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Cultura

Carlos Pellicer, el poeta de América

Tabasco
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Conoce a Carlos Pellicer, el poeta tabasqueño que fue considerado uno de los mejores de México y que atesora en su poesía el calor y el color de su natal trópico.

Carlos Pellicer

Originario de San Juan Bautista, Villahermosa, Tabasco, Carlos Pellicer es uno de los mayores poetas en nuestra lengua. Fue escritor, poeta, museólogo y político mexicano.

Durante toda su vida (16 enero 1897-16 de febrero 1977) Carlos Pellicer Cámara vivió con la pasión del joven optimista, que al conocer la amargura de la vida, está dispuesto a dejarlo todo por mejorarla, por encontrar la belleza en el mundo.

El camino del poeta y Carlos Pellicer

Alguna vez Carlos Monsiváis comentó la naturaleza de Carlos Pellicer como poeta. Lo entendía en una doble forma; por un lado tradicional ya que le importaba exaltar los motivos de su admiración y por el otro modernísimo pues nunca cedió a las doctrinas y a las rutinas literarias.

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Durante su juventud, Pellicer asistió a la Escuela Nacional Preparatoria, en donde compartió aula con grandes mentes que serían sus mayores aliados, amigos y compañeros en el futuro. Personajes como el ex – presidente de México: Adolfo López Mateos.

Carlos Pellicer fue profesor de literatura e historia en escuelas secundarias y profesor de poesía moderna en la UNAM. Además de su labor docente ejerció la diplomacia y fue senador de la República. Destacó como periodista, museógrafo y crítico literario.

Al lado de grandes pensadores y escritores, Carlos Pellicer junto a Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Gilberto Owen crearon una de las revistas literarias más importantes del momento: Revista Contemporáneos. También colaboró en otras revistas como Falange y Ulises.

La vida política de Carlos Pellicer

Carlos Pellicer, quien sería conocido como “El Poeta de América” por el gran impulso que le dio su amiga, la poetisa Gabriela Mistral; tuvo la oportunidad de representar a México en países como Colombia y Venezuela. 

Al regresar a México y rendir informe de sus actividades ante la Federación de Estudiantes, pronuncia un fuerte discurso contra el dictador Juan Vicente Gómez, gobernante de Venezuela por esos años.

El discurso de Carlos Pellicer Cámara fue tan sonado que el mismo rector de la Universidad Nacional, José Vasconcelos, quiso conocerlo. Con el paso del tiempo le dio trabajo como escribano y luego como docente, convirtiéndose en maestro de Lengua Española en la Escuela Nacional Preparatoria.

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José Vasconcelos, Diego Rivera y Carlos Pellicer.

Cuando el profesor Vasconcelos es nombrado Secretario de Educación Pública, busca a Pellicer para que forme parte de su equipo. José Vasconcelos tenía la iniciativa de eliminar el analfabetismo del país, formando varios grupos que salían a dar clases a las vecindades.

Conoce la historia de los Objetos Voladores No Identificados que vio José Vasconcelos junto a su familia.

El maestro Carlos Pellicer

Se sabe que Carlos Pellicer Cámara y Daniel Cosío Villegas, quién sería fundador del Fondo de Cultura Económica y de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM; fueron un dúo increíble para enseñarle al pueblo de México. 

La iniciativa de Vasconcelos, a quién Carlos Pellicer apreciaba de sobremanera, tuvo increíbles resultados. Al inicio de sus actividades en 1921, sólo existían 8, 171 escuelas, 17,206 maestros, 679,897 alumnos y un presupuesto de $2,218,000 pesos. En 1924 el presupuesto fue de $50,363,000 pesos, 13, 487 escuelas, 26,065 maestros y 1,049,539 alumnos.

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Carlos Pellicer.

Pellicer y sus museos

Gracias a su pasión por la museografía creó varios museos en el país como El Museo de la Cultura Olmeca en Villahermosa, el  Museo Arqueológico de Hermosillo y el Museo Arqueológico de Tepoztlán en Morelos.

Fue el encargado de organizar el Museo Frida Kahlo en la Ciudad de México, así como el Museo Anahuacalli de Arte Prehispánico en colaboración con Diego Rivera.

Sin duda uno de los museos que fueron más importantes para Carlos Pellicer fue el Museo de Tabasco, con 12 salas de exhibición para organizar. El trabajo le lleva 2 años y con los mejores resultados, logrando un auditorio, oficina, biblioteca y una sala de exhibiciones temporales. Su espíritu franciscano le hizo adoptar el museo como su hogar, poniendo una cama en el desván bajo la escalera y viviendo ahí durante todo el tiempo que estuvo remodelando el recinto.

En la Casa Museo Carlos Pellicer Cámara, lugar donde nació el poeta, existe una representación de esta escalera con una leyenda que reza “Esta barca sin remos es la mía”. El Museo de Tabasco se llama Museo Regional de Antropología «Carlos Pellicer Cámara».

Durante su paso por la docencia, Carlos Pellicer Cámara fue maestro de alumnos de primera línea, como el afamado arquitecto mexicano Pedro Ramírez Vázquez, quien tenía en una muy alta estima al profesor Pellicer y construyó el Museo Nacional de Antropología bajo su instrucción. Más adelante, el maestro Ramírez Vázquez y el Poeta de América trabajaron juntos nuevamente en el Museo Regional de Tabasco.

Apasionado de las letras

En el año de 1933 fue distinguido como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. En 1964 recibió el Premio Nacional de Literatura, dos años después en 1966, fue electo Presidente de la Asociación de Escritores de México; en 1967 de la Comunidad Latinoamericana de Escritores. Desde 1975, hasta el día de su muerte fue senador por Tabasco.

Carlos Pellicer, poemas

I

En este bosque en que los árboles

tienen historia

y se acompañan espaciosos

a tiempo en luz,

a tiempo en sombra,

saqueo al aire los flautines

en que los pájaro devoran

la soledad húmeda y viva

de la raíz y la memora.

(«Poema en tiempo vegetal», Subordinaciones, 1949)

II

Y moví mis enérgicas piernas de caminante

y al monte azul tendí.

Cargué la noche entera en mi dorso de Atlante.

Cantaron los luceros para mí.

Amaneció en el río y lo crucé desnudo

y chorreando la aurora en todo el monte hendí.

Y era el sabor sombrío que da el cacao crudo

cuando al mascar lo muelen los dientes del tapir.

(«El viaje» Subordinaciones, 1949)

III

Algo en mi sangre viaja con voz de clorofila.

Cuando a un árbol le doy la rama de mi mano

siento la conexión y lo que se destila

en el alma cuando alguien está junto a un hermano.

Hace poco, en Tabasco, la gran ceiba de Atasta

me entregó cinco rumbos de su existencia. […]

Estar árbol a veces, es quedarse mirando

(sin dejar de crecer) el agua humanidad

y llenarse de pájaros para poder, cantando,

reflejar en las ondas quietud y soledad.

(«Discurso por las flores» Subordinaciones, 1949)

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autor Viajera por naturaleza errante.
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