misma.

8 y 9. Para subir al Cerro del Tepeyac deberás tomar una sinuosa y empinada escalinata que te llevará hasta la Capilla del Cerrito (8), construida justo en el lugar donde la virgen le dio las rosas a Juan Diego como prueba de su existencia. Presenta una fachada barroca revestida de tezontle rojo con ausencia de torres; y en su interior, exhibe notables murales de Fernando Leal que narran las apariciones de la virgen. Desde la terraza de este templo tendrás la oportunidad de mirar la enorme extensión de la ciudad capital. A un costado se encuentra la entrada al célebre Cementerio del Tepeyac (9), único panteón virreinal en funcionamiento hasta hoy, donde fueron enterrados personajes como Antonio López de Santa Anna, junto con músicos, pintores, poetas, conservadores y liberales, personajes porfirianos, y más.

10. Bajando por la escalinata oriente llegarás al lugar donde se edificó una auténtica joya arquitectónica de la época colonial: la Capilla del Pocito. Destacan en su exterior su forma circular, la enorme cúpula revestida de azulejos blancos y azules, y las extraordinarias ventanas barrocas mixtilíneas con grandes picos a manera de estrellas. Se dice que ocupa el lugar donde se dio la primera aparición de la virgen ante Juan Diego. Fue diseñada por otro notable arquitecto del virreinato, Francisco de Guerrero y Torres, y terminada hacia 1791. Su interior es deslumbrante, distinguiéndose las 16 columnas que sostienen la gran cúpula pintada con numerosos ángeles; así como los frisos, las cornisas y el púlpito. En el vestíbulo se encuentra un pequeño pozo que da nombre a este maravilloso inmueble.

11 y 12. En el costado poniente de la Capilla del Pocito, tendrás la oportunidad de descansar o pasear en el llamado Jardín de las Rosas (11), un espacio natural con bellas áreas verdes, rosas, árboles y fuentes cuyos chorros de agua salen de grandes cabezas de serpientes, réplicas de las que se muestran en la Pirámide de Quetzalcóatl en Teotihuacan. Al final del recorrido encontrarás la Capilla de Indios (12), donde se afirma que estuvo la imagen de la Guadalupana por varios años, hasta 1709 cuando fue trasladada a la basílica; su fachada data de 1694 y es muy sencilla.

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autor Conoce México, sus tradiciones y costumbres, pueblos mágicos, zonas arqueológicas, playas y hasta la comida mexicana.
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