10 aventuras para vivir por primera vez
Estas son las 10 aventuras para vivir por primera vez que ganaron nuestra votación. Te pedimos que nos compartieras esa experiencia de aventura que aún te falta realizar. Aquí te dejamos la lista de las actividades ganadoras y consejos para llevarlas a cabo con guías expertos.
Escápate un fin de semana:
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1. Senderismo en el Iztaccíhuatl
Entre las 10 aventuras para vivir por primera vez elegiste caminar a orillas del manto blanco que cubre a esta imponente elevación, ese volcán de poética silueta que constituye la tercera cima más elevada de México, con más de 5,300 metros de altura. No te preocupes si no cuentas con equipo o preparación en alpinismo profesional, pues la actividad que te sugerimos implica recorrer sus senderos, aptos para casi todo tipo de viajero; eso sí: calzado cómodo y resistente, varias capas de ropa, alimentos, agua y buena condición física son elementos indispensables para disfrutar la aventura. Una de las rutas que te sugerimos recorrer es Yoloxóchitl, un sendero que parte del Paso de Cortés, principal puerto de montaña del Parque Nacional Izta-Popo. A lo largo de esta caminata podrás adaptarte poco a poco a la altura mientras aprendes sobre los ecosistemas de montaña. Una vez aclimatado, inicia el ascenso hacia La Joya, una depresión a 9 kilómetros de distancia del Paso de Cortés donde la escalada al Iztaccíhuatl comienza. Desde ahí tendrás una vista espectacular de las estribaciones montañosas cubiertas de bosque y pastizales de altura; de la cima del Popocatépetl y, al fondo, del Valle de México. Así, los siguientes kilómetros de sendero hacia la formación Boca de Tiburón transcurren entre paisajes inolvidables y el desafío constante de dominar la falta de oxígeno, el clima y el cansancio: esta es una aventura que pondrá a prueba tu condición física y fortaleza mental. Para experimentarla, contacta a los guías expertos de Ecotura, quienes te acompañarán en todo momento para hacer realidad el sueño de compartir el lecho con la Mujer Dormida.
2. Nado con el tiburón ballena en Holbox, Quintana Roo
Su nombre científico es Rhincodon typus, pero es mejor conocido como tiburón ballena. Los habitantes de la isla de Holbox, Quintana Roo, lo apodan “el dominó”, pues los puntos blancos sobre el lomo de ese escualo les hace recordar las fichas del popular juego de mesa. Cuando divisan dichas motas, flotando pocos metros debajo de la superficie marina, quiere decir que el colosal tiburón ballena está cerca; que es el momento de detener la lancha ¡y saltar al agua! Una vez dentro, delante tuyo, el pez más grande del planeta nadará suavemente en la inmensidad; verás su boca desdentada abrirse para devorar toneladas de agua, plancton y microorganismos. Tendrás que ladear la cabeza para abarcar su inmensidad (hasta 17 metros de largo) con tu mirada. Y aunque probablemente se acerque a poca distancia tuya, es importante recordar que tocarlos está terminantemente prohibido y de que no corres ningún peligro, pues no es un ser agresivo. Esta experiencia la puedes vivir de mayo a septiembre durante los recorridos que parten de la isla de Holbox hacia los bancos donde se reúne este visitante migratorio. Para realizarla necesitarás conocimientos básicos de nado y respiración bajo el agua, aunque se te proporcionarán chaleco salvavidas y esnórquel. Holbox Adventures es una empresa local que organiza salidas en bote para grupos reducidos, con el objetivo de que la vivencia sea única y placentera y que el acercamiento con el “dominó” sea lo más amigable posible, por todo ello, este es el segundo lugar en nuestra lista de aventuras para vivir por primera vez.
