Arango, cocina de raíces con una espectacular vista al Monumento a la Revolución
En la colonia Tabacalera se encuentra Arango, cocina de raíces, un restaurante con una increíble vista al Monumento a la Revolución y que te invita a pasar una agradable tarde entre tragos y platos deliciosos.
Caminar por la colonia Tabacalera, cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México, es, de cierta forma, regresar al pasado. Prueba de ello el Monumento a la Revolución, un imponente mausoleo de estilo Art Decó que rinde honor a la Revolución Mexicana.
En esta zona de la ciudad la revolución y el recuerdo a aquellos personajes que fueron partícipes de ella están presentes no solo en esta obra arquitectónica.
Arango, cocina de raíces es un ejemplo de ello. Este restaurante lleva el nombre de uno de los personajes más emblemáticos de la Revolución: Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa. Además, presume un colorido mural de este héroe creado por Carlos Segovia.
Revolución gastronómica
La batuta de este restaurante, que al entrar te transporta al pasado por su estilo Art Decó, la lleva el chef Alejandro Cuatepotzo, un apasionado por la cocina de su tierra y por crear platos que enamoran la vista y consienten el paladar.
Este chef, que ha trabajado con grandes cocineros como Enrique Olvera en Pujol y con Martha Ortiz en Dulce Patria, transmite todo su conocimiento, experiencias y recuerdos de la infancia en platillos donde mezcla recetas de la abuela, ingredientes locales y técnicas tanto vanguardistas como tradicionales. El resultado es un balance perfecto entre lo contemporáneo y lo tradicional; una especie de revolución gastronómica.
Su concepto «cocina de raíces» nada tiene que ver con el rescate la cocina mexicana tradicional. Cuatepotzo me cuenta que sus raíces son poblanas, y lo que quiso fue englobar tanto sus propias raíces, como todo aquel aprendizaje que ha ido adquiriendo de los lugares en los que le ha tocado vivir. Su objetivo es plasmar ese conocimiento en sus platos, lo cuales, por cierto, destacan por su aspecto simple y sus sabores llenos de personalidad.
El menú
Su carta es sencilla e incluye platos que nos recuerdan un poco a Puebla, a Yucatán y al Estado de México. Aquí vale la pena probar un poquito de todo.
De entrada te recomendamos el chile pasilla relleno de tartar de atún o los sopes de camotes con barbacoa de lengua de res. Aunque también valen la pena los esquites negros con rabo de res braseado o el taquito de jaiba de concha suave con salsa de chiles fermentados en pulque.
El menú también incluye ensaladas, sopas y pastas, pero yo dejé pasar la oportunidad de probarlos, porque preferí guardar estómago para probar los platos fuertes.
Para los vegetarianos (y los amantes de los vegetales) hay una calabaza de Yucatán rostizada con mole verde, que vale mucho la pena probar. La combinación de ese texturas y sabores es fantástica.
Los que prefieren la proteína animal tienen muchas opciones, como el pulpo asado en salsa de chorizo, el chuletón de cerdo a las brasas con mole de mamey, el pato confitado con mole mancha manteles o el cachete de res horneado lentamente con huaxmole; este último es exquisito y te transmite inmediatamente las raíces poblanas de Cuatepotzo.
Como borche final están los postres. Una natilla ligera para limpiar el paladar y luego, un pan de fiesta, como el típico de feria, acompañado de un cremoso helado y una salsa calientita para darle ese toque final.
Unos tragos y ¡salud!
Arango, no solo es un lugar para comer sabroso, también es el punto de reunión ideal para tomarse unos tragos y disfrutar de la impresionante vista al Monumento de la Revolución o a la Torre Latino.
Su oferta de destilados en amplia, pero si eres de cocteles, vale la pena probar algunas de sus propuestas de mixología, que llevan nombres como Revolución, Carta al Caudillo, 20 de noviembre o tierra y libertad.
Revolución, por ejemplo, es un cóctel de ginebra con frutos rojos macerados y jugo de limón Eureka.
Jamaiquita lleva mezcal, licor de chiles, jamaica y jugo de limón; una delicia.
Sí mexicano, pero contemporáneo
En conclusión, Arango, cocina de raíces es un moderno restaurante tanto en su decoración, como en su propuesta gastronómica, pero siempre con un dejo de historia, de tradición.
Aunque no es una opción barata para ir a comer o cenar (el ticket por persona va de los 600 a los 800), sí vale la pena conocerlo y darse la oportunidad de probar tanto platos, como sus cocteles.
Este lugar es perfecto para una comida con la familia, una cena romántica o un atardecer de drinks con los amigos.
Arango, Cocina de Raíces
De La República 157, 7º piso, Tabacalera.
Lunes a sábado 13:30 a 11:00 hrs.
Domingo 13:30 a 18:00 hrs.
https://arangorestaurante.com/es/