El microbús pulquero, un recorrido que te mostrará más de la bebida de los dioses

Las pulquerías de la Ciudad de México son dignas de conocer. Quizá, ya has visitado algunas, pero vale la pena que vayas a las que poco se conocen y en las que te reciben de la mejor manera. Aquí te mostramos cuáles son.
Pulque querido, dulce tormento, ¿qué hace afuera? Mejor vamos pa’ adentro…
Comenzamos esta nota con una de las letanías más afamadas que hay, ya que se utiliza para iniciar cada recorrido en el microbús pulquero que rueda por la ciudad, cuya ruta es marcada por las pulquerías que se visiten.

Un poco de historia
La época dorada del pulque fue hace un centenar de años, cuando las compañías cerveceras aún no llegaban al mercado mexicano, así que las pulquerías eran puntos de reunión para todas las clases sociales: litros y litros de este néctar se bebían a diario.

Dicen por ahí que cuando esta bebida tuvo sus mejores años había un registro de más de mil pulquerías en la ciudad, de las cuales hoy en día solo quedan menos de cincuenta; es impresionante cómo desaparecieron estos centros de reunión para los mexicanos y extranjeros amantes del pulque.
Blanco y curado, en tarro o en “cacariza”, para comer o para botanear… Así era como se disfrutaba el pulque a diario, sin restricciones ni limitantes, una delicia que llegaba fresca desde los tinacales.
El microbús pulquero
La travesía del microbús pulquero consiste en reservar tu lugar, esperar a que te digan en donde será el punto de reunión y comenzar a vivir parte del folclor mexicano al ir de una pulquería a otra.

Este recorrido es para quien guste de conocer más del pulque y quiera visitar pulquerías poco conocidas, es para quienes busquen remontarse unos años y vivir parte de la época dorada de esta bebida en compañía de los organizadores del recorrido, quienes en cada pulquería van explicando un poco de la historia del lugar y dejan que los propietarios cuenten sus mejores anécdotas del néctar de los dioses.
La unidad
No imaginamos un agave sin aguamiel, así que tampoco imaginamos una Ciudad de México sin microbuses, pues en ellos se viaja de un lugar a otro aunque no salgamos de la ciudad. Así que la mejor manera de vivir la CDMX al máximo, es viajar en una unidad de estas con un vaso de pulque en mano; se trata de una forma muy original de conocer nuestro México.
Las pulquerías
Una de las pulquerías que visitamos fue La Xóchitl en donde al son de la rocola uno podrá escuchar cuanta canción quiera mientras don Jaime Alberto Vázquez, propietario de este lugar que data de 1907, explica cómo llegaba el pulque a la ciudad en esa épocam así como otras fascinantes historias. Entre las opciones de pulque del día hay blanco, beso de novia, curados de frutas y hasta coctel de ostiones con pulque.

En este mismo recorrido tuvimos otra grata experiencia al escuchar a don Roberto Rivero Gómez, personaje propietario de la pulquería La Bonita y quien innovó haciendo los curados con licuadora, porque hemos de saber que los curados se hacían de manera artesanal al machacar la fruta y mezclarla con pulque blanco y azúcar.

Don Roberto cuenta orgulloso que fue dueño de otras pulquerías como Las Licuadoras y Las Coronelas, así que cuando uno visita su pulquería son innumerables las historias que tiene para contar.
El rescate
En la Pulquipedia se encargan de rescatar las pulquerías poco conocidas que quizás están en peligro de desaparecer o bien, que no son visitadas con tanta frecuencia.

Así a través de varias rutas como la de Centro-Villa, Azcapotzalco, Tacubaya, Zona Oriente y Xochimilco se les regresa ese auge con el Microbús Pulquero que se realiza de manera mensual.
El “pasaje” incluye pulque abordo, guía, música propia de la ciudad y un mezcalito para cerrar la experiencia. En cada pulquería uno tiene que llegar y consumir lo que más prefiera, pues los curados de frutas y los blancos serán los anfitriones del recorrido.
Para ir a esta experiencia busca en facebook a: Pulquipedia
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