3. Tubing en la Huasteca, San Luis Potosí
¿Buscas combinar diversión y ríos de agua turquesa sin sacrificar comodidad? Apúntate a los tours que organiza la empresa potosina Huasteca Secreta, durante los cuales serás impulsado por la potente corriente del río El Salto montado en una dona inflable. A pesar de que la idea de rebotar dentro del cause del río pueda sonar riesgosa, toma en cuenta que lo harás portando chaleco salvavidas y un casco protector. De lo único que deberás preocuparte es de controlar tu dona en las zonas de caudal suave, así como de sujetarte fuerte donde la corriente se torne bravía o cuando estés por descender en una pequeña cascada. Además de risas y uno que otro chapuzón, tendrás aseguradas bellas vistas del paisaje huasteco, entre cascadas blancas, selva exuberante y cañones labrados por el agua y el tiempo.
4. Salto Tándem en Tequesquitengo, Morelos
Si te consideras aventurero, seguramente ya te has lanzado en paracaídas sobre el lago de Tequesquitengo; si no lo has hecho, probablemente conozcas a alguien cercano que ya lo realizó. La gran popularidad de estos descensos no es fortuita, pues además de realizarse muy cerca del área metropolitana de la Ciudad de México (111 kilómetros al sur) y de Cuernavaca (36 kilómetros), ofrecen la posibilidad de contemplar los verdes valles y cerros de los municipios de Jojutla y Puente de Ixtla desde las alturas… ¡a una velocidad de 200 km/h de caída libre! Te llevarás en la mente (y quizás en una tarjeta SD) imágenes imborrables de cómo nos miran las aves desde el cielo. Ármate de valor y haz contacto con los expertos de Skydive México, quienes se especializan en saltos Tándem, modalidad en la que el salto se realiza junto con un experto utilizando lo último en tecnología y seguridad.
5. Sandboard en Los Algodones, Baja California
Son 45 los kilómetros que separan a Mexicali de Los Algodones, un ejido atravesado por densas dunas que ‒como su nombre lo indica‒ parecieran estar hechas de pura espuma desértica. Sin embargo, los intrépidos que saltan y se deslizan duna abajo saben bien que una caída en estos montículos implica soportar golpes y raspones que no corresponden con la imagen de un mullido algodón. Que lo anterior no te disuada: acepta el desafío de dominar las olas del desierto con las experiencias de sandboarding que organiza Adixion Tour, quienes no solo te llevarán al paraje desde la capital bajacaliforniana, sino que además te facilitarán el entrenamiento y equipo necesarios para realizar esta actividad. Tú solo debes llevar ropa cómoda y ligera, gorra y lentes de sol para protegerte de la radiación; desde luego, también deberás llevar ”puesta” tu mejor actitud de skater y mucho espacio disponible en tu action cam para perpetuar la experiencia.
6. Buceo en Cozumel, Quintana Roo
Tus ojos no verán nada más que el azul infinito del Caribe mexicano… si acaso algunas líneas de luz filtrándose desde el exterior o un cardumen de peces plateados romperán esa totalidad. Irás descendiendo poco a poco, sintiendo el rigor de las atmósferas y acostumbrándote al hecho de recibir oxígeno a través de un respirador bucal. De repente, verás a tu costado un cantil de piedra al que se aferran esponjas, corales, orejas de elefante… los peces de colores y las mantarrayas flotarán a pocos metros de de ti. Estás en El Paraíso, y no lo decimos de forma figurada, pues este es el nombre que recibe este sector submarino ubicado frente al muelle de la isla de Cozumel, a 15 metros de profundidad. Forma parte del Parque Nacional Arrecifes de Cozumel, que a su vez es una fracción del Arrecife Mesoamericano, el sistema coralino más grande del mundo después de la Gran Barrera de Coral de Australia. Para presenciar esta explosión de vida, reserva las inmersiones que Aquaworld ha diseñado para buzos con niveles de experiencia básicos. Tres días de buceo con entrenamiento previo resultan los más recomendables para que tu visita a El Paraíso sea inolvidable.
