5 escapadas románticas cerca de CDMX
¿Sin plan para tus próximas vacaciones? Te presentamos cinco escapadas románticas para disfrutar en pareja: paisajes naturales, pueblerinos y urbanos.
Cinco escapadas románticas en las que no necesitas tomar unas largas vacaciones ni volar en avión para tener un viaje lleno de romance y diversión. En los alrededores de la Ciudad de México hay varias opciones para disfrutar, junto con tu pareja, de unos días alejados del ritmo de la capital entre bosques y al pie de los volcanes. ¡Toma nota!
1. Huasca de Ocampo, Hidalgo
Este Pueblo Mágico del Corredor de la Montaña hidalguense se encuentra a 36 kilómetros al noreste de Pachuca, y a menos de dos horas del Distrito Federal. Se trata de un poblado de calles empedradas cuya magia radica principalmente en sus alrededores conformados por presas, montañas, ex haciendas y la maravilla natural de los Prismas Basálticos.
Pueden hospedarse en la Ex Hacienda San Miguel Regla. Esta magnífica construcción cuenta con lagos, tirolesa, restaurante y habitaciones estilo campestre con chimenea. En el Parque Eco-Turístico de San Miguel Regla podrán remar y pescar, así como rentar caballos y cuatrimotos para visitar parajes como la Peña del Aire, cuya panorámica les quitará el aliento. Otra opción para dormir es la Hacienda Santa María Regla, llena de leyendas y resguardada por una cascada. Aquí recomendamos realizar el recorrido nocturno acompañado de antorchas para conocer la historia de este espacio que fuera propiedad del conde Pedro Romero de Terreros y donde se han realizado filmaciones de películas como La Leyenda del Zorro con Antonio Banderas.
Muy cerca de estos sitios están los Prismas Basálticos, columnas geométricas de piedra cubiertas por una cascada que ofrecen una imagen sorprendente. También pueden conocer el Museo de los Duendes (que encantará a aquellos fanáticos de lo sobrenatural); y, para los más aventureros, nada mejor que el centro de turismo alternativo Barranca de Aguacatitla, donde podrán practicar cañonismo, senderismo y canopy, lanzarse por tirolesas y caminar por una cueva llena de murciélagos. Y si fuera poco, en este poblado también podrán volar en globo ¡y vivir una experiencia que jamás olvidarán!
No se pueden perder: el caldo de hongos y las quesadillas en el centro de Huasca de Ocampo, así como los churros recién hechos del puesto que se coloca a espaldas de la iglesia. En el camino hacia Huasca hagan una parada en el Pueblo Mágico de Mineral de Chico. Este destino posee un extenso parque nacional, miradores, una mina y un ambiente cubierto por la niebla que les fascinará.
2. Puebla de Zaragoza
La “ciudad de los ángeles” es poseedora de un encanto singular que conjuga construcciones coloniales (muchas de ellas cubiertas por mosaicos de talavera), modernidad y exquisita gastronomía. Sus calles, hoteles y espacios recreativos invitan no sólo al descubrimiento, sino al romance.
Inicien su recorrido por el Centro Histórico, reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Aquí descubrirán joyas arquitectónicas como la imponente Catedral (cuyo interior es uno de los más bellos del país), la Biblioteca Palafoxiana, la Casa del Alfeñique y la Capilla del Rosario, cubierta de oro y considerada por Juan Pablo II como “el relicario de América”. No dejen de pasear por el Callejón de los Sapos, lleno de puestos que venden antigüedades, objetos de colección y nieves, y por el Parián, donde podrán adquirir artesanías y dulces poblanos. Es imprescindible el recorrido histórico: visiten los conventos, el Museo Regional de la Revolución Mexicana o Casa de los Hermanos Serdán y los Fuertes de Loreto y Guadalupe. Una buena opción es tomar el Turibús o el tranvía turístico.
La siguiente parada es la Puebla moderna: visiten el Parque Lineal y súbanse a la Estrella de Puebla, una enorme rueda desde la cual obtendrán las mejores placas de la ciudad (y hermosas fotos con la ciudad a sus espaldas) y el cercano Pueblo Mágico de Cholula. Para hospedarse, una excelente opción es La Purificadora, de Grupo Hábita, ubicado frente al Paseo de San Francisco y junto al templo conventual dedicado a este santo.
No se pueden perder: La gastronomía poblana. Recomendamos los chilaquiles de mole y las chalupas del restaurante del Hotel Royalty, en los portales del Centro. También prueben las cemitas y el pollo en pipián en el mercado o en restaurantes como la Mesón de la Sacristía de la Compañía y El Mural de los Poblanos. De los dulces no pueden dejar de probar los camotes, los borrachitos y las tortitas de Santa Clara.