7. Ascenso al Sótano del Barro, en Querétaro
Esta aventura comienza antes del amanecer, específicamente a las 3 de la mañana, hora en la que el equipo de Soy Sierra Gorda pasará por ti a tu hotel. No te preocupes por la desmañanada, pues durante las dos horas de camino hacia tu destino podrás descansar a bordo del vehículo. Atravesarás entre sueños la selva baja de la Sierra Gorda queretana hasta llegar a la población de Santa María de Cocos, en el municipio de Arroyo Seco. Allí deberás despabilarte, tomar un stick de senderismo, colocarte una lámpara de frente y seguir las indicaciones del guía local. El resto es un ascenso de 7 kilómetros a lo largo una pendiente de 1,800 metros de altura, cubierta por bosques y habitada por toda clase de aves e insectos gigantes. Esta es una carrera contra el sol, pues el objetivo es llegar a la cima del cerro antes del alba para presenciar un sitio único: el Sótano del Barro, un gigantesco cráter de origen volcánico, considerado la segunda sima más grande del mundo con 600 metros de diámetro y 15 millones de metros cúbicos de volumen. Si admirar esa gran boca no te parece suficiente, considera que, al surgir los primeros rayos del sol, del fondo del sótano saldrán volando un centenar de guacamayas verdes, pues este es uno de los santuarios de estas aves más grandes de todo México. Una experiencia única.
8. Cañonismo de playa en Huatulco, Oaxaca
Catalogar esta actividad ofrecida por Aventura Mundo nos resultó un poco complicado porque combina varias vivencias de aventura. Su nombre es Ocean Hike, y consiste en una caminata extrema entre el mar y los acantilados que dividen las playas de Tejón y Esperanza, ubicadas justo en medio de las bahías de Chahué y Tangolunda. La experiencia arranca a las 8:30 para que la marea esté lo más calma posible, y se prolonga durante casi tres horas en las que tendrás que sortear riscos, bajar a las playas, entrar al agua e incluso hacer un segmento de ascenso en roca; como podrás notar, este recorrido combina cañonismo, senderismo, natación y escalada. Cerca del final del tour deberás nadar en el océano para evitar una pared de roca, por lo que es indispensable tener nociones de nado básicas; si no es tu caso no te preocupes, pues llevarás casco y chaleco salvavidas en todo momento, además del acompañamiento de dos guías expertos. Solo no olvides llevar traje de baño, bloqueador, zapatos con buen agarre y un par de guantes para mayor comodidad. Fruta y agua fresca esperan en la playa al concluir.
9. Rafting en Veracruz
Si existe una excursión de aventura con gran arraigo en México es el rafting en los rápidos de Veracruz, siendo el río Filobobos uno de los escenarios favoritos de los aficionados a la naturaleza, a la velocidad y al agua agitada en grandes cantidades. Únete a ese selecto grupo apartando uno de los paquetes que ofrece Ríos Extremos; nosotros te sugerimos elegir el de dos días y una noche, pues te permitirá aprovechar tu tiempo al máximo haciendo una caminata hacia el cañón y la cascada del Encanto; en el campamento donde te hospedarás habrá tirolesas y ‒desde luego‒ participarás en dos descensos en balsa por las secciones altas y bajas del Filobobos durante las dos jornadas del viaje. Considera llevar en tu mochila zapatos y prendas que se puedan mojar, varios cambios de ropa, bloqueador solar y un repelente de insectos.
10. Vía ferrata en Mineral del Chico, Hidalgo
A 20 minutos del centro del Pueblo Mágico de Mineral del Chico se localiza La Tanda, una elevación de más de 200 metros de altura constituida por pura roca. Cuando la veas, imponente por encima de los árboles del parque, creerás que es imposible dominarla, sin embargo los guías HGO Adventures te convencerán de lo contrario. Reserva con ellos una caminata en vía ferrata, la cual consiste en un paseo de casi tres horas sobre pasarelas de cable de acero fijados a la pared rocosa; sentirás cómo el viento mece estos tensos hilos metálicos, y verás el vacío cayendo en línea recta a tus pies. Los más osados pueden optar por hacer el salto de Tarzán: sujetos a una cuerda deberán lanzarse entre dos plataformas separadas por 25 metros a 160 metros de altura. ¿Te dio vértigo?
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