3. Ex Hacienda de Chautla, Puebla
Saliendo de la Ciudad de México con rumbo a Puebla, a la altura de San Martín Texmelucan, se encuentra la desviación a este fantástico sitio histórico y natural. En el antiguo casco de la hacienda se adaptó el Hotel Misión Grand de reciente apertura con varias habitaciones de ambientación clásica, al estilo «Amor Real». En esta zona hay un restaurante que mira hacia el lago (para el desayuno recomendamos las enchiladas de huitlacoche), una pequeña capilla y lindos jardines.
Lo más bonito de este espacio es la zona pública, donde hay un parque con senderos para caminar, un lago, un antiguo quiosco y un camino que conduce hacia una construcción de ladrillos similar a un palacete inglés. Aquí pueden remar, pescar trucha o lobina y subirse a una lancha de pedales. Para conocer la historia del lugar, así como algunos de sus rincones escondidos, lo mejor es pedir ayuda a un guía local. De esta manera podrán atravesar por caminos boscosos que conducen a manantiales y paisajes de orquídeas. Además, les contarán las leyendas del casco, de estilo morisco, y verán las instalaciones de la recientemente remodelada área para campamentos. También pueden aventarse de la tirolesa y comer trucha fresca en el restaurante ubicado detrás del castillo (¡que ustedes mismos pueden pescar!). El clima en la zona es fresco, ideal para una escapada romántica.
No se pueden perder: A unos 30 kilómetros se localiza el Pueblo Mágico de Cholula. Vale la pena visitarlo por cinco razones: por sus numerosas iglesias y su amplio convento, por su pirámide prehispánica coronada por una iglesia colonial, por la hermosa estampa del Popocatépetl, por su rica gastronomía y por sus bares y restaurantes, incluyendo los localizados en el moderno Container City. Un sitio especial para comer o cenar es el restaurant Ciudad Sagrada, donde sirven deliciosos platillos de alta cocina mexicana, especialmente poblana.
4. Hacienda Panoaya, Estado de México
Nada más romántico que amanecer y ver la imagen de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. En este lugar, ubicado poco antes de la entrada a Amecameca, Estado de México, pueden tener esta maravillosa estampa, además de conocer la hacienda donde vivió la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz hace más de 350 años.
El lugar cuenta con un museo, alojado en la ex hacienda, que conserva parte del mobiliario y la disposición original del inmueble donde la décima musa vivió de los tres a los ocho años. Afuera hay un restaurante, un laberinto inglés, un pequeño lago con lanchitas de pedales y una tirolesa. Pueden hospedarse en el confortable Hotel Hacienda Panoaya, cuyas habitaciones están equipadas con chimenea pues esta zona es fría, especialmente en invierno (que, sin duda, es la mejor época para visitarlo pues es cuando los volcanes están cubiertos de nieve). Además, está el Parque de los Venados Acariciables, en el que convivirán con venados, conejos, borregos, llamas y otros animales; y el espectáculo de aves rapaces y otros animales como cachorros de tigre y puma.
No se pueden perder: El bosque de los árboles de Navidad. Antes de llegar a Panoaya se toparán con este vivero dedicado al cultivo y la venta de pinos para decoración. Aquí podrán adquirir arbolitos a buen precio, así como acampar, caminar o hacer bicicleta de montaña.
5. Ixtapan de la Sal, Estado de México
Famoso por sus spas y parques acuáticos, este Pueblo con Encanto mexiquense es el sitio perfecto para pasar un fin de semana de tranquilidad y relajación junto a tu pareja. Hay varias opciones de hoteles con spas, campos de golf y alberca. Una buena opción es el Marriott, Hotel, Spa & Convention Center y el Hotel Rancho San Diego Grand Spa (a pocos kilómetros del centro con rumbo a Tonatico; un boulevard de 6 km une a ambas poblaciones), que tiene algunas habitaciones equipadas con una pequeña alberca privada, así como una amplia oferta de tratamientos faciales y corporales.
El poblado es lindo y en su plaza principal suele haber espectáculos de danza, música y poesía. Cerca también hay balnearios y otros sitios de interés como las Grutas de la Estrella (1 kilómetro pasando el centro de Tonatico), que ofrecen un emocionante recorrido entre estalagmitas y estalactitas que dan origen a curiosas figuras que los guías locales explican con gracia. En este sitio también se pueden practicar deportes de aventura como rappel.
No se pueden perder: El Pueblo con Encanto de Tonatico. Este agradable poblado ostenta la Iglesia de Nuestra Señora de Tonatico, de la que sobresale su pila bautismal. Recorran la plaza, adornada por un quiosco, y disfruten de una rica nieve. Aquí vale la pena desayunar en los locales de los portales donde podrán comer antojitos como quesadillas y platillos como pancita. Cerca también está el Parque El Sol y su Salto de Tzumpantitlán, con palapas, puentes colgantes, chapoteaderos y juegos infantiles.